🔞ATENCIÓN, ESTÁ CATALOGADA COMO MADURA🔞
No había demasiadas opciones en el año 1788 para lady Caroline, baronesa de Stawell, una joven viuda, hermosa y rica. El problema radicaba en que significaba un imán para los cazafortunas de la noble e hipó...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los llamaban jardines de Ranelagh porque ocupaban el lugar de Ranelagh House. En 1741 la casa y los terrenos fueron adquiridos por un sindicato dirigido por el propietario del Teatro Real y por sir Thomas Robinson, quienes al año siguiente lo abrieron al público. Llegaron a superar a los de Vauxhall, de ahí que el precio de la entrada fuese de dos chelines, el doble que el de su rival.
La pieza más decorativa era la rotonda rococó —a la que solían comparar con el Panteón de Roma— donde se efectuaban importantes conciertos musicales sobre costosas alfombras. El soporte central, incluso, albergaba chimeneas para calentar el recinto en invierno. Mozart actuó en este lugar en 1765 siendo un niño y Canaletto pintó los jardines y el interior de la rotonda dos veces.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
De día Ranelagh constituía el sitio por excelencia para las citas románticas, pues las damas acudían escoltadas a media tarde y se quedaban para disfrutar de la compañía, de la cena con cubiertos de plata y de los fuegos artificiales. Edward Gibbon escribió que era «el lugar más conveniente para noviazgos de todo tipo, el mejor mercado que tenemos en Inglaterra». Horace Walpole, con su habitual sentido del humor irónico, dijo que «En Ranelagh uno no podía dar un paso sin pisar a un príncipe o a un duque de Cumberland». A lord Chesterfield le gustaban tanto estos jardines y pasaba tanto tiempo en ellos que se hacía enviar allí toda la correspondencia. La escena entre Emma Hamilton y su amante Greville, que aparece en la novela, ocurrió realmente en este sitio.
Después del crepúsculo, en cambio, los jardines de Ranelagh se transformaban en una especie de prostíbulo público y los hombres de distintas clases sociales se desfogaban con las meretrices a la vista de todos. Casanova también solía frecuentarlos para sus «proyectos eróticos».
Aquí podéis apreciar el pabellón chino —también llamado «la Casa China», que se agregó en 1750— donde lady Caroline se encontró con el duque de Somerset y este le propuso ser su amante.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En esta vista panorámica podéis apreciar los jardines de Ranelagh a la derecha y al fondo el Hospital Real de Chelsea.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En 1805 demolieron la famosa rotonda y rediseñaron los jardines, convirtiéndolos en una zona verde.