Capitulo 5

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Cuando despierto a la mañana siguiente aún puedo sentir un breve cosquilleo por mi estómago. ¿De verdad besé a Bradley anoche?  Debo de estar loca, de estas que están listas para que las encierren durante una buena temporada en un manicomio sin ventanas y paredes acolchadas.

Llevo más de una hora preparándome mentalmente para bajar a desayunar. Sé que si no lo hago las cosas serán peor y que la inspectora Williams entrara en mi habitación y me bajará a rastras, así que lo mejor será actuar con normalidad.

Como cada día un agente nuevo vigila mi puerta para que no me escape por ordenes del juez, cosa que veo absurda ya que mi amiga Gertudis no me permite ni recoger el correo. Pero en fin, le saludo educadamente antes de bajar las escaleras y dirigirme a la cocina, donde ya me está esperando Penny, bueno la inspectora Williams.

– ¿Qué tal has dormido?

– A pierna suelta. Me he acostumbrado al horrible pitido de este aparato cuando el silencio es total en esta casa.

– Eso es bueno.

– Define bueno. - digo algo irónica.

– Desayuna anda.

– Penny ¿has visto a Bradley?.- pregunto bajando la mirada hasta mi tazón de cereales.

– Salió temprano esta mañana. Veo que cada día os lleváis mejor ¿no?

– No sé de qué me hablas.- contesto mientras me chorrea la leche por las comisuras.

– Ya...

En ese momento entró mi abogado por la puerta. Tan impecable y elegante como siempre, aunque esta mañana tiene un brillo diferente en los ojos, mientras que yo tengo la boca llena de cereales y chorretones de leche por las comisuras. Soy la viva imagen del glamour.

– Buenos Días.- dice en tono alegre mientras se sienta enfrente de mi en una de las banquetas

– Vaya parece que tú también has dormido a pierna suelta esta noche.

– Penny déjame empezar bien la semana ¿quieres?

– Como quieras. Estáis muy raros esta mañana. ¿Soy la única que nota que es lunes en esta cocina?

Varios agentes de echan a reír con el comentario de Penny, mientras que yo no levanto la vista de mis cereales. Sé que lo ha notado, y no solo él, la cocina entera ha notado que no he levantado la vista ni una sola vez desde que Bradley ha entrado en la habitación. La confianza con la que salí de mi habitación esta mañana se ha ido desvaneciendo a medida que bajaba por las escaleras, porque ahora no soy capaz ni de mirarle más de un segundo entero.

Cuando la tropa acaba de desayunar salen de la cocina uno a uno incluida Penny que parece que lo ha hecho aposta para dejarme a solas allí.

Sé que me está mirando fijamente y por un segundo me cuesta tragar. Suerte que estoy sentada en la banqueta sino me caería de culo al suelo.

– Aria, me gustaría hablar contigo sobre lo que hablamos ayer.

– Sí, claro.

– ¿Te encuentras bien?

– Sí, estoy perfectamente.

– ¿Entonces porqué no me has mirado ni una sola vez desde que he entrado?

– Estaba comiendo.

– ¿Y la capucha?

– Tengo frío.

Géminis ♊ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora