Capitulo 2

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Llevaba dos días metida en un calabozo. Según mi abogado buenorro iban a exprimirme durante las 72 horas en las cuales podían tenerme retenida a pesar de mi inocencia, en la cual nadie creía.

Durante estos días aquí encerrada me han dado tiempo para pensar en muchísimas cosas. Me ha dado cuenta de los errores que he cometido durante estos años con mis padres y no me puedo sentir peor por ello.
Ahora ya no están conmigo y me siento muy culpable por no poder despedirme de ellos de la forma en que querría.
Muchas veces las lágrimas me impiden dormir y las noches se hacen doblemente largas.
No sé qué va a ser de mi a partir de ahora. Estoy prácticamente sola en el mundo y aún no he cumplido la mayoría de edad. ¿Qué será de mi a partir de ahora?

Tengo una cierta idea de que me depara el futuro. Seguramente si salgo culpable en el juicio iré a un centro de menores hasta que cumpla la mayoría de edad y una vez la alcance, entraré en la prisión estatal y cumpliré integra mi condena si logro sobrevivir.

Jamás pensé que me vería en una situación así en mi vida.
De un día para otro había perdido a mi familia, a mis amigos y mi único apoyo era un abogado de oficio que me habían asignado, ya que mi abogada también había sido asesinada, según parece por mi.
Me había cargado a mi familia según decían pero yo no recordaba absolutamente nada de aquella noche.
Había salido con mis amigos ese día, pero lo que viene después ha desaparecido.
Según el psiquiatra esta amnesia puede ser provocada por el estado de shock que sufro a causa de la muerte de mis padres. Aunque en mi opinión no tiene nada que ver con eso.
Yo estoy segura de que no puse un dedo encima a mis padres. No me llevaba bien con ellos eso lo reconozco, pero de discutir a asesinarles había un paso muy grande.

- ¿Señorita Erwin?.- dice el agente que vigila en todo momento que no quiera a acabar con mi vida.

- ¿Qué?

- Tiene visita.

- ¿Ah sí? ¿creía que los asesinos no tenían visita?

El agente me mira de forma suspicaz, pero no se molesta en contestarme. Sé que mi enfado lo pago con todo el mundo, pero en esos momentos no sé a quién culpar y el agente Foller me parece el perfecto candidato para hacerlo hoy.

- ¿Es así como recibes a tus amigos?.- dice Calum, mi Ex- novio.

- ¿Qué coño haces aquí?

- Quería ver si era cierto lo que decían por ahí. La gran Aria metida entre rejas. Has tenido un par de huevos para matar a tus padres.

- ¡Yo no he matado a nadie!

- Pues el barrio no dice lo mismo.

- Sabrás tú lo que dicen por mi barrio mal nacido. Tal vez lo hayan dicho las ratas con las que convives en esos barrios de mala muerte a lo que tu llamas hogar. - digo mientras intento zarandear los barrotes.

- Creo que esa conducta no te beneficia. Mostrarse agresiva conmigo no hará nada más que empeorar tu situación.

- ¡Lárgate de aquí!

- Está bien, me iré. Espero que cuando entres en la cárcel me mandes una postal de vez en cuando.

- Claro que lo haré mientras te estás triscando a cualquier guarra que encuentres y te de un fajo de billetes para poder ponerte hasta las cejas de mierda.

- Cariño eso también lo hacías tú.- dice con esa arrogancia tan vomitiva que le caracteriza.

Está claro que quiere sacarme de quicio y lo consigue. Saco los brazos por los barrotes y consigo enganchar su camisa para apretarle contra lo barrotes.

Géminis ♊ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora