ᴛᴏᴋɪᴏ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ [One Shots]

Izana Kurokawa pt 3 (+18)

(Sin corregir)

Mi ángel <3

—¡No me muerdas! —le grité a Izana y le aparté la cara de un manotazo.

—¿Por qué no? —hizo un puchero y me miró desde abajo con ojos suplicantes.

—No lo sé. Talvez ¿¡Porque me duele!?

Sinceramente no me hubiese quejado tanto si no fuera por el público que tenemos junto a nosotros. De pie, mirando entretenidos el repentino ataque de celos del peli-blanco.

—Oh vamos, ni siquiera te quejaste anoche… —y siguió mordiendo mi clavícula.

Que insistente.

—¡Izana!

Está vez lo aparté más fuerte hasta por fin separarlo de mi cuerpo y respirar hondo. Intenté calmarme un poco, más que nada porque sabía que mi cara estaba roja como un tomate.

—Pero es verdad, anoche no parabas de decirme qu-…

Y le tire con uno de mis zapatos lo más rápido que pude.

—Una palabra más y olvídate de venir a casa por una semana…no, un mes, sí. Definitivamente será un mes. —lo amenacé.

El me miró serio, sin expresión en su rostro.

—Sabes que puedo entrar si lo deseo, incluso si le pones llave a la puerta

Maldito psicópata.

—Por suepuesto que lo sé, pero no podrás hacer nada si tengo un viaje de negocios, por ejemplo. Me cambiaré de número y me iré al extranjero, quizá conozca a algún otro hombre, ¿Quién sabe?

Sip, definitivamente fue una mala elección de palabras. Muy mala.

—No tienes ningún viaje de negocios

—Que te haya dicho

—…

Mentira no era, tenía que irme la semana entrante y aún no se lo había dicho. No sabía cómo hacerlo, pero ahora era el momento perfecto y bueno, ¿Ya lo hice, no?

—Iré a casa. Ni te aparezcas. —le señalé y llame a un taxi para que venga por mi al bar.

Porque sí, estábamos en un bar. Él dijo que sus chicos querían conocerme y yo no me negué, era la oportunidad perfecta. Podría conocer a las personas con las que trabaja a diario y a sus amigos de confianza. Pero don celoso tuvo que arruinarlo todo.

—Yo te llevo. —me dijo desde atrás. Tomó mi mano y me arrastró hacia el coche.

—¡Te eh dicho que me iré en un puto taxi! —de acuerdo, quizá si fui un poco grosera. Pero no importa, no era el momento para estar celoso, era el momento de presumirme como su novia y hacer pasar un buen rato a todos.

Sin romper ninguna nariz.

—Nena, por favor…

Mierda, él sabía lo que provocaba con ese tono.

Tengo que ser fuerte. Mi orgullo es más poderoso que mis deseos oscuros.

—Te eh dicho que no, no insistas Izana.

—Por favor, no quiero discutir por esto. No lo vale. —camina hasta mi y me toma de las mejillas pero aparto la mirada hacia otro lado, evitando el contacto con sus ojos.

—Pues si no lo vale, no lo empieces.

Lo oí suspirar antes de que baje su mano hasta mi cintura y la otra directo a mi mentón.