CAPÍTULO 18.
Diciembre de 2021.
Mimi.
No recuerdo cuándo fue la última vez que sentí tanta felicidad junta.
Siempre fui de vivir cada momento como si fuese el último y de valorar cada instante de felicidad, pero hacía tiempo que no sentía que todo, o casi todo, estaba en orden.
Tenía un trabajo que me hacía flipar la mayoría del tiempo, unas amigas y amigos que me hacían sentir súper querida, gente nueva que estaba entrando en mi vida y que no hacía más que sumar, y como si fuera poco, tenía todos los días una rubia en el piso de al lado dispuesta a quererme como hacía mucho lo necesitaba.
-¿Qué harán para navidad?- preguntó Helena en el receso del almuerzo haciendo que caiga en la cuenta de que faltaban apenas unos días para la fecha.
Mis compañeros comenzaron a contar sus planes mientras que mi mente voló automáticamente a Miriam. Nunca le había dado demasiada importancia a esas fechas, siempre había sido una excusa para juntarnos con amigos en algún sitio a beber como si no hubiese mañana, pero recordaba bien las veces en las que la gallega me había comentado lo mucho que disfrutaba la navidad, y para sorpresa de nadie aquella conversación me llevó a pensar en ella y en cuáles serían sus planes.
Realmente no me molestaría en lo absoluto involucrarme en un plan navideño si de pasarlo con ella y Julia se trataba, pero tampoco sabía si en sus planes yo encajaba.
Tengo diez minutos libres, ¿qué haces? recibí un mensaje y no tardé ni un minuto en correr al ascensor para responderle con una foto tomada allí mismo.
-Buenas tardes- saludé a Alba sonriendo mientras ella me saludaba con la mano y seguía discutiendo con alguien a través del teléfono, no hacía falta ni que ella me anunciara ni que yo le indicara a qué venía.
-Al fin- dijo Miriam con su sonrisa enorme característica saltando por poco de su sillón y corriendo hasta mis brazos- te extrañé - sonrió sobre mi boca para después dejar un efusivo beso en ella.
-Y yo- respondí abrazándola fuerte por la cintura y hundiendo mi cara en su cuello.
-¿Quieres tomar algo? - preguntó llevándome de la mano hasta las sillas que había en su escritorio pero negué con la cabeza.
-Sólo me apetecía verte- sonreí mientras que ella se encargaba de entrelazar nuestras manos.
-En realidad quería hablar contigo de algo - dijo llevándose un mechón de pelo detrás de su oreja como solía hacer cada vez que se ponía nerviosa por algún motivo, yo asentí esperando que continuara- no quiero que aceptes nada de compromiso y entiendo perfectamente que seguramente puedas tener otros planes, que va, que te digo porque me apetece el plan pero que en realidad…
-Miriam- la frené sonriendo y dibujando un círculo en el aire como pidiéndole que vaya al punto, en parte para evitar que se siga enrollando y en parte porque me estaba dando algo en la panza de sólo imaginar que estuviese hablando de lo que yo creía.
-Que si te apetece pasar las navidades con Julia y conmigo, bueno con mis padres y Aitana también- siguió enrollándose y yo tenía que contener la risa que me provocaba verla así y la ternura de que quiera incluirme.
-Miriam- volví a frenarla tomando su rostro entre mis manos y haciendo que nuestras miradas conecten- me encantaría pasar la navidad contigo, con Julia, con tus padres, con tu hermana - enumeré y la hice sonreír.
-Mis abuelos y mis tíos también- agregó mordiéndose el labio.
-Con tus abuelos y tus tíos también, con quien sea Miriam mientras estén vosotras- sonrió y a mi no me quedó más remedio que besarle su sonrisa, mi sonrisa favorita.