CAPÍTULO DIECINUEVE.

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Las personas pertenecientes al Club Black bailaban descalzos en la arena, teniendo como música las olas del mar e "I love it" de Icona Pop. Los gritos y las risas hacían eco por la playa; había una hielera grande repleta de cervezas frías. Después de la carrera, la cuál Liam salió vencedor, hicieron una fiesta para celebrar el triunfo y burlarse de su club oponente, los Red.

Habían pasado cuatro días desde que Nancy partió a Londres. Durante ese tiempo no sucedió la gran cosa, a menos que se incluya las salidas de Harry con Louis. Y las noches de borrachera, o las horas que se encerraban en el departamento de Louis para tener sexo desenfrenado y salvaje, las incontables veces que lo hicieron en la ducha. Las tardes que se robaban besos cálidos que iban directo a sus pechos sembrado un sentimiento único. Tan solo cuatro días y habian hecho de todo, lo que significaba que necesitaban más, porque no era suficiente.

Ya no era suficiente para ambos, ellos necesitan una eternidad, ambos eran egoístas. Solo cuatro días se sentían cuatro años, ellos creían conocerse desde hace tiempo, ambos se conocían bastante como si ya hubiesen vivido la misma historia. Eso eran, una historia ya escrita, conocían el principio y el desarrollo pero no el final.

Esperaban por leer el final, rogando por terminar bien.

Harry veía a Louis a la distancia, el castaño hablaba muy animado con Henry. Claro que no, Harry no estaba celoso porque Henry hacía reír a Louis en un dos por tres, él era incapaz de sentir celos.

—Hey, te estuve buscando. —Liam se sentó en la arena junto a él y le sonrió para después beber de su cerveza.

—Estuve todo el tiempo aquí. — Harry esquivó la mirada de Louis cuando éste los vio a la distancia con el ceño fruncido.

—¿Qué te pareció la carrera? —preguntó.

—¡Increíble! ¡Dios! Realmente eres bueno. —y era cierto. Liam era magnífico.

—Bueno, no tanto, gracias. —soltó una risa floja. —Tuve que tirarme a Zayn anoche para que me dejara ganar.

Harry se ahogó con su propia saliva y abrió mucho los ojos, luego sonrió.

—¿Lo hiciste? —preguntó sin dejar de sonreír.

—Algo así, solo le di una mamada.

Harry se carcajadeó con fuerza llamando la atención de muchos, incluso la de Louis.

—Bueno, hoy tengo que cumplir con la segunda parte del trato. —rió junto a Harry.

—Vaya. —suspiró para calmarse. —¡Liam! —volvió a reír.

—¡Ven! ¡Vamos a bailar! —Liam se levantó de inmediato cuando un jazz comenzó a sonar. Era la música de los motociclistas, todos sabían bailar.

Harry siguió a Liam rodeando una fogata y se unieron al baile.

—No sé como hacerlo. —confesó Harry viendo a los lados con la vergüenza creciendo al estar parado mientras todos a su alrededor bailaban.

—Solo sígueme. —Liam lo sujetó de la cintura y lo pegó un poco a su cuerpo. —¿Qué sucede entre tú y Louis? —preguntó curioso.

—¿A qué te refieres? — Harry se hizo el desentendido frunciendo el ceño como si realmente estuviera pensando.

—No te hagas el tonto, todos hemos visto como se miran. —Liam se tambaleó un poco, Harry lo sujetó para evitar que el castaño se cayera.

—Digo, uhm, somos ¿amigos? —eran más que eso, más que cómplices y amantes, más que dos corazones interesados en probar el sentimiento del amor. Mucho más.

Colapso. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora