Capítulo 17: La visita

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Kara entró al departamento y por fin pudo expresar su alegría.

Realizó un baile de celebración y alegría que alguien como Alex no pudo pasar por alto.

—Alguien está muy feliz en este momento, parece que todo salió bien con Lena.

—Mejor que bien—Kara abrazó a su hermana mientras seguía bailando—Alex no sabes lo feliz que estoy.

—Me alegra que estés así, hermanita.

—Sí, aunque no debiste prestarte a irte con Kelly… Aunque definitivamente no me quejo.

—No, es que yo no me presté. Fue todo un plan de aquéllas dos mentes brillantes y perversas… Yo sólo acaté órdenes de mi superior Olsen.

—Superior Olsen, jajaja.

—Haría cualquier cosa por ella, siendo sincera.

—Alex, ¿No crees que vas muy rápido con Kenny?

—No hay tiempo que perder. Ya llevaba toda una vida sin conocer a Kelly para tardarme más. No todas tenemos que tardar tres años como tú.

—Eres exagerada e inconsciente. Me parece que no te has dado cuenta que Kenny no se parece en nada a ti.

—Mira, Karlita. Si quisiera a alguien como yo, ya me habría casado conmigo. Justo lo que me gusta de ella es que  sea tan diferente a mí.

—¿Cómo me llamaste?

—Karlita.

—Sólo Kenny puede llamarme así.

—Soy tu hermana, puedo llamarte como quiera. Y más si es algo que diría ella.

—¿Te gusta mucho, verdad?

—Kelly es maravillosa. Todo me gusta de ella hasta que te llame Karla.

—Ay, hermana, espero que todo te salga bien con ella. Hace tiempo que no te veía tan entusiasmada con alguien.

—Es que Kelly no es alguien. No es cualquier persona que simplemente una conoce y ya, ella es especial.

—Es una gran mujer, sin lugar a dudas. No sabes todo lo que me apoyó en la fiesta de los padres de Lena. Si no hubiera sido por ella, no sé cómo sería todo ahora, tal vez ahora no estaría tan feliz.

—Es que te digo que es fantástica. Y a todo esto, ¿Qué te tiene tan feliz?

—Lena es mi sueño hecho realidad.

—Bueno, eso ya se sabía hace bastante rato… Sólo que te ha cambiado la expresión, la última vez que te vi no estabas con este rostro que ahora tienes.

—Al principio no sabía si era o no correcto confesarle mis sentimientos a Lena, al menos de la forma en que lo hice. Diría que la forma quizá no fue la mejor idea.

—¿Por qué crees eso? Yo soy de la idea de que no existen momentos perfectos, lo haces o no lo haces.

—Estoy de acuerdo, aunque se me ocurre hacerlo después de una noche en que ella se emborrachó y en el momento que ambas sentíamos una especie de vergüenza. Ella todavía estaba procesando cosas cuando yo le salí con tremenda sorpresa. Yo estaba lista para salir huyendo… Ella me sorprendió de tantas formas.

—Sabía que Lena no me podía quedar mal, siempre le he tenido fe.

—Hablas de ella como si la conocieras de toda la vida, ya ni yo.

—Es muy bonito lo que sea que tengas con Lena, de verdad. Sólo que Lena es como mi comadre de vidas pasadas, me cae demasiado bien mi cuñada.

—Todavía no es tu cuñada… Apenas estamos descubriendo qué es lo que queremos.

Caminos inesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora