James está en su habitación y las memorias empiezan a inundar su mente. Recuerda cuando conoció a Lena y piensa que en realidad ella fue su primer amor. Crecieron y se hicieron amigos, la vio salir con otras personas y ella igual a él. En casi veinte años de amistad Lena nunca enojó con él y mucho menos de la forma en la que se vio obligado a salir de su departamento.
Buscó una foto juntos y observó con detenimiento a Lena. Ella era realmente preciosa, era amable y además buena amiga.
Al saberla tan enojada y decepcionada se sintió miserable. Ahora se daba cuenta de por qué se había encaprichado con Kara, fue su alegría desbordante y su energía lo que lo habían atraído. Parecía que Kara lo invitaba a nuevas aventuras y eso definitivamente se le hizo novedoso y atractivo.
En cambio con Lena se sentía tan habituado a lo mismo que fue incapaz de valorar lo que tenía con ella, lo que ella significaba en su vida y por supuesto, lo que la quería. Había bastado un enojo y básicamente perder su amistad para que se diera cuenta de que Lena era lo único que siempre debió importar. Ojalá pudiera regresar el tiempo y actuar mejor. Sabía que Lena tenía suficientes razones para no querer saber nada él... Ahora que por fin había entendido todo, era demasiado tarde. O tal vez no. Se esforzaría cada día hasta lograr el perdón de Lena y recuperar su amistad.
Kelly entró a la casa de forma tranquila y siguió avanzando hasta que llegó con su hermano. Le sonrío, James le regresó la sonrisa y cuando menos se lo esperó, Kelly lo abofeteó fuertemente. Las reacciones de dolor y descontento no se hicieron esperar.
—¿Qué te pasa, Kelly?
—La verdadera pregunta es qué te pasa a ti. ¿Qué fue lo que te dije hoy? Una cosa, una sola cosa te pedí hoy y fuiste tan estúpido para hacer lo contrario.
—Entiendo que estés molesta por lo de Lena, yo mismo me odio por eso. Más el golpe estaba de más. Soy tu hermano.
—¿Y qué con eso?. Si tú crees que te debo respeto sólo porque eres mi hermano mayor, estás totalmente equivocado. El respeto se gana y sinceramente, ahora no te tengo ni la más mínima consideración. ¿Por qué tenías que ser tan tonto, James?
—No estaba pensando. Sé lo que dije y cómo sonó, pero cuando estuve tan cerca de ella, de verdad me ganó un sentimiento mayor. Quise besarla, sí, pero no para olvidarme de Kara, de verdad sentí que quería hacerlo.
—Pues no puedes culpar a Lena por la forma tan torpe en la que se vieron tus acciones. Intento entenderte, pero no puedo. Después de todo lo que hiciste… si ahora te das cuenta de que en verdad amas a Lena... Simplemente no sé qué decirte... Bueno, sí sé. Aléjate de ella.
—No creo poder hacer eso, Kelly.
—Pues vas a tener que aprender cómo. Si te queda un poco de decencia y respeto, lo harás. De lo contrario, perderás a Lena para siempre y lo digo en serio.
—¿Cómo está ella?
—Decepcionada. Sí, yo creo que esa sería la palabra que resume cómo se siente. Y no es para menos.
—Le daré espacio a Lena.
—¿Te puedo creer? Se supone que harías eso con la rubia y seguiste insistiendo.
—Esto es diferente. Se trata de Lena de quien hablamos, la he lastimado en tantas formas que de verdad quiero que se encuentre mejor.
—¿Así que estás dispuesto a mantenerte lejos y a entenderla?
—Exactamente. De verdad lo haré, te lo prometo.
—Las promesas deben cumplirse o de lo contrario, mejor no hacerse.
—Lo juro.
—Está bien me encargaré de monitorear que cumplas tu palabra, más que nada por la tranquilidad de Lena.
—Kelly, gracias por la bofetada. Realmente me la merecía y te quedaste corta.
—Te merecías mucho más. Entiendo que Lena no lo haya hecho porque los únicos conflictos que le interesan son los de los juzgados... Pero ya que yo soy diferente, pues puedo darme ciertas y liberadoras satisfacciones.
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—¿Cómo te fue con Lena?
—Con ella bien, aunque me di cuenta de algo.
—¿Qué cosa?
—No me gusta que esté triste... Haría cualquier cosa por sacarle una sonrisa. No sé qué esté pasando por su vida, pero espero que todo tenga solución.
—Regresaste más pronto de lo que esperaba.
