La peluca masculina.

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A mediados del siglo XVII Francia se convirtió en el referente en materia de moda y la peluca se volvió un elemento esencial en la indumentaria de la época

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A mediados del siglo XVII Francia se convirtió en el referente en materia de moda y la peluca se volvió un elemento esencial en la indumentaria de la época.

     Desde principios de siglo los hombres usaban el cabello largo como signo de autoridad, pero cuando perdían el pelo existía un prejuicio relacionado con la calvicie, pues se asociaba al declive físico y a enfermedades como la sífilis. Además, la falta de higiene hacía que la infestación por piojos fuese generalizada y por eso se afeitaban las cabezas. Las pelucas, entonces, significaron la solución a estos problemas, ya que podían hervirlas para matar a los parásitos.

     Un rey no podía ser pelado, iba en contra de los principios que sustentaba la propia monarquía, así que tanto Luis XIII como Luis XIV las utilizaban para ocultar la calvicie. Sus cortesanos los imitaron y de este modo se fue extendiendo a otros grupos sociales. «El rey sol» tuvo a su servicio cuarenta fabricantes de pelucas y utilizó alrededor de mil a lo largo de su vida. En Inglaterra las introdujo el rey Carlos II en mil seiscientos sesenta, cuando regresó del exilio en Francia.

     Se elaboraban de cabello natural y los preferidos eran el pelo holandés y el normando, siendo el más cotizado el de las jóvenes campesinas. El gusto de la corte de Versalles por las pelucas de pelo largo y rizado (llamadas in folio) requería el cabello procedente de hasta diez cabezas y solo los caballeros ricos podían pagarlas. Por eso se fueron popularizando las de pelo de cabra y de caballo y también las de cabellos de personas muertas. El cronista inglés Samuel Pepys decía en mil seiscientos sesenta y cinco, año de la peste en Londres, que desconfiaba de que las que había estuviesen fabricadas con el pelo de las personas fallecidas durante la epidemia.

     A partir de mil setecientos quince surgieron nuevas clases de pelucas, más ligeras y más pequeñas, porque la teatralidad barroca estaba siendo sustituida por una nueva etapa de comodidad. Peinarse la peluca en público era una moda y en el teatro y en otros lugares públicos los caballeros sacaban el peine de una bonita caja y se acicalaban.

     Después de la Revolución Francesa se consideraron un símbolo del Antiguo Régimen. En el Reino Unido fueron abandonadas por la mayoría en mil setecientos noventa y cinco debido al impuesto que gravaba el polvo que se les echaba.

      En la imagen de arriba vemos que Luis XIV usa peluca y unos impresionantes tacones rojos. ¿Por qué motivo? Este tipo de zapatos significaba también un símbolo de poder masculino. Los tacones lo separaban del suelo, indicaban que pertenecía a un rango superior al del resto de la población. Este rey llegó al extremo de redactar un edicto en el que se establecía que solo los miembros de la Corte podían utilizar tacones rojos.

  Aquí os dejo un artículo de la época en el que el autor se burla de las exageraciones a las que se llega con las pelucas:

  Aquí os dejo un artículo de la época en el que el autor se burla de las exageraciones a las que se llega con las pelucas:

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     Si deseáis saber más curiosidades acerca de este tema os recomiendo el artículo de XLSemanal titulado La fascinante historia de las pelucas, escrito por Fátima Uribarri. También el de Andrea Fisher publicado en Muy Interesante el 27 de marzo de 2021, titulado Por qué los hombres usaban pelucas y tacones en el siglo XVII como signo de virilidad y poder.

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