Time travel

1.3K 116 138
                                    

Se sentía mal. Todo su cuerpo temblaba de frío pero, al mismo tiempo, sentía su pecho arder como si tuviera un trozo de carbón encendido justo a la altura de su corazón, y su respiración era irregular debido a que sentía que se asfixiaba debido a la opresión de su pecho. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero en algún momento sintió una mano algo cálida sobre su frente antes de ser sustituída por un paño de agua, a su parecer, helada.

— ¿Ha mejorado? — escuchó a lo lejos la voz amable de un hombre.

— No, su fiebre parece mantenerse. No sube, ni baja. — respondió otra persona que sonaba mucho más joven que la primera. — ¿Está seguro de esto, maestro?

No hubo respuesta, o quizá había vuelto a las mareas de la inconsciencia, pues no escuchó nada después de eso. 

Sus malestares lo continuaron agobiando, haciendo que despertara y cayera desmayado por algunas ocasiones más. No creía poder soportar mucho cuando, de repente, todo se calmó. Ya no tenía frío, su pecho dejó de arder, y sus pulmones pudieron expandirse más para respirar mejor. Era un alivio tan satisfactorio que, aunque ya se sentía con fuerzas para abrir los ojos, decidió no hacerlo para descansar más. Después de todo la misión había acabado, y si él estaba vivo quería decir que…

Sus pensamientos frenaron. ¿La misión?

Cierto. Él había sido enviado a un pueblo fuera de Tokyo y cercano a Yokohama. Se trataba de un demonio que se había mezclado muy bien con los humanos y que había pasado bajo el radar gracias a eso; usando su técnica de sangre demoníaca para poder consumir humanos sin destacar y salirse con la suya. 

Él había ido junto con Kanroji. Apenas se había convertido en pilar y Mitsuri seguía siendo rango Mizunoto, así que pensó que sería una oportunidad perfecta para ayudarla a subir de nivel. Pero se topó con que la técnica de ese demonio era muy problemática; pues aquel ser podía controlar el tiempo. Su ojo derecho era de un color amarillo y con las manecillas de un reloj marcadas; siendo su primer obstáculo conseguir acercarse.

¿Por qué no podía acercarse? ¡Claro, ya recordaba! El demonio lograba detener su tiempo con sólo mirarlo, así que él quedaba inmovil hasta que Mitsuri conseguía desviar su atención. ¿Entonces cómo logró acercarse? Lo último que recordaba es que entre los dos habían logrado acorralarlo, y su katana se quedó congelada a centímetros de su cuello, debió decapitarlo.

— ¡Haré tu muerte miserable! ¡Así como tú lo estás haciendo con la mía!

El grito del demonio resonó en sus oídos tan fuerte que lo terminó despertando. Él no había cortado el cuello del demonio, de hecho había terminado con su ojo amarillo en el pecho. Sí, eso pasó. Esa cosa se arrancó el ojo y se lo había colocado a la altura del corazón, fue cuando apareció el abrasador dolor en aquella zona.

Rengoku abrió los ojos y miró alrededor. Se encontraba en una habitación tradicional, pero para nada parecida a las de su casa. Tuvo que usar todas sus fuerzas para levantarse del futón en el que descansaba, y con piernas temblorosas se tambaleó hasta la puerta shoji, abriéndola con esfuerzo. Un jadeó nervioso salió de sus pulmones al no reconocer el patio frente a él, ni las paredes de madera que limitaban el terreno de aquel lugar. Su vista se movió frenética, buscando algo o alguien.

— ¡¿Kanro...?!

No pudo terminar de gritar el nombre de su amiga, pues su garganta se sentía tan seca que le ocasionó un ataque de tos. Sus piernas se doblaron y sus ojos lagrimearon. En ese momento escuchó los veloces pasos de alguien que corría en su dirección.

— ¡Maestro, despertó! — oyó a alguien exclamar.

Cuando levantó la vista encontró a alguien en ropas blancas cerniéndose sobre él, y se puso a la defensiva de inmediato. Retiró su brazo del agarre contrario y trató de alejarse. La otra persona soltó un gruñido y tomó su brazo con más fuerza; y él, por inercia, llevó su puño hacia el frente. Logrando impactar contra algo.

Renkaza Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora