CAPÍTULO FINAL.

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Las latas vacías de cerveza permanecían tiradas en el suelo. El olor a tabaco estaba por el aire de la habitación y en la radio sonaba una y otra vez la misma canción. "Dance this mess Around" la canción que le recordaba a él. La canción que sonaba aquel día cuando lo vio por primera vez cantando a todo pulmón en su auto, la primera vez que lo vio.

Esos días se sentían tan lejanos, como si no hubieran sucedido nunca. Ahora solo tenía recuerdos vagos y fantasmas que lo acompañaban a donde sea que fuera.

La primera vez que vio a Harry se burló mentalmente de ese rizado distraído, de la forma en que golpeaba el volante dando un show en la gasolinera, realmente fue divertido. La segunda vez que lo vio sentado en las gradas del porche de la casa de la playa, no tardó ni un minuto en reconocerlo y burlarse de él. Oh, Louis amaba reírse de él.

Y a medida que los días pasaban comenzó a agradarle secretamente, nadie tenía porqué saber que le agradaba. Y ese era el problema, a Louis no le agraba nadie. Descubrió que podía bromear y recibir de vuelta la broma, que podía ser entendido sin ser juzgado. Louis no era estúpido ni hetero, le gustaba Harry, el tipo era muy lindo y estaba bueno. Había un problema, era el novio de su prima.

Su querida prima, aquella que habló mierda de él y lo puso en una mala posición frente a su familia. Nancy, la que contó su secreto de mayor valor y se burló olvidando que eran "mejores amigos". Louis, quién para desmentir que era Gay comenzó a llevar chicas a su casa para que sus padres vieran que nada de lo que Nancy dijo era cierto. Aún siente el dolor de la traición, aún palpita en su pecho cada vez que recuerda ese día. Pero a pesar de todo tuvo consuelo con su tía Eli, ella le prometió que estaba bien ser quién era y no debía tener miedo de sus sentimientos. Y aún así Louis siguió fingiendo ser alguien que no era, todo por miedo a ser juzgado.

Una disculpa hubiera sido suficiente.

Pero el alivio llegó cuando entró al Club, todo mejoró y supo que había encontrado un escape de sus problemas. No obstante, algunas veces dormía después de dorgarse intentando olvidar lo que no quería recordar. Todas esas palabras recorriendo por su mente día y noche, todo el tiempo. Y supo que las palabras marcadas nunca se irían así que aprendió a vivir con ellas, odiando todo a su paso; despreciando a las personas tanto como se despreciaba a sí mismo.

Liam, aquel motorista, llamó su atención un día después de ganar una carrera clandestina. Louis lo invitó a unas copas y después terminaron riendo acostados en la arena viendo el cielo de verano. Ambos salían a lugares donde uno de los dos terminaba en alguna pelea, ambos aprendieron a cuidarse la espalda. Eran compatibles, no fue difícil llevarse bien y formar una amistad.

Pero siempre tuvo complicaciones que prefería ignorar. Se la pasaba de fiesta en fiesta para despertar a la mañana siguiente con un cuerpo desnudo en su cama. Algunas veces se queda con el chico y salían hasta que Louis se aburría. Normal en él.

¿Entonces por qué sentía una punzada horrible en su pecho al pensar en Harry? Si siempre pensó solo en él, ahora pensaba mucho en Harry, desde la segunda semana que lo conoció. Hubo como un cortocircuito en su interior cada que veía esos ojos esmeralda y esos rizos largos, siempre creyó que era cosa del momento. No podía gustarle alguien que tenía pareja y aún más, su pareja era su prima.

Fueron esos ojos verdes que lo cegaron e insistieron en no salir de su mente, después de besarlo se quedaba despierto hasta la madrugada imaginando despertar con él. Supo que se había perdido por alguien que tal vez solo lo tomaba como un juego, pues seguía con Nancy. Y no habia señal de que esa relación terminara pronto, Louis era impaciente, quería a Harry solo para él, solo con él. No con Nancy, no con alguien como ella.

Colapso. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora