ᴛᴏᴋɪᴏ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ [One Shots]

Polonia

(sin corregir)

Es la rata peluda de Mikey
  

No encuentro a Arthur, la última vez que lo ví estaba bailando por algo de dinero extra. No lo juzgo, sería igual en su pobre situación, pero como ahora mismo estoy siendo sustentada con los ahorros de Koko no me interesa en absoluto.

Está claro que no lo daré gratis pero se necesitara más que un par de billetes para que mueva este cuerpecito.

Yo no soy gratis.

Del otro lado de la acera estaba la ratita, tan lindo y adorable como siempre. Mikey estaba enojado conmigo por haberlo abandonado en plena pelea.

No me malinterpreten, yo sí lo ayudé.

Con apoyo moral a la distancia.

—Oye~ —lo llamé.

El me observó pero desvió su mirada hacia otro lado.

—Tú ganas, si lo que quieres es quedarte fuera del hotel, pasando frío, hambre y acoso por parte de viejos cachondos es tú problema. Yo dí todo de mí para que regresaras pero pareciera que mis esfuerzos fueron burdamente ignorados y repudiados —dramaticé—. Al fin de cuentas siempre es lo mismo contigo, intento entenderte, ayudarte, pero lo único que haces es apartarme y alejarme como si fuese un bicho. Una cucaracha. Feo y odiado por todos.

Él me miró con el ceño fruncido.

—Si lo que querías es deshacerte de mí lo hubieras dicho, así jamás volveré a molestarte con mi humilde y tan linda presencia, porque para que lo sepas-

No pude continuar con mi pequeño discurso que una de sus chanclas aterrizó en mi cara. De lleno.

—Ya cállate mujer, hartas.

Se sentó junto a mi y coloco su chancla de nuevo en su lugar. No dije nada. Estaba impacta y confusa en parte iguales.

—Tampoco era como para reaccionar así —me sobé la zona afectada.

—No sabía que hacer, no parabas de escupir idioteces.

—Un beso no hubiese estado tan mal…

—Sigue soñando pequeña, sigue soñando…

—Uy sí, mírenme, soy Mikey y me creo muy especial por negarle un beso a _______ —me burlé.

—No empieces.

—Yo no fui la que tiró algo en la cara del otro, que no se te olvide, rubio.

—Pues yo no soy quien abandonó al otro en plena pelea —retrucó.

—Bien que lo hiciste solito, a veces tienes que aprender a hacer las cosas por ti mismo. De otro modo te volverás dependiente de los demás.

Le dije en tono burlón y el solo rodó los ojos.

—Un poco de ayuda no habrá estado mal.

—Aunque no lo creas el apoyo moral es una gran ayuda.

—A la hora de mi muerte, no lo creo…

—No es como si te dejara morir o algo así, te las libraste bien tú sólo, yo solo observé desde la lejanía. En un lugar seguro y apartado de la sangre, sudor y violencia. No me agrada la violencia —arrugé la nariz en disgusto.

—¡Eres la persona más violenta que conozco! ¡buscas pelea en dónde no las hay e incluso la de hace rato fue obra tuya! —gritó.

—Bueno sí, pero en ese momento no me gustó —acepté.