CAPÍTULO DIECISIETE.

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El viento cálido se coló por la puerta-ventana abierta del departamento de Louis. Harry estaba muy sorprendido, ya que no sabía que Louis pasaba también su tiempo en la ciudad y que era poseedor de un departamento.

Los rayos del sol se colaban pegando directo en el rostro pacifico de Louis. Harry acariciaba la mejilla del castaño; ambos acostados, despertaron desde muy temprano solo para contemplarse. Compartían miradas y pequeños besos, así mismo una que otra caricia. La noche anterior no hicieron nada más que acostarse y besarse hasta quedarse rendidos, dando toda su fuerza en las caricias de los besos.

Harry puede decir con orgullo que nunca antes había deseado tanto despertar para admirar al chico frente a él. Puede decir que jamás disfrutó dormir en el pecho de alguien como lo hizo con Louis. Amó su calmada respiración y en la forma que lo sostuvo contra sí, temiendo dejarlo solo, temiendo que Harry escapara de sus brazos y quedarse en el desierto del silencio y la soledad.

—No me gusta Henry. —susurró Harry deteniendo las caricias en la mejilla de su amante. La sombra de una sonrisa se asomó en los labios de Louis.

—Lo sé. —dijo con el mismo tono, un poco más perezoso. —A mi no me gusta Nancy.

Harry sintió una daga clavarse justo en su pecho, en su pequeño corazón latiendo un poco más de lo normal. ¿Hasta cuándo seguiría con esto? ¿Hasta dónde llegarían? El rizado sabía que ninguno de los dos tenía el derecho de reclamar o decir lo que les disgustaba o no. Solo eran un par de amantes como tantos otros en el mundo, escapándose para verse y no desear regresar. Pero aquí, justo aquí, Harry lo sabía; él era el único traidor.

Un día, talvez, si no terminaba con Nancy, un día talvez moriría de culpa.

—Lo sé. —terminó diciendo Harry con un hilo de voz. —No sé como...

—No has terminado con ella ¿verdad? —Louis coló su mano por debajo de la playera de Harry y acarició su cadera con sus dedos fríos.

Hubo un momento en que Harry se sintió culpable, Louis quizá lo notó en sus ojos.

—Intenté. Pero Nancy... —se atragantó con sus propias palabras, el camino para continuar se cerró clausurando las palabras a su paso.

—No sé como debería sentirme al respecto. —Louis acercó su rostro y besó su mejilla, un toque tan suave que Harry se obligó a cerrar los ojos.

—Tampoco sé como sentirme al respecto. —murmuró sintiendo los dedos juguetones de Louis acariciar el borde de su bóxer. Reprimió un suspiro.

—¿La quieres? — Harry sabía que Louis conocía ya la respuesta.

—Lo sabes.

—Necesito que me lo digas. —introdujo su mano dentro del bóxer del rizado y acarició, torturó, su miembro con su dedo índice enviando miles de escalofríos por todo el cuerpo de Harry. —Por favor.

—No la quiero. —ahogó un suave gemido al tiempo que Louis tomaba su hombría con su mano y jugaba con ella causando que comenzara a despertar.

—Tal vez, solo tal vez, algún día puedas ser completamente mío. —cerró el espacio entre ellos y besó con hambre a su asustado amante. Se subió sobre él sin sacar su mano de su bóxer y repartió dulces besos en el cuello de Harry.

—Quiero ser tuyo. — dijo Harry cerrando los ojos y dejándose llevar por las sensaciones que recorrían en caricias su cuerpo. Louis comenzó a masturbarlo con calma y lentitud llevando al desespero a Harry.

—Calla, mojigato. —atrapó sus labios antes de que el ojiverde protestara y lo masturbó más rápido teniendo a Harry retorciéndose y gimiendo bajo él. —Por hoy, puedo ser tuyo. —murmuró entre el beso.

Colapso. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora