VII: Aceptar La Verdad

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"Quiero que estés conmigo para siempre"

Aquella frase resonaba en la cabeza de Sarita una y otra vez, recordaba aquellos momentos vividos hace más de veinte años, cuando Franco le prometía una y otra vez que estarían juntos para siempre.

Sara intentó secarse las lágrimas, pero en cuando lo hizo, más comenzaron a caer por sus mejillas, volteo su vista hacia la mesa de noche de Franco, allí había una foto de ellos dos, el día de su boda, y otra de su familia, tomada hace tan solo unos meses. Sarita tomó la foto de su matrimonio, la observó por un rato, acariciándola suavemente mientras algunas lágrimas golpeaban contra el vidrio del portarretratos.

Este año cumplirían veintidós años de casados, toda una vida juntos, dos hijos, una casa y negocio en común, habían construido poco a poco su propio mundo, un mundo que Sara consideraba perfecto.

Al parecer, Franco no pensaba lo mismo.

"Siempre he soñado con tenerte a mi lado, y que estemos juntos sin que nadie nos pueda separar"

-¿Era necesario que hicieses esto? –preguntó Sara en voz alta entre sollozos-

Sara llevo la foto hasta su pecho y la abrazó con fuerza, aferrándose a aquel dia tan maravilloso, cuando ella creía que estaría junto a Franco para siempre

-¿Sarita?

Era la voz de Norma, que ingresó despacio al cuarto de su hermana. Apenas Sara le colgó el teléfono cogió el caballo y voló hacia la casa de su hermana.

Norma ni siquiera podía imaginarse el dolor que sentía su hermana, pero sabía que la necesitaba, y no pensaba dejarla sola por nada en el mundo

-Quiero estar sola, Norma- Sara cerró los ojos tratando de calmar su llanto-

-Tu sabes muy bien que no es lo que quieres

-Voy a estar bien

-No, no te cierres-Norma se sentó en la cama junto a su hermana, colocó una mano en el hombro de Sara- hermana, mírame

Sarita volteó su rostro para mirar a su hermana. A Norma se le encogió el corazón al verla así, tenía los ojos tan rojos como si hubiese llorado una semana entera, aunque ni siquiera había pasado una hora, sus ojos dejaban ver como se sentía, transmitían una tristeza profunda

-Ay, Sara- Norma abrazo fuerte a su hermana mientras lagrimas comenzaban a bajar por sus mejillas, verla así le dolía en el alma-

Sara siempre había sido una mujer fuerte, de carácter, que no se derrumbaba ante nadie.

Sin embargo allí estaba, aferrada a Norma como si su vida dependiera de ello, llorando desconsoladamente.

-No entiendo-Dijo Sara con la voz entrecortada-

-No tienes que pensar en eso ahora, hermanita

-No entiendo que esta pasando, Norma, no puede ser real

Norma no dijo nada, simplemente la abrazó con más fuerza, en este momento Sara solo necesitaba desahogarse, ya tendría tiempo para entender la situación

Norma ayudó a Sarita a recostarse en la cama, se sentó a su lado y Sara colocó su cabeza en el regazo de su hermana. Estuvieron en esa posición alrededor de una hora, Norma acariciándole el cabello a Sara hasta que los sollozos comenzaron a disminuir, y Norma se dio cuenta de que Sara se había quedado dormida.

Con cuidado se levanto de la cama, y salió de la habitación de Sara para hacer una llamada sin que ella lo escuchara

-¿Juan?

What you left behind {Sarita y Franco- Pasión de Gavilanes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora