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Me despedí de Fell con la suerte de que su hermano me iba a acompañar de camino a mi casa, aunque él decía que le venía de paso, pero sabía que lo hacía por gusto propio.

Me cogió de la mano sorprendiéndome por su acción, entonces mis mejillas se tornaron de inmediato de un color carmesí. Lo miré de reojo, estaba sonriendo sin apartar la mirada de nuestro camino.

Me mordí el labio inferior colocando un mechón rebelde detrás de mi oreja.

—Entonces... ¿Qué somos ahora? –mi pregunta le tomó por sorpresa haciendo que parpadease un par de veces algo confuso –Quiero decir, sé que nos besamos y eso, pero... No me has preguntado si quiero ser tu novia o algo así por el estilo... –nos detuvimos en frente de un paso de peatones mientras que varios coches pasaban –Ese beso puede significar muchas cosas, y con eso me refiero al sentimiento de lujuria.

El semáforo para peatones se puso en verde dejándonos pasar tranquilamente por este. Puse una mueca al ver que el de cabello blanquecino no había abierto la boca para responder.

Un sentimiento extraño, algo así como de culpabilidad y vacío, inundó todo mi ser.

No obstante, cuando logramos llegar a la puerta de mi casa, se giró hacia mí para cogerme también de la otra mano dirigiendo su mirada hacia ellas.

—Pensé que ya te lo habías tomado como una... Una... –le costaba decirlo, pues su cara estaba más roja que el de un tomate –Una declaración de amor y que tú habías aceptado –frunció los labios algo nervioso a la vez que fruncía el ceño –. ¿Yo no era bastante obvio en lo que llevamos de tiempo estando juntos?

—Bueno, ahora que lo mencionas... –elevé mi mirada hacia el cielo manteniendo la cabeza alta –Pero creía que lo único que querías era jugar con mis sentimientos para ver como reaccionaba, o quizás humillarme, no sé. –su agarre en mis manos se hizo más fuerte.

—¿Quieres salir conmigo? –entre abrí volviendo a cruzar miradas con él. Mi corazón latía rápidamente, entonces varias imágenes pasaron por mi cabeza, ¿cómo es que de odiarnos tanto el uno al otro hemos terminado de esta manera? Quizás me lo seguiré preguntando hasta el día en que yo me muera. Papyrus me observaba expectante a la espera de una buena respuesta.

Asentí con la cabeza emocionada por este hermoso momento. Le robé un beso duradero para luego darle un abrazo.

Me detuve unos momentos a pensar, no era el primer novio que tuve, pero sí el segundo. Tampoco es que fuera yo alguien tan popular para que alguien se fijara en mi, o eso al menos era lo que pensaba, pues ahora estaba saliendo con el más interesante de todo el centro del instituto.

A punto de volver a darle otro beso para demostrar mi amor por él, mi cuerpo se quedó completamente rígido borrando la sonrisa de mi rostro.

Giré mi cabeza casi con los brazos temblando en cuanto descubrí a Sans contemplando todo el escenario desde unos cuantos pasos de nosotros. Su expresión era completamente indescifrable.

Se notaban sus ojeras de no haber dormido durante estos últimos días, su caminar era pesado como si llevase una bola de hierro atada a sus tobillos. Su característica sonrisa ya no la portaba en su rostro. Simplemente tenía una apariencia horrible. Tragué saliva nerviosamente sin saber como reaccionar, entonces recordé todo lo que me dijo sobre lo que sentía por mí.

Me encogí de hombros en cuanto ya se encontraba casi al lado nuestra. Me di cuenta de como Papyrus entre cerró los ojos de manera que se miraban el uno al otro con superioridad. El ambiente se tornó, en tan solo unos segundos, nefasto y desagradable a mi gusto.

—Te veo bien –se atrevió a decir el de ojos azules con un aire de vacile –, me sorprende que salieras vivo de allí, conociendo a Chara no hubiera tardado ni un segundo en cortarte el cuello –el más alto suspiró mientras que sonreía, también con un aire de superioridad –. Ha tenido piedad contigo.

✧*。ռɨñata ɨռɢɛռʊa✧*。/human!fell Papyrus x reader/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora