V: La huida

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-Buenos días- Saludo Sara al ver a Franco bajar por las escaleras-

-Buen día- respondió Franco sin mirarla-

Franco se sirvió una taza de café, y se la tomo rápido, sin siquiera voltear a ver a su esposa a la cara

Sara se acercó a Franco, intentado acercarse a el por milésima vez en estas dos semanas, Sarita llevo su mano hasta la cara de Franco, acariciando su mejilla.

Aquellas caricias eran las favoritas de Franco, pero al mismo tiempo, se repetía infinitamente a si mismo que no podía comportarse amoroso

-No estoy de humor, Sarita.

-Pues últimamente no estás de humor para nada- le reprocho su esposa- ¿Puedo preguntar qué tan mal están las cosas en la oficina para que estés así? Mi amor, cuéntame por favor, tal vez pueda ayudarte- suplico Sara-

"Qué más quisiera yo que contarte todo, y que me consueles diciendo que todo estará bien" Dijo Franco para sí mismo

-Ocúpate de la hacienda, Sara, que ese es tu trabajo, y déjame la oficina a mi

Franco salió de la casa, dejando nuevamente a Sara confundida

Y profundamente dolida.

Franco no estaba en mejores condiciones, tenía el alma quebrada, sabia el daño que estaba haciéndole a su esposa, y el que seguiría haciendo.

Había llegado el día que Franco temía. Hoy se iría, ya no podía aplazarlo más.

Ya había hablado con Albín, este le había prometido a su amigo conseguir pruebas en contra de los demás para ayudarlo, pero Franco sabía que sería imposible. Franco paso todo el día en la oficina, arreglando todo para que Sara pudiese tomarse unos días sin que los negocios quedasen descuidados, adelanto pagos, algunas reuniones y dejo listos varios informes.

En la noche, el menor de los Reyes se encontraba en su cuarto, a familia estaba abajo cenando, el había fingido sentirse mal. Tal vez la mejor opción hubiese sido aprovechar la última cena en familia, pero Franco no quería correr el riesgo de quebrarse frente a su esposa e hijos.

-Franco, ¿te sientes mejor?- pregunto Sara ingresando a su habitación-

-Sí, un poco

Sarita se acercó a él, y le dio un beso en la frente

-¿Quieres que le pida a Irene que te prepare algo?

-No, Sara, gracias.

-Como quieras, avísame cualquier cosa, ¿sí?

Franco asintió y Sara se preparó para irse a la cama, una vez estuvieron los dos acostados, Sarita se acercó a él, aunque Franco seguía manteniendo su distancia

-Por favor, no sé qué es lo que te ocurre- dijo Sara mirándolo a los ojos- pero te necesito cerca, ¿puedes concederme eso por esta noche?

Franco sabía que no debía hacerlo.

Le rompería aún más el corazón.

Pero el también la necesitaba cerca.

Se había prometido a sí mismo no volver a ser débil, pero simplemente no podía.

Se acercó a Sara, y el beso con pasión, con todo el amor que no le había demostrado estas últimas dos semanas.

Sara creía que todo mejoraría a partir de ese momento.

Franco sabía que aquel beso era el adiós.

{...}

4:53 AM.

What you left behind {Sarita y Franco- Pasión de Gavilanes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora