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Ni si quiera nos fuimos a mi casa, ya que no quise que mi madre me viera de la manera en la que estaba, así que Sans me llevó a la suya para pasar un poco el rato junto con su hermano pequeño.

El albino rápidamente se fue a por pañuelos mientras que yo me sentaba en el sofá. El pequeño Papy se tumbó a mi lado colocando su cabeza encima de mis piernas y su hermano mayor se sentó al otro lado de mí, extendiéndome los pequeños trozos de papel.

Ni si quiera era consciente de la noción del tiempo, pues el niño se había dormido en mis piernas tranquilamente. Yo ya me había calmado dentro de lo que cabe, Sans por su parte luchaba contra el sueño, esperando a que le comentase algo.

Se inclinó hacia delante para mirarme desde su posición con las manos cruzadas. Frunció los labios pensando en como iniciar la conversación.

—¿Estás mejor? –asentí con la cabeza levemente dirigiendo la mirada hacia el pequeño que seguía dormido. Le acaricié la cabeza gentilmente.

—No sé ni cómo ha pasado... –espeté con voz desubicada, temblorosa, ni si quiera me reconocía a mí misma –Tan solo vinieron ellos a darle el dinero que se habían prometido, y yo sin poder aceptarlo...

—¿Qué es lo que ha pasado? –lo miré a los ojos a punto de llorar de nuevo, sin embargo me pude contener, no quería empeorar las cosas ahora que ya me había tranquilizado. Eché la cabeza hacia atrás observando el techo.

—Vendió mis sentimientos como si de un objeto se tratase, me he sentido pisoteada, la mujer más desgraciada del mundo –Sans se incorporó levemente sorprendiéndose por lo que estaba diciendo –. Me pidió perdón, desesperadamente, pero no lo suficiente como para poder sanar mi dolor.

Nos miramos a la vez, estaba pálida, cansada, tan solo quería descansar y olvidarme de este día.

✧*。———✧*。

Tan solo recuerdo haber llegado a la una y media de la mañana a casa con la compañía de Sans a mi lado. Nos despedimos justo en la puerta con un fuerte abrazo, aún así no podía dejar de pensar en lo sucedido.

Tal y como me esperaba, mi madre se había ido a dormir para al día siguiente irse a trabajar por la mañana.

Suspiré pesadamente dejando pasar los días, no obstante, aquel sentimiento de tristeza residía en mi interior, casi sin quedar con mi mejor amigo durante tres semanas, residiendo en mi cuarto la mayor parte del día.

No volví a entablar contacto alguno con Papyrus, aunque me haya mandado unos pocos mensajes diciéndome que lo sentía. Hice bastante de tripas corazón para no contestarle, sin embargo seguía mirando de vez en cuando en mi galería las fotos que nos hacíamos algunos sábados antes de irnos a dormir.

Fell consiguió mi número hablándome de vez en cuando, preocupándose por mi estado emocional. Aunque no quedásemos ningún día, nuestra relación amistosa incrementó rápidamente.

En una noche calurosa, que estaba recordando todo aquello, salía del cuarto de baño con una toalla cubriéndome la mayor parte del cuerpo, pues había decidido refrescarme un poco. Posteriormente me adentré en mi habitación cerrando la puerta detrás de mí, tan solo quería volver a estar sola, encerrarme en mi propio mundo.

Con toda la tranquilidad me puse el pijama. Fijé mi mirada en mi mesita de noche en donde se posaba mi móvil dándome cuenta de que tenía un mensaje de Sans, pero no se lo iba a contestar por el momento.

Me acerqué a una de mis estanterías recogiendo el libro que estaba leyendo ayer por la tarde que, curiosamente, me identificaba un poco con la historia por sus acontecimientos. Me senté en el colchón de la cama apoyando mi espalda contra la pared, con tan solo la luz de la pequeña lámpara tenuemente iluminando la habitación, estaba lista para continuar con la lectura.

De repente, un aroma muy familiar inundó mis fosas nasales haciendo que mi cuerpo reaccionase rápidamente asomándome por la ventana. Sin embargo, tan solo pude ver una sombra alta alejarse entre la oscuridad de la noche.

¿Papyrus?, no, era imposible, pero aquel aroma lo reconocería a kilómetros de distancia.

Sin volver a darle mucha más importancia, sumergí mi mirada en el libro acabando por leer el segundo capítulo, en donde un hombre y una mujer, después de varios años, se volverían a reencontrar para proseguir con su dramática historia de amor...

























✧*。ռɨñata ɨռɢɛռʊa✧*。/human!fell Papyrus x reader/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora