Capítulo #8

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Dante

Por todo lo más sagrado que tengo que son mis hijos, juro que si está mujer no empieza a darme explicaciones la voy a matar aquí mismo con su daga o con mi arma—¡Contéstame la maldita pregunta!, ¿Por qué ese maldito cuida a mis hijos?, Si no lo haces ahora mujer, juro que no respondo por lo que te pueda hacer—pateó fuerte una puerta de los tres cubículos que hay aquí en el baño.

—Mira Morello, ahora tengo una vida y gente que necesito conocer para poder hacerme un lugar en este mundo, así que por obligación debo dejar a los niños en casa, Isabella no puede con los dos a las vez ellos son muy activos, no es nada de lo que te imaginas, Gabriel y yo no tenemos nada, aún y eso no es que sea de tu incumbencia de todos modos.—¿Aún?, ¡Aún!, no sabes lo que te voy hacer ahora que te encontré, solo espera y verás, mujer mentirosa.

—¿Acaso no tienes dinero suficiente para pagar a una maldita niñera?, No quiero a ese maldito perro tuyo cerca de mis hijos, peor que esté al cuidado de ellos—Dios, como tengo tantas ganas de ahorcarla y follarla a la vez, que debo apretar con fuerza mis dientes para que no ceder a esos deseos—Porque te doy mi palabra arpía, si tú no vienes conmigo de buena gana a Londres, juro por Dios que te los quitaré en los juzgados Allecra, odio tener que recurrir a la ley pero por ellos soy capaz de comprar a todo el maldito juzgado con tal de ganar la custodia de ellos—mierda ella saca lo peor de mí, solo planeaba amenazarla y luego seguirla para saber dónde se esconde ahora, ya que Emilio dice que Isabella no quiere cooperar, terminé follándola, ¡Oh pero como disfrute cada momento!, los otros coños que use todo este tiempo no se comparan en nada a esto que acabamos de hacer ella y yo, siento que se me pone dura otra vez de solo pensar en la forma en como ella gemía y repetía mi nombre una y otra vez.

—Me parece bien que tocaste el tema, esposo. Porque del banco me llamaron, ellos aseguran que hay problemas con mis datos, eso no tiene sentido. ¿Fue Emilio verdad?, él dio con la información de mis nuevos documentos—ella está muy enojada me encanta verla así y ese tono rojo en su cabello solo resalta más su belleza, aunque prefiero su tono natural de cabello, me recuerda al delicioso chocolate puro.

¡A las ratas como tú se las acorrala para que salgan de los agujeros de dónde se esconden, Alle!—me acerco a ella sin poder evitarlo me atrae como un imán, pero recuerdo que está no es una reunión de placer, debo reconocer que la he extrañado mucho y que mi corazón parece volver a la vida ahora que estoy frente a ella, pero eso no quiere decir que pueda hacer borrón y cuenta nueva.

¡No eso no va a pasar!

¡No puedes hacer eso, ese dinero es mío!, lo tengo desde antes de que me casará contigo, mi padre a pesar de ser una basura quiso que tuviera algo ahorrado, no tienes derecho a quitármelo. ¿Quién te crees qué eres para hacer algo así?—Parece que todo estos meses le han hecho olvidar su lugar y el derecho que tengo sobre todo lo que ella posee, avanzó pegándole a la pared con mi cuerpo y tomándola fuerte de la barbilla.

—¿Qué quién soy?, ¡Soy tú maldito esposo al que abandonaste el día que te iba a dar la mejor sorpresa de todas!, él mismo que estuvo contigo el día que me diste lo mejor de este mundo nuestros hijos, pero veo que eres peor de lo que pensaba y eso solo refuerza mis ganas de hacerte pagar por todo lo que has hecho sufrir Allecra Morello—no lo soporto más y la empujó lejos enviándola al suelo con fuerza.

Se deja caer sin pelear, ese acto no me lo creo,  ya nada de lo que ella diga o haga me hará que vuelva a quererla como antes, lo único que quiero de vuelta es a mis hijos y no descansaré hasta lograrlo.

Me pongo en cuclillas frente a ella y la observo fijamente para que sepa que lo siguiente que voy a decir no es ninguna broma—No descansaré hasta tenerlos junto a mí, lo que hagas  con ese maldito cobarde me tiene sin cuidado, es más creo que dejaré que ahora en adelante él te defienda de Billy Kray y de Leo, porque ambos te buscan  una para tenerte como su juguete sexual y el otro para tomar venganza—agarro su cartera de mano y saco su celular, tecleo mí número y le doy en llamar, así guardo el número de ella para cuando quiera comunicarme y ver a mis niños.

Me Traicionaste Pero Te Haré PagarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora