CAPÍTULO 14.
Diciembre de 2021.
-Antes que nada espero que no te ofendas ni nada por el estilo- aclaró la gallega golpeando con la yema de sus dedos la tapa de la carpeta.
-No estoy entendiendo mucho- sonrió Mimi aunque con el ceño ligeramente fruncido por la situación que se le presentaba.
-Vale- abrió la carpeta y dobló la cubierta de modo que quedase la primera hoja a la vista- Debí haberte consultado de antemano, lo sé- afirmó leyendo con la mirada el encabezado de la página y cada vez confundía más a su vecina- verás, hace poco la estilista de una de las revistas de la editorial ha entrado de licencia por embarazo y luego seguro tendrá algunos meses más hasta que se sienta lista para volver, y de momento su puesto ha quedado vacío- Miriam levantó la mirada hacia la rubia para ver si había comprendido el punto al que quería llegar pero esta sólo la miraba como si fuese un acertijo de la última página del diario- lo que quiero decir- suspiró- que si lo quieres el puesto es tuyo, y me he tomado el atrevimiento de gestionar una copia de un posible contrato, las cláusulas son modificables claro está, generalmente no soy yo quien hace esto pero como te conozco y he visto cómo trabajas, ¿estás bien?- preguntó al ver que los ojos de Mimi estaban inundados y el labio inferior comenzaba a temblarle- Mimi, Mimi perdona- intentó acercarse cuando esta se cubrió el rostro con sus manos y un sollozo escapó de su garganta- Mimi que no quería incomodarte, es que no sé qué he dicho, perdóname- comenzó a alterarse y su acento gallego se marcaba cada vez más en esas situaciones.
-Que no, que no- habló por fin- perdóname tú que he hecho este papelón- le sonrió la rubia secándose las lágrimas con el dorso de su mano- no has dicho nada malo Miriam, creeme- intentó tranquilizarla tomando las manos de la rubia entre las suyas pero la gallega se mordía el labio inferior no conforme del todo, la reacción de la granadina la había tomado por sorpresa- venga creeme, en serio- insistió mientras acariciaba sus manos- es que, uff- suspiró- no ha sido un día fácil y tú vienes con esto y me he desbordado, pero te aseguro que has arreglado todo, de verdad.
-¿Me quieres contar?- preguntó Miriam acariciando su rodilla a modo de tranquilizante.
-Es que me he comido la hostia del día, de la semana y hasta podría decir que del mes- respondió poniendo gracia al asunto, aunque la sonrisa que mostraba contrastaba con los ojos perjudicados por las lágrimas de minutos antes.
-Venga, cuéntame, si quieres obviamente- insistió.
-Uf, ¿por dónde empezar?- pensó en voz alta mirando hacia el techo mientras se echaba aire con las manos para recomponerse.
Comenzó por el principio, porque era lo más fácil, le recordó su búsqueda de trabajo, la decena de correos que había enviado, Miriam asentía, había sido testigo de aquello porque la rubia se lo había comentado en alguna que otra ocasión. La misma sonrisa que se le había plantado a Mimi con la llamada de aquella mañana se le plantó a Miriam, y de la misma forma se desvaneció. Algunos cabos quedaban sueltos porque la gallega no estaba al tanto de los problemas familiares que parecía acarrear su vecina, tanta alegría, tantas risas y un ángel particular no parecían esconder un drama que la había llevado a rechazar un trabajo.
-¿Ahora entiendes por qué me puse así o sigo pareciendo un bicho raro?-rio Mimi mientras bebía el último sorbo de cerveza que quedaba en la botella.
-En ningún momento pensé eso Mimi- aseguró seria y la rubia sonrió negando con la cabeza para darle a entender que sólo bromeaba- no soy quién para entrometerme en tus problemas familiares, pero a mi lo que me pareces es sumamente valiente, hoy en día rechazar un trabajo no es cualquier cosa, y me parece increíble que sigas a tu corazón y vayas por donde tú quieras ir, tienes talento de sobra Mimi- le sonrió y le dejó nuevamente una caricia en su rodilla porque era el sitio que más cerca tenía- aunque ahora- miró la carpeta que había dejado sobre la mesa- no sé si quiero correr la misma suerte que aquella mujer- Mimi rio- pero al menos piensatelo- y le tendió la carpeta que la rubia no tardó en coger.