—Es que básicamente le dejé las cosas que le compré y me vine para acá.
—¿Cuál era la prisa?
—En realidad, ninguna. Es sólo que quería ver cómo estaba y brindarle un poco de apoyo, es todo.
—Con lo emocionada que te has mostrado por ella, no sé, no creí que fueras a eso solamente.
—Sí, yo sé que soy bastante transparente en cuanto a mis emociones. Más no era mi intención hablarle de amor o de cualquier cosa que pudiera incomodarle. Jamás me aprovecharía de la vulnerabilidad de una persona para pretender algo más.
—Muy bien dicho, Kara. Independientemente de lo que pase, haces bien en quererla de esta forma.
—Ella merece que la quieran bien. Sea yo o la hermanita de James… -Alex notaba el cambio de actitud que parecía tener Kara cada vez que mencionaba a Kelly.
—¿Otra vez los celos?
—No, es que a ella realmente le caigo mal desde antes de conocerme... Por la razón que sea. Aunque a mí también me empieza a caer mal.
—Claro, por Lena.
—No, por la actitud que tiene conmigo.
—Seguro sí se ha comportado de forma hostil, pero sé honesta contigo, lo que más te molesta es que sea tan cercana a Lena.
—Yo no pienso admitir eso.
—No hace falta.
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Al día siguiente...
Lena se despertó, ella normalmente no solía recordar sus sueños y ahora lo agradecía bastante. Ya de por sí se repetía en su mente el que James intentara besarla. Decidió que se merecía un chocolate de los que le habían regalado y al poco rato la serotonina hizo magia en ella. Se sintió mejor y decidió empezar su día trabajando. Pasada una hora quiso escribirle a Kara.
—Excelente y bendecido día, Kara. -El chocolate sin duda la había puesto de mejor humor.
—Buen día, Lena. No olvides mejorarte pronto.
—Nada que una buena dosis de chocolate no pueda curar.
—Confirmo.
—¿Crees que estés ocupada al rato? Me encantaría conocer el lugar que me mencionaste ayer.—Kara se emocionó con la idea de volver a ver a Lena y encima de mostrarle su lugar especial. Se tomó su tiempo para saber cómo contestarle, no quería parecer tan emocionada como se sentía.
—No creo que haya problema. Nos ponemos de acuerdo después.
—Me parece perfecto. Gracias por aceptar. Por cierto, los chocolates saben increíble.
—Me alegro que te gusten.
Kara percibía de mejor humor a Lena y ese simple hecho hubiera bastado para hacerla sentir bien. Ahora que sabía que la vería, el día empezaba de la mejor manera. Se fue a trabajar como cada día, con la diferencia de ahora se le hacía eterno el correr de las horas. Cuando por fin terminó su jornada laboral, se dirigió a casa para bañarse y alistarse.
—Que te vaya bien con Lena.
—Gracias, Alex.—Salió de su departamento y empezó a llover, no le importó mojarse ni lo que tuviera que hacer. Llegó al lugar donde Lena la esperaba.
—Disculpa el retraso.
—Kara, estás toda empapada y tú preocupándote por la puntualidad, sólo pasaron cinco minutos.
—Valoro el tiempo de las personas.—Y aunque por supuesto no lo dijo, cuando realmente tienes interés en alguien eso se nota.
—No puedo permitir que estés así, te vas a enfermar.
—¿Y qué crees que puedes hacer?—Se rio pensando que Lena no podía hacer nada, pero el que ríe al último lo hace mejor. Para empezar, Lena la puso debajo de su sombrilla junto a ella y fueron a una tienda de ropa.
—Espero que encuentres algo que te guste, aunque ahora lo más importante es que no te quedes por tanto tiempo con la misma ropa.
—Imagino que este es un episodio donde yo me niego a aceptar tu ayuda, pero tú me logras convencer. Así que por tu tranquilidad respecto a mi salud, nos ahorraré el drama a ambas.
—Te lo agradezco.—Compraron cualquier cosa lo más rápido que pudieron, incluyendo una toalla para el cabello de Kara. Además, Lena insistió en ir a una lavandería para que se seque la ropa de Kara y pudiera llevársela. Cuando por fin Kara estaba seca y propiamente abrigada, la lluvia cesó e inclusive salió el sol.
—¿El clima se burla de mí?
—El calentamiento global es real y es cosa seria. Por eso tantos repentinos cambios en la naturaleza. Lo importante es que no te enfermes, lo demás quedará como anécdota.
—El día en que Lena Luthor me compró ropa y me llevó a una lavandería... Necesito llevar un registro de todo lo que has gastado en mí.
—No es necesario. No te estoy cobrando nada, Kara. Y entiendo que quizá pueda ser incómodo que alguien pague cosas por ti... Pero no es mi intención hacerte sentir mal, es sólo que tú pareces estar bien con el hecho de tener un golpe en la pierna o estar empapada, pero yo no.
—Gracias por preocuparte. ¿Al menos me dejarás invitarte lo que consumamos? —Le preocupaba el hecho de que Lena siempre quisiera pagarle todo. No creía acostumbrarse a eso.
—Si eso quieres, claro.
—¿Hablas en serio?
—Por supuesto. —Kara sonrió ampliamente.
—¿Y a dónde me vas llevar?
—Tal vez parezca un lugar insignificante e inclusive no sea el más bonito, pero esconde algo en particular que a mí me encanta.
—Eso es encontrar la belleza en la simpleza de las cosas.
—Exactamente.—Llegaron a un pequeño local que parecía una singular cafetería. Kara le indicó a Lena que debían subir unas angostas escaleras. El lugar parecía un poco antiguo y descuidado, peor de lo que recordaba Kara. Se estaba arrepintiendo de llevar ahí a Lena cuando recordó por qué había elegido ese lugar. Se sentaron en una mesa que daba vista al exterior y se observaba el cielo que ahora mostraba un bello arcoíris.
—¿Ah sí que este es tu lugar secreto?
—Sí.
—Es muy bonito, se puede observar todo desde aquí. Además de sentir el aire y ver a la gente pasar. Gracias, Kara.—Lena estaba maravillada observando todo, pensar que siempre había pasado por ese lugar y desconocía el tesoro que se encontraba en medio de todo.
—Gracias a ti por valorar lo que para los demás es importante. Lo hiciste con los libros y lo haces ahora.
—Yo creo que cuando alguien te comparte algo que te gusta. Dícese una canción, un libro, lo que sea; te está compartiendo un pedacito de su alma. Por lo que no me tomo a la ligera las recomendaciones, al contrario, trato de darles el respeto e importancia que se merecen.
—Nunca me dejará de sorprender tu amabilidad.
—Gracias. ¿Cómo encontraste este maravilloso lugar?
—Tuve que cambiar de casa en algunas ocasiones y cuando llegué a esta ciudad pues no conocía nada ni a nadie. Generalmente no me importaba mucho porque siempre estaba con mi hermana, pero ella empezó a ocuparse cada vez más, por lo que pasaba tiempo sola. No fue un proceso fácil, extrañaba mi antigua vida, así que me estuve paseando por aquí. Se supone que sólo iba a comprar algo para comer hasta que vi una pareja subir las escaleras, le pregunté al chico que me atendía y me dijo que podía subir y que se encargaría de mi pedido. Entonces me senté en esta mesa y mientras observaba todo el alrededor, por primera vez desde que llegué aquí me sentí como en casa y todo empezó a mejorar. Cuando tengo ganas de reencontrarme, este es un buen lugar para sentirme así.—Lena pensó en lo mucho que Kara le estaba compartiendo sobre ella. Admiraba la actitud que tenía Kara ente la vida. Siguió observando desde aquel balcón y era cierto que la vida le parecía más sencilla desde ese lugar.
—Puede resultar complicado e incluso doloroso cambiarse tanto de casa. Para algunos puede ser la oportunidad de conocer a más personas. En cambio para otros, resulta difícil la adaptación... Mis padres tenían la idea de que así fuera nuestra vida, pero yo no estaba de acuerdo, afortunadamente los Olsen llegaron a mi vida y se convirtieron en mi segunda familia.—Kara ahora entendió lo importante que Kelly era para Lena y lejos de sentirse mal, se sintió contenta de que ella y James llegaran a su vida y le quisieran tanto a Lena.
—Me alegro que se hayan conocido ¿Los conoces de toda una vida, verdad?
—Sí, así se siente.—Lena pensó en James y en como lo había conocido, algo tan simple como acercarse a ella le había traído una familia y una mejor amiga. Es por eso que se había confundido con James, todo este tiempo lo que sentía era un profundo agradecimiento por llegar a su vida.
Aunque Kara deseaba saber más sobre Kelly, decidió no preguntar más y sólo alegrarse de poder ver un hermoso arcoíris junto a Lena.
—¿Vas a querer algo más, te gustaron tus donas?
