Gymnasio

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Advertencia: +18

Había empezado el gymnasio hace un tiempo, ciertamente le venía bien considerando que había estado subiendo de peso gracias a las cantidades tremendas de comida que consumía para saciar a Venom.
No es que se quejara, le encantaba consentir al symbionte y como este ronroneaba con toda esa comida chatarra y grasosa, pero sus jeans ya no le prendían con tanta facilidad y los botones de sus camisas pedían auxilio.

Así que después de una discusión que duró más de lo necesario, y de un poco de chantaje de por medio, logro que Venom aceptará que fueran al gym, primero dos veces por semana y poco a poco sumando días de rutina, hasta hoy que venía casi religiosamente 6 días a la semana.

Estaba ocupado usando las mancuernas, sin prestar realmente atención a su alrededor, cuando sintió un gruñido fuerte proveniente de Venom en su cabeza.

-Oye, oye, ¿Que sucede?-

Le pareció extraña la reacción tan agresiva y pensó de inmediato que el symbionte había detectado una posible amenaza.
Miro con atención a su alrededor solo notando como un grupo de chicas jóvenes, probablemente no más de 25 años, lo miraban risueñas y lo saludaban.
Entendió de inmediato el porque del enojo de su novio, celos.

Soltó una risa corta y decidió seguir con lo suyo ignorando las miradas de aquellas chicas fijas en su espalda y brazos.
Una parte de él estaba divertida con la idea de que Venom estaba celoso, joder, un alienígena conquistador de mundos estaba celoso porque lo estaban mirando mucho.
La otra parte, mucho más racional, le decía que debería irse o hacer algo más, pero a la vez quería ver hasta donde podía llegar su symbionte sin explotar, cuanto tiempo podía contenerse antes de intervenir.

Bueno, para su desgracia (o beneficio) esto fue rápido, sintió que Venom soltaba un gruñido mucho más fuerte desde dentro de él, que le puso la piel de gallina de inmediato.
Estaba apunto de decir algo cuando sintió que algo le amordazaba la boca desde dentro y pequeños zarcillos se deslizaban por sus muslos a un ritmo tortuoso.
Se quedó quieto ante la sensación y noto que su cara se estaba poniendo roja como un jodido tomate a través del espejo frente a él.

"Baño, ahora"

La voz, ya pintada con un poco de diversión de Venom lo saco de su trance.
Obedeció de inmediato, casi tirando las mancuernas al piso y corriendo hacia el baño.

A todo esto, esos pequeños zarcillos no habían dejado de torturarlo, acariciando cada parte de su torso, envolviendose en sus pezones claramente duros a través de la camiseta ajustada que llevaba.
Jugando lentamente con el elástico de su pantalón holgado, y dando cosquillas en la parte inferior de su abdomen.

Llegó al baño tambaleandose y cerro la puerta más fuerte de lo que hubiera gustado... De todas formas, estaba seguro que en menos de un par de minutos la mitad del gymnasio lo estaría escuchando gritar, no precisamente de dolor.

No es que no le gustará, mierda, le encantaba, y Venom lo sabía, por eso le hacía estas cosas en los lugares menos oportunos.
La excitación de ser descubiertos, de que los escucharán, que otras personas escucharan lo bien que lo estaban jodiendo, todo eso lo volvía loco.
Y en este momento, solo esos pensamientos habían provocado una tienda de campaña muy visible en sus shorts.

Se apoyo como pudo en el lavabo, sintiendo sus piernas temblar por la cantidad de zonas que Venom estaba estimulando.
Y ni siquiera había comenzado con su zona baja.

Vio como Venom se formaba detrás de él, alzándose como su jodido mounstruo personal, apenas visible en el espejo debido a su gran altura.
Las manos grandes apretaron su cintura, para luego deslizar lentamente su camiseta, dejando todo su torso expuesto.

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