What you left behind {Sarita y Franco- Pasión de Gavilanes}

XX: ¿Franco?

¿Cómo describir lo que siente una persona cuando ni siquiera esa persona sabe cómo se siente?

Sara Elizondo no sabía qué sentir.

Lo único de lo que Sara estaba segura, es de que estaba soñando.

La mente de Sara no le permitía creer que aquello fuese real.

Su corazón latía con rapidez, su respiración se hacía más pesada...

Pero Sara no podía creer que Franco estaba realmente allí.

Franco sintió mil cosas al escuchar a Sara decir su nombre.

Hacía más de un año no escuchaba su nombre de aquella boca.

Franco volvió a sollozar, mientras intentaba calmar su respiración.

Ninguno de los dos sabía cómo reaccionar.

Sara estaba incrédula, sin poder creerse que aquello estaba pasando.

Franco estaba esperando alguna reacción por parte de Sara.

Fueron tan solo unos segundos, en los que ambos estuvieron callados.

Pero parecía una eternidad...

Porque cuando estaban juntos, el tiempo parecía no avanzar, el mundo se paralizaba cuando aquellas dos almas cruzaban miradas.

Franco sabía que debía dar el primer paso, pero no sabia cual paso dar.

Su cabeza le decía que comenzará a dar explicaciones

Su corazón quería que se acercarse a Sara y le comiese la boca.

Franco colocó su mano detrás de la cabeza de Sarita, y se acercó a ella, lentamente, hasta que pudo sentir la respiración de Sara.

Fue ahí cuando acortó la distancia de golpe, uniendo sus labios con los de ella por primera vez en más de un año

La cabeza de Sara se había quedado totalmente en shock, como si estuviese dormida, sin poder reaccionar.

Así que fue su cuerpo quien tomó el control de sus acciones, haciendo que correspondiese aquel beso.

Un beso tan suave como las nubes, tan necesitado como el oxígeno, tan dulce como la miel...

No era un beso apasionado, era un roce suave, como si de un beso de niños se tratase.

Franco no sabía cómo tomar aquello que estaba pasando.

Mientras que la cabeza de Sara comenzaba a despertar, y volvió a tomar el control del cuerpo.

Haciendo que detuviese aquel beso.

Sara recordó que aquel hombre ya no era su esposo.

Recordó que aquel era el hombre que la había abandonado.

El hombre que había huido, enviandole el divorcio de la forma más cobarde.

El hombre que había abandonado a sus hijos.

El hombre que no había dado señales de vida en más de un año.

De pronto, un solo sentimiento se apoderó de la mente y el cuerpo de Sara.

La ira.

Sara se separó de Franco, al hacerlo, Franco notó en el rostro de Sara que estaba enfurecida.

Sara se alejó de él y miró hacia el suelo, cerró los ojos y tomó aire antes de hablar

-No se que haces aqui, tampoco me interesa, solo vete.