CAPÍTULO DOCE.

2.9K 269 91
                                    

Una fuerte ráfaga de viento entró por la ventanilla de la furgoneta. En el asiento del copiloto permanecía Nancy profundamente dormida. Harry le bajó volumen a la radio y se relajó suspirando. Ed estaba en el teléfono haciéndole un sin fin de preguntas que Harry apenas si podía responder.

Regresaban a Doncaster, el viaje era largo por lo que decidieron partir esa misma mañana. El rizado se había despedido de toda la familia, también le hubiese gustado despedirse de Louis pero lastimosamente el castaño no regresó a casa desde la noche anterior. Jay le había regalado unas artesanías del pueblo, un lindo atrapasueños como el que Harry había comprado para Ed. Después de desayunar y ver a Nancy llorar un mar por despedirse de su mejor amigo, el rubio ese, por fin habían subido al auto.

—Creí que regresarías antes de las dos semanas. —dijo Ed. —Tenía planeado tomar el té mientras veíamos una película de Barbie.

Harry rió divertido.

—¿La princesa de las perlas mágicas? —bromeó. Recuerda a Gemma obligándolo a ver un millón de películas de Barbie, no se queja, son muy entretenidas.

—No. Barbie y las zapatillas mágicas.

—Uff, es mi favorita. —mitad broma mitad enserio. ¿Qué? Es completamente normal.

—Deberíamos salir mañana por la noche, en Prive abrieron un nuevo bar. ¿Vienes?

—¿Llevarás a Stella? —la novia de su mejor amigo. Los tres chicos trabajaban en el mismo bar, era divertido tener amigos en el trabajo, lo hacía menos estresado.

—Probablemente venga. La otra vez dijo que quería ir al nuevo bar, así que creo que estaría bien. ¿Nancy vendrá?

Harry le echa un vistazo a su novia.

—No creo, sabes que no es fan de las fiestas.

—¿Si podrás ir? —se burló Ed. —La ultima vez cancelaste nuestra cita sólo por los celos de tu novia.

—Sólo fue una vez.

—Tres veces. —dijo en voz cantarina.

—De acuerdo, fueron tres. Pero esta vez es diferente. —suspiró. A estado suspirando mucho últimamente. —Hay algo de lo que me gustaría hablar contigo.

—¡Yo no hice nada! —dijo al instante. Harry rodó los ojos.

—No seas imbécil. Es un tema personal, te cuento mañana.

—¿Por qué no ahora?

—Mañana mañana.

—Me dejarás con la duda.

—No morirás. Tengo que colgar, mi batería es baja. Te veo mañana cabeza de zanahoria. —finalizó la llamada y guardó su teléfono.

Estaban entrando ya a la ciudad pero aún faltaba media hora para llegar a su departamento. Harry se encontraba muy cansado, agotado y sentía como un horrible dolor de cabeza comenzaba a formarse. Tenía hambre y mucho sueño, pues la noche anterior no durmió nada, gracias a la voz chillona de su cabeza que no dejaba de gritar un nombre en especial.

Sabía que estaba cometiendo un grave error al pensar de esa manera en Louis, se repitió que no tenía nada de malo que un chico le atrajera. Pero éste no era un chico cualquiera, no era común y corriente. ¡ERA EL PRIMO DE SU NOVIA!

¡Santa mierda! ¿Qué estaba haciendo?

Terrible. Así se sentía.

Se sentía mal por estar pensando en alguien más que no fuera Nancy, sentía como si la estuviera engañando. Harry no quería eso, por lo que se obligó a callar a su mente.

Colapso. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora