Capítulo 19

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Narra Frank

Apenas despierto, ni siquiera he abierto los ojos, sólo vienen los recuerdos de la noche anterior a mi mente, estuve con Gee, él fue mío, y yo fui suyo, no puedo evitar sonreír y buscarlo al otro lado de la cama con mi brazo, sin embargo no logro sentirlo, entonces comienzo a abrir mis ojos y cuál es mi sorpresa, Gerard no está en la cama ¿Se habrá levantado al baño? ¿A desayunar quizás? Me incorporo, notando que estoy desnudo, por lo que saco rápidamente unos boxers limpios de uno de mis cajones.

Me dirijo al baño, digo su nombre, toco, pero nada, entonces abro y no, no está ahí, voy rumbo a la cocina pero nada, posteriormente me dirijo al estudio, pero tampoco está ahí y me doy cuenta que sus cosas ya no están, Gee se fue, pero ¿por qué?.

Busco mi celular para llamarlo, pero no responde, por lo que decido marcar a Mikey.

- Mikey ¿Está Gee en tu casa?

- Sí, aquí está, pensé que había dormido contigo... bueno, eso me dijo – responde Mikey del otro lado de la línea

- Oh.. sí... es que se fue sin despertarme

- Ya veo. Pues aquí está, se metió a su habitación en cuanto llegó

- Ok Mikey, en un rato más voy para allá

¿Por qué Gerard se habrá ido a su casa sin siquiera despertarme? No puedo esperar más, por lo que me arreglo lo más rápido que puedo para salir rumbo a casa de Gee, necesito saber qué pasa por su cabeza, por qué se fue.

Al llegar a su casa es Mikey quien me recibe y me permite pasar, indicándome que Gerard se encuentra en su cuarto y que desde que llegó no ha salido siquiera para desayunar. Me aproximo hasta su habitación, toco la puerta, pero no recibo respuesta. Al notar que la puerta no tiene seguro, decido abrir y lo encuentro recostado en su cama, me acerco a él y noto que está dormido, sus negros cabellos cubren parte de su rostro, lleva puesta una playera negra. Decido meterme en su cama, sólo quiero abrazarlo, sólo quiero sentir su cálido cuerpo junto el mío, por lo que me saco los tenis para recostarme a su lado. Me meto en las cobijas, lo tomo por la cintura, acercándome lo más que puedo a él y sintiendo su calor. Inconscientemente mis manos se mueven por su cuerpo, notando que está ahí metido únicamente en boxers, haciéndome recordar lo que pasó anoche, su cuerpo desnudo contra el mío, sus verdes ojos llorosos y su rostro extasiado de placer mientras le hago el amor.

Sólo quiero quedarme así con él, aunque de un momento a otro Gerard comienza a removerse, se voltea para quedar entonces frente a mí, abre sus verdes ojos pero luce un tanto adormilado, me mira, me sonríe con sus pequeños dientes y dice mi nombre, acurrucándose entonces contra mi cuerpo y rodeando mi cintura con sus brazos, por lo que yo de igual forma lo estrecho tan fuerte contra mi cuerpo, porque amo sentirlo así.

Me siento cansado, mis ojos comienzan a cerrarse, no obstante, cuando el sueño está por ganarme siento a Gerard removerse, abro mis ojos para encontrarme con esa verdosa mirada que me enamora cada día un poco más.

- Así me hubiera gustado despertar esta mañana – Le digo

- Lo siento Frank – Menciona Gerard desviando su mirada

- No tienes por qué disculparte Gee... sólo me hubieras dicho que querías irte – Él no dice nada, por lo que me acerco un poco más a él para besarlo en los labios, Gerard algo tímido responde – Te amo Gee, te amo mucho... y no me cansaré de decírtelo... espero que algún día puedas creerlo

- Perdón Frank, pero es que me cuesta tanto... como tú puedes fijarte en mí... - Menciona bajando su mirada

- Hey Gee, eres perfecto y te amo. Ahora eres mi novio y créeme, nunca me cansaré de ti – Gerard se abraza a mí. Nos besamos, primero de forma lenta, pero ese beso va subiendo de intensidad. Gerard se coloca encima de mí, me despoja de la playera y continúa besándome, primero en los labios, luego va bajando por mi cuello, luego por mi abdomen. Desabrocha mi pantalón y lo baja junto con mi ropa interior, estoy tan duro, y es que los simples besos de Gee me han llevado al paraíso. Gerard toma mi erección en sus manos, comienza a mover de arriba hacia abajo, y sus labios se encuentran ahí, tan cerca, puedo sentir su respiración. De un momento a otro comienza a lamer mi pene hasta introducirlo por completo en su boca y ¡Dios!, es tan bueno haciendo esto. Abro los ojos para encontrarme con los suyos y se mira tan inocente con esa tierna carita, con sus mejillas rojas, con sus negros cabellos cubriendo parte de su rostro, aunque con mi pene en su boca, podría correrme con esa simple imagen. De un momento a otro se incorpora y yo sólo me quedo con ganas de más, veo como se saca la ropa interior, dejándome ver lo duro que se encuentra también, veo como chupa un par de dedos para luego llevarlos a su entrada y las expresiones en su rostro me tienen al borde. Alinea mi pene en torno a su ano y se deja caer, sintiéndolo tan cálido, tan estrecho, comienza a saltar sobre mí y me tiene vuelto loco. Llevo mis manos a sus muslos, voy subiendo por sus caderas, hasta llegar al borde de su playera para quitársela, quiero verlo sin nada, pero Gerard me impide que lo haga, entre gemidos me dice: "Así está bien", y continúa brincando sobre mí.

Estoy tan extasiado de tener a Gerard así, sobre mí, sin embargo quiero que se sienta bien, pero sobre todo hacerle saber que lo amo y que no lo quiero solamente por el sexo, aunque vaya, estar así con Gerard es sin duda lo mejor de este mundo.

- Ven para acá mi amor – Le digo tomándolo de la nuca para atraerlo hasta mis labios. En tanto estamos así, besándonos giramos un poco en la cama para entonces ser yo quien se encuentra sobre él – Déjame verte Gee – Menciono tomando el borde de su playera para poco a poco ir sacándosela y dejándolo completamente desnudo – Me encantas – Manifiesto mirándolo a los ojos y tomándolo de las piernas para comenzar a arremeter contra su cuerpo hasta que lo escucho gemir tan alto. No quisiera que hiciéramos tanto ruido porque sé que no estamos solos en su casa, pero es que me encanta escucharlo gemir. Me acerco a sus labios para besarlo y sentir su cuerpo desnudo contra el mío. Noto su erección friccionándose entre nuestros abdómenes, sé que se encuentra al borde como yo tan solo sentir cómo clava sus uñas a mi espalda, sé que dejará marcas, pero no me importa, estoy disfrutando tanto de estar así con Gerard.

Él comienza a decir mi nombre sin parar una y otra y otra vez, hasta que siento como se derrama entre nuestros cuerpos. Al sentir la contracción en su interior me bastan un par de embestidas más para explotar y llenarlo de mi simiente en tanto miro sus ojos verdes llorosos y le digo cuanto lo amo, acercándome a besar sus labios, para dejarme caer sobre él, abrazándolo tan fuerte y sintiendo como su corazón late tan acelerado como el mío. Salgo de él, lo miro y está un tanto ruborizado. Al notarse desnudo a mi lado, jala una sábana para cubrirse y me da tanta ternura que después de lo que acabamos de hacer le dé pena que lo vea sin ropa.

- Mi Gerard, te amo tanto – Le digo mirándolo a los ojos, llevando mis manos a su cintura, quitándole la sábana para sentir su cálida piel. Gerard no dice nada y sólo se abraza a mí. Quiero que se sienta seguro, quiero hacerle ver que mi amor por él es verdadero. Lo amo, en verdad lo hago todos los malditos días de mi vida.  

Burbuja (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora