06: Willard Russell.

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Willard Russell era un hombre honesto y trabajador. Hizo todo lo que pudo para asegurarse de que su preciosa niña fuera atendida, que no tuviera que preocuparse por nada.

Por supuesto, eso fue principalmente una ilusión. Crecer en un hogar pobre en los bosques de West Virginia no le había dado un comienzo muy estable, y había tenido que trabajar en muchos trabajos ocasionales a lo largo de su vida solo para llevar comida a la mesa.

Sin embargo, nunca se quejó de ello. Ni una sola vez había escuchado una palabra negativa salir de su boca acerca de tener que trabajar. Él se iba obedientemente todos los días, con un almuerzo que ella le había preparado en la mano, con la promesa de que regresaría esa noche. Y siempre lo hacía, a menudo exhausto y adolorido por todo el trabajo duro.

Pero ella siempre estuvo ahí para cuidarlo. Ella lo mantuvo bien alimentado, bien amado y bien follado. En resumen, Willard finalmente había encontrado esa apariencia de felicidad que siempre había estado buscando. Había venido en la forma de una buena mujer que lo amaba incondicionalmente.

Él era ferozmente protector con ella. A veces por culpa. Pero nunca dejaría que nadie hablara mal de ella, y ciertamente no lo haría él mismo. Solo hablaba cosas buenas de ella, y nunca se permitía ventilar sus trapos sucios con otras personas.

En una comunidad tan pequeña, la noticia viajó rápido. No quería que las ancianas que formaban parte del círculo de costura de su madre chismorrearan sobre su esposa.

Ella lo respetaba por igual. Su confianza mutua era mutua: se apoyaban mutuamente, y eso era todo lo que importaba.

Cuando se trataba de eso, Willard no se detendría ante nada para defenderla y protegerla. Trató de mantener las compañías desagradables lejos de su hogar por esa misma razón, pero hubo momentos en que simplemente no se pudo evitar.

Este día en particular, se estaba preparando para emprender un viaje de cacería con algunos de los hombres que vivían en la comunidad. Algunos de ellos eran amigos de la infancia de Willard. Otros eran parientes lejanos. Pero muchos de estos hombres no eran una buena compañía cristiana. Eran jugadores, alcohólicos y abusadores.

Willard trató de mantenerla alejada de ellos, porque no quería que fuera objeto de sus miradas descaradas. Tampoco quería terminar dándoles una paliza. Se abstuvo por su bien, porque sabía que la molestaba cuando dejaba que su temperamento se apoderara de él. Había estado tratando de trabajar en eso, así que estaba haciendo todo lo posible para mantener las cosas en calma.

Sin embargo, su resolución de permanecer no violento pronto sería olvidada.

Estaban todos detrás de la casa de Russell, planeando su ruta de caza. Algunos de ellos habían traído jarras de alcohol ilegal para beber, y todos los demás estaban fumando o mascando rapé.

- Oye Russell, ¿todavía tienes esa vieja Beretta tuya? ¿El que te dio Earskell? - Preguntó uno de los hombres, conocido como Stort.

Willard asintió, dejando escapar volutas de humo después de dar una calada a su cigarrillo. - Sí hazlo. Sin embargo, ninguno de ustedes puede usarlo, es mi mejor rifle de caza. - respondió.

- Oh, vamos, todavía tienes ese otro calibre 16 que funciona bien. - dijo Earl, uno de los hombres mayores del grupo.

- Solo quieres joder mis posibilidades de atrapar a ese pavo grande y viejo que ha estado corriendo por estos lugares. - disparó Willard. - No voy a caer en eso. Esa pistola es como mi propia pata de conejo de la suerte. Se queda conmigo en este viaje.

- No seas tan tenso, solo te estoy tomando el pelo. - respondió Earl, sacudiendo la cabeza al hombre más joven.

- Aún así, seré yo quien traiga ese pájaro a casa, y mi señora preparará un jodido festín. Todos ustedes también están invitados. - continuó Willard, con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

𖥻 Bill Skarsgård ⦂ One shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora