ᴛᴏᴋɪᴏ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ [One Shots]

Pijamada

  
Maratón 2/3
      
        
       

—_______, tú duermes conmigo. —dijo Mikey sosteniendo tu brazo.

—¡No, que ella duerma conmigo! —saltó desde la otra punta Kazutora.

—¡Yo había dicho YO que dormiría con ella! —se sumó al griterío Baji.

—Hay mucha ______ para todos, no hay necesidad de pelear. —dijiste con una sonrisa.

Los demás estaban en el sofá mirando en el televisor telenovelas de la tarde. Draken tenía el pelo atado en un moño mientras que emma estaba sentada a su lado media dormida, Hakkai estaba junto a Mitsuya en la cocina preparando quién sabe que. Hina, Yuzuha, Inui y Koko estaban amontonados sobre Takemichi.

Take famoso.

Chifuyu estaba dormido junto con Angry en el suelo junto con almohadas y frazadas. Quiero agregar que el pijama de Chifu es de gatitos y rayitos.

Pah y Peh llegan con bebidas y algunas cosas más.

—¡Llegaron por quienes lloraban! —gritó Pah alzando las bolsas por el aire.

Silencio...

—Tenemos helado.

Al decir aquellas palabras el único que se movió fue Mikey, quién le arrebató de un manotazo la bolsa con el helado.

—Y alcohol. —agregó Peh.

Esta vez fuiste tú quien salió corriendo hacia los dos chicos y les sacaste las botellas de alcohol. Revistaste en caso de que hubiera algo más y encontraste un paquete de cartas algo extrañas.

Las cartas no son la mejor idea al lado de estas bestias.

—¿Qué es esto? —sacaste el paquete de cartas y lo observaste con mas cuidado.

Peh dejo el resto de las bolsas sobre la mesa y te miro para luego decir.

—Son retos, cada cual saca uno y si no lo cumple, tendrá que sacar una carta de  castigo.

Retos.

Castigos.

Gatitos.

Chifuyu se había levantado de su pequeña siesta, su carita adormilada y ojitos chinos casi provocan un paro cardíaco a tu corazón, sin mencionar la forma tan tierna en la que frotaba sus ojos con sus puñitos.

—¿Qué están viendo? —dijo Pah sentadose al lado de Draken.

—Pasión de gavilanes. —le contestó Mikey con el pote de helado entre sus piernas.

Quiero ser el pote.

En eso llegó Kazutora y te abrazó desde atrás sacandote un susto de muerte.

—Duerme conmigo y te dejo conducir mi moto. —susurró bajo para que ninguno lo oiga.

—Ya te dije que ella dormirá conmigo. —Baji lo alejó de ti con un solo brazo. Kazutora levantó las manos en señal de rendición.—¿Verdad que sí hermosa?

Pues mentiras no es.

Asentiste divertida.

—Dónde entra uno, entran dos. —exclamó Tora.

—Y no hay tres sin dos. —esta vez fue Mikey quién habló.

Con medio helado en la boca pero aún así se lo quiere.

A este paso terminaré durmiendo en el medio y todo ellos alrededor mía como si fuera alguna secta satánica o algo así.

Debería iniciar una propia, suena divertido.—¿Y si hacemos una secta? —murmuraste seria.