Burbuja (Frerard)

Capítulo 7

Narra Gerard

Aún no puedo creerlo, tal vez esté soñando o estoy demasiado drogado, pero es que ¿en serio que Frank Iero me invitó a cenar? Bueno, no fue precisamente una invitación, sólo dijo: vamos a cenar al terminar el show, todo eso después de que con alcohol y drogas en mi organismo me envalentonara para darle un beso en la boca.

¿Acaso le habrá gustado ese beso? Dijo que no quería olvidarlo. No sé ni siquiera qué pensar, sólo quiero que ya termine el show para salir con él, para escuchar lo que tiene que decirme, porque ha estado tan insistente con que quiere decirme algo, espero no sea nada malo. Espero no sea para reclamarme por insinuármele o peor aún, por besarlo.

No he consumido ya nada más, tal vez unos tragos de alcohol solamente, pero quiero estar lo más lúcido posible esta noche en que saldré con Frank, porque hace tiempo que no lo hacemos, hace tiempo que se distanció de mí, o ¿yo me distancié de él? Solíamos ser los mejores amigos, pero no sé qué pasó, tal vez todas las estupideces que hago terminaron por alejarlo de mí, y no lo culpo, ¿quién querría estar al lado de un alcohólico y drogadicto? Sólo tipos que hacen lo mismo que yo.

Tengo la adrenalina a flor de piel, estamos a nada de salir al escenario y encontrarnos con cientos de personas que han venido a vernos. Había olvidado lo bien que se siente estar frente a tantas personas en mis cinco sentidos, porque a quién quiero engañar, siempre estoy drogado o cuando menos bebido durante los shows.

La ovación no se hace esperar, saludo a los presentes y hoy, por primera vez en mucho tiempo me siento feliz, esto tiene que ver con que Frank me haya invitado a pasar tiempo con él, con lo que tiene que decirme, no quiero hacerme muchas ilusiones, pero no puedo evitar emocionarme sólo pensar lo que ocurrirá al terminar el show. Y sí, hoy me entrego como hace mucho no lo hacía al público, porque no seremos la banda más famosa, pero hay gente aquí a la que les gusta nuestra música, que corea nuestras canciones, que las sienten y eso es increíble.

Durante el concierto volteo a ver en ocasiones a Frank y cada que nuestras miradas se cruzan me sonríe y yo siento que me derrito, me siento en una burbuja pero esta vez sin necesidad de drogas ni alcohol de por medio, me siento tan bien cantando frente a tanta gente, con mis amigos sobre el escenario y con ese chico que me ha robado el corazón, porque debo aceptarlo que estoy profundamente enamorado de Frank, sólo quiero que él sienta lo mismo. Hoy me siento bien.

Al término del show me encuentro con Frank, me dice que si podemos irnos ya, sin embargo yo quiero cambiarme de ropa, incluso estoy tan animado como para darme una ducha antes de nuestra ¿cita?. Le digo que lo veo en el bus, pues me adelantaré para cambiarme de ropa, él dice que en unos momentos me alcanza, pues se quedará para ayudar a los chicos a recoger las cosas.

Me dirijo a toda velocidad hasta nuestro bus para rápidamente meterme a la ducha, porque vaya, después del show de esta tarde he terminado todo sudado y con la ropa asquerosa, no quiero estar así frente a Frank, quiero verme bien. Termino de ducharme y me dispongo a buscar algo de ropa limpia o al menos la menos sucia, para vestirme e ir con Frank. Opto por ponerme una playera negra, un pantalón de mezclilla, mis converse y una chaqueta. Trato de acomodar un poco mi cabello. Aún Frank no ha llegado al bus, por lo que me dispongo a salir para ir a su encuentro.

Bajo del bus, apenas si camino unos pasos y paro en seco ante la escena frente a mí, es Frank, mi Frankie, está con esa chica, con Jamia, la chica con la que jamás podré competir, porque no le llego ni a los talones, ella está ahí, abrazando a Frank, un abrazo que dura segundos, minutos, no lo sé. Cuando ese abrazo termina ambos se miran y ella le da un beso en los labios, yo siento que soy el tipo más estúpido y patético del mundo.

Cómo se me ocurrió pensar tan siquiera que Frank podría sentir algo por mí, que siempre estoy alcoholizado, drogado, que siempre huelo mal, desaliñado, gordo, horrendo. Sólo quiero desaparecer, imagino ahora el asco que sintió Frank cuando lo besé, tal vez no quería olvidar ese beso porque quería reclamarme que había sido repugnante y por Dios, había olvidado que esta mañana me vio desnudo cuando terminaba de ducharme, seguramente habrá sentido tantas nauseas de verme así, con toda la grasa en mi cuerpo. Quiero morirme. Antes de que siquiera se percate de mi presencia me doy la vuelta y comienzo a correr ¿a dónde? No lo sé, sólo sé que no puedo estar más aquí.

En verdad me siento como un estúpido. Ya no sé ni siquiera a dónde voy, he notado que las lágrimas han comenzado a rodar por mis mejillas y seguramente me he de ver tan patético, un tipo obeso corriendo y llorando. Pronto comienza a faltarme el aire por mi pésima condición física, sólo quiero llegar a un sitio alejado de todo esto, necesito alcohol, necesito drogas, necesito algo que me haga olvidar, necesito no sentir más, necesito olvidar lo patético que me he visto hoy ante los ojos de Frank.

Entro al primer local que encuentro en el camino sólo para comprar algunas botellas de alcohol, por suerte no olvidé mi billetera, aunque noto que no traigo mi celular, pero qué más da, quién se interesaría por mí, por saber dónde estoy. Compro lo que necesito y continuó caminando, necesito llegar a un lugar donde nadie me vea y se den cuenta de cuan idiota soy. En mi andar vislumbro un motel, el lugar perfecto para hundirme en mi miseria. Ingreso, rento una habitación, me dirijo hacia ésta, abro la puerta, es un lugar asqueroso en verdad, sin embargo es el mejor sitio para dejar salir toda mi desdicha. Me encierro, saco las botellas y comienzo a beber, sólo quiero que el alcohol haga efecto en mi organismo, quiero olvidar, no quiero sentir más.