—Me encantaron, pero ya no puedo comer, de seguir así tendrías que llevarme cargando al auto.—Aunque estaba consciente de que era broma, Kara se preguntó si en realidad podría hacer eso. Le gustaba hacer ejercicio y sus brazos eran fuertes pese a su complexión delgada, pero probablemente no llegaría muy lejos cargando a Lena, por no decir que podría ser bastante accidentado todo.
A Lena le daba gracia como Kara parecía desconectarse del mundo e imaginar no sabía qué cosas. Lo notaba por la forma en la que sonreía. Kara al sentir la mirada de Lena dejó de estar pensando en situaciones random.
—Ojalá hayas disfrutado de un agradable momento.
—Por supuesto, este lugar es realmente maravilloso, la comida excelente y la compañía es probablemente lo mejor. Gracias por todo, Kara.
—No deberías decirme cosas tan lindas...
—Sólo digo la verdad. ¿Por qué no debería decirlo?
—Porque me sonrojo ante los cumplidos. —Y Lena vio que era verdad, las mejillas de Kara estaban coloradas. Se daba cuenta que eso le daba un toque tierno a su rostro. En realidad eso es lo que podría decir de Kara, era realmente tierna y muy alegre. Parecía tan diferente de ella y eso le agradaba.
—Bueno, Kara, no pasa nada. No tiene nada de malo sonrojarse. Al contrario, te ves muy linda. — Afortunadamente para Kara ya no podía sonrojarse más de lo que estaba.
—Gracias, Lena.
—Kara lo he estado pensando y me encantaría seguirte conociendo.
—¿De verdad? A mí también.
—Sí. ¿Aunque no es extraño? Ya sabes, todo esto de James.
—Tal vez James sólo era el intermediario para que nos conozcamos.
—No lo había visto así, pero puede ser verdad. A veces suceden acontecimientos que los entiendes con el tiempo.
—Yo ahora no tengo ninguna relación con James y creí que ese era suficiente motivo para no volver a verte. Me alegra haberme equivocado.
—Sin duda esto es muy extraño. Porque antes nos unió las amistad que ambas teníamos por James y ahora ninguna habla con él.
—¿James y tú ya no son amigos?
—No sabría decir si seguimos manteniendo o no una amistad, sólo estoy consciente que por ahora estar lejos es lo mejor para ambos.
—¿Por eso has estado triste?
—Sí, veinte años de amistad son demasiadas memorias y momentos.
—Tal vez no ahora, pero pronto puedan resolver esas diferencias y recuperar su amistad.
—Ya veremos. Al menos no interfiere entre Kelly y yo.—Kara sólo pudo concentrarse en el "Kelly y yo". Ahora era consciente que la tristeza de Lena se debía a la amistad con James y no a un corazón roto como pensaba. Aunque Kelly parecía ser cada vez más importante en la vida de Lena.
—Se ve que se quieren mucho…
—Querer nos queda corto, amo demasiado a Kelly.—Lena ignorante de los sentimientos de Kara, obviamente no se refería a Kelly en un sentido romántico. Amaba a su amiga y haría cualquier cosa por ella, pero no sentía más que amistad. Por supuesto Kara no sabía nada y mal interpretó sus palabras. Lena notó como si la alegría de Kara se hubiera esfumado y no entendía por qué.
A diferencia de James, Kara entendía que probablemente Lena sólo le podía ofrecer una amistad y esa era la razón por la que se quedó a su lado pese a sentir su corazón quebrarse. Le gustaba tener a Lena en su vida como persona.
—Es bueno que tengas a Kelly en tu vida. Sé que no le agrado, pero imagino que es una grandiosa persona.
—Es grandiosa, sí. Ojalá tú y ella se dieran la oportunidad de conocerse mejor, yo creo que se llevarían muy bien si se dieran la oportunidad.
—Yo por el contrario pienso muy diferente. No veo como ella y yo pudiéramos tener una charla agradable y menos ser amigas.
—Tendrán que solucionar sus diferencias, porque no pienso dejar de ver a ninguna y no quiero estar como árbitro.
—No pasará a mayores, tampoco es que la odio. Simplemente que si me molesta, yo lo haré también.
—Entiendo.—Kara efectivamente pagó lo que consumieron, salieron del lugar y Kara estaba lista para despedirse.
—Me dio gusto verte y que bueno que estás mejor.
—Kara, ¿Me dejarías llevarte a tu departamento? Parece que volverá a llover y no me gustaría que te vuelvas a mojar.
—No tienes nada de qué preocuparte. Unas cuantas gotas no me harán daño, además yo casi nunca me enfermo. Alex siempre dice que nací con una salud privilegiada.
—¿Estás segura que no quieres que te lleve? No me cuesta nada.
—Estoy segura, gracias de todas formas Lena, en especial por la ropa.
—Te quedó muy bien el look.
—Eso es porque me ayudaste a escogerlo.
—No, me gusta mucho el estilo que tú tienes, que sea diferente al mío no lo hace menos lindo. La razón por la que te ayudé es porque me urgía que te cambiaras esa ropa húmeda.
—¿Siempre eres así de amable y considerada?
—Intento ser mi mejor versión cada día.
—Lo logras.—Lena le sonrió a Kara.
—En fin, ya que no me dejarás llevarte por lo menos acepta mi sombrilla. Por favor.
—Ok, pero sólo la tomaré prestada. Te la devolveré en cuanto pueda. Gracias. Nos veremos en otra ocasión.
—Después será mi turno de mostrarte un lugar especial, lo prometo. Gracias por todo, disfrute mucho este día. Eres increíble, Kara.
—Tú eres maravillosa, Lena. Recupérate pronto.
—Recupérate pronto, Kara.—Ambas tomaron caminos diferentes y efectivamente volvió a llover, afortunadamente Kara no volvió a mojarse. Llegó a su departamento y su hermana no dejaba de observarla.
—¿Qué pasa, por qué me miras así?
—Bonita ropa...
—Ah, esto. Cortesía de Lena Luthor.—Alex alzó las cejas y le sonrió pícaramente.
—Ok... No necesito saber detalles.
—¡Alexandra, no es lo que estás pensando!
—Te desapareces por horas, para ver a tu crush por si fuera poco, llegas con nueva ropa y me dices que es por ella. ¿Qué querías que piense?
—Esperaba que no pienses nada, eso hubiera estado bien. Pasa que para cuando llegué con Lena estaba lloviendo y bueno... Lena se preocupa por la salud de las personas.
—¿Así que simplemente ella te compró ropa nueva?
—Así es.
—No cabe duda que el dinero no es un problema para ella. Igual fue muy lindo detalle de su parte, con razón estás sintiendo tanta cosas por ella… —Kara no sonrió ante el último comentario de Alex, al contrario, se quedó pensativa.
—Estoy en problemas, Alex.
—¿A qué te refieres?
—Lena. Más bien lo que siento por ella, es mi debilidad. Ella es como lo que hace la kriptonita a Superman. —Alex abrazó a su hermana, ahora Kara experimentaba dos cosas que no había sentido antes: enamorarse y sufrir por amor.
—¿Qué fue lo que pasó, te friendzoneó?
—No, aunque ni falta hizo. Ella ama a Kelly... Cosa que aunque no me sorprende, no quiere decir que no me duela…
—¿Te lo dijo directamente o tú sólo lo entendiste?
—Me dijo textualmente que la ama, como si fuera lo más común del mundo decir eso.
—Por lo menos debió decirlo con anestesia, tampoco tenía que ser tan letal.
—La culpa fue mía, mi curiosidad y yo somos mala compañía.
—Ay, hermana. Sólo a ti se te ocurre, aunque quizá sea lo mejor. Tal vez estés a tiempo de que no te rompa el corazón.
—Es que ese es mi dilema. Quiero estar cerca de ella y a la vez sé que eso me hará mal. Como ahora que quería traerme a casa y tuve que decirle que no, porque es como que quiero su amistad y a la vez no quiero que seamos como mejores amigas o algo así.
—Kara, aléjate mientras todavía puedas hacerlo. —Kara empezó a estornudar.
—Seguro alguien se acordó de mí. —Siguió estornudando.
—Sí, alguien se acordó de ti... Los virus. Al fin recuerdan que existes y te hacen ver finalmente como humana.
—Lo que me faltaba.—Lena llegó a su departamento sonriente y esta vez no se debía al chocolate o a los efectos de éste, sino a Kara. Realmente no podía estar triste o desanimada cuando estaba cerca de ella. Para Lena, Kara era una de las personas que ella denominaría almas "sol", porque su pura existencia ilumina los días de los demás, en especial parecía traerle luz a su vida.
Continuará...
_______________Nota:
Ojalá disfruten el capítulo ❤️, gracias por su apoyo y paciencia ✨
Nos leemos pronto.
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Caminos inesperados
FanfictionLena Luthor y James Olsen han sido mejores amigos durante gran parte de su vida. Después de dos años en el extranjero, Lena decide volver y conquistar a su mejor amigo. Sin embargo, sus planes románticos se verán frustrados cuando James conoce a un...