Capítulo 28 ; "Es triste decirlo, pero aún te quiero"

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Las dedos de la mano de Ryan acariciaron la palma de su mano, brindándole leves caricias que le relajaban a cada movimiento que hacia y provocaba que cerrara los ojos, y exhalara leves suspiros con los labios entreabiertos.


-¿Sabes que día es hoy, verdad? -Preguntó Ryan, deteniendo sus movimientos.


Ella frunció el ceño, girándose a él. -No, ¿qué día es hoy? 


Ryan sonrió y le señaló la barriga, con un movimiento de cabeza. 


Ella agachó la mirada, pero todavía no hallaba la respuesta a su pregunta.


Ryan habló, contestando a su pregunta. -Hoy es el día en que veremos a este pequeñín de aquí, ¿recuerdas? 


Ella abrió los ojos, impresionada. 


-¿Hoy es 12? -Preguntó, levantándose del sofá en que se encontraban.


Él asintió con la cabeza. -Tengo el coche aparcado enfrente, ¿estás lista?


Ella suspiró y asintió con la cabeza. -Voy a coger el abrigo y a ponerme las botas y salgo, ¿me esperas con el coche en marcha? 


Ryan asintió y con lo dicho salió por la puerta principal, y caminando hacia su coche activó la alarma de este y se subió en el asiento del piloto. Los minutos pasaron y pudo observar como ____________ salía de su casa cerrando la puerta con llave y caminando a paso lento hacia el coche. 


-¿Preparada? -Preguntó Ryan, antes de poner en marcha el coche. 


Ella asintió soltando un sonoro suspiro, se abrochó el cinturón y admiraba las calles por las que pasaban a velocidad reducida por la seguridad de todos. A los pocos minutos ya estaban estacionando enfrente del centro de atención primaria (CAP).


Entraron por las puertas correderas y subieron por el ascensor hasta el segundo piso, salieron por este, y pudieron observar un cartel encima de la puerta que separaba el ascensor y las escaleras de las consultas y la recepción. 


"Atención a la mujer"


Abrieron la pesada puerta y nada más entrar pudieron apreciar la secretaría en frente de sus ojos, caminaron hacia esta y una señora con avanzada edad, estaba detrás del escritorio, mirando al ordenador que estaba delante de ella.


-Buenas tardes, una pregunta, ¿la consulta de la doctora Moore? -Preguntó educadamente, él.


La señora alzó la mirada y sonrió. -Buenas tardes, es la consulta número 3. 


-Gracias. -Dijeron los dos al unísono, y caminaron juntos hacia la sala de espera que constaba de bancos paralelos donde la gente esperaba a ser llamada por la misma doctora o por la auxiliar de esta. 


Los minutos pasaban, y el silencio reinaba en la sala, excepto por el niño que descansaba en su carrito, el cual comenzaba a jugar con sus ruidosos juguetes.

ereѕ nυeѕтra {נυѕтιɴ&тú} #Book 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora