Capítulo 52 De regreso a América

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Los días que vinieron fueron de cuento, los niños fueron reunidos para explicarles con palabras dulces y fáciles que el tío Stear había estado perdido porque no recordaba nada debido a la Gran Guerra y que lo habían confundido con otra persona muy parecida a él y se lo habían llevado lejos, pero que lo habían encontrado por un milagro. No mencionaron, engaños ni intrigas, solo el resumen de los acontecimientos . Los niños comprendieron con la lógica simple de que un familia muy querido había regresado de un largo viaje y lo fueron a conocer muy alegres, lo abrazaron y besaron, lo que obviamente hizo sentirse muy feliz al inventor quien había pasado mucho tiempo sintiéndose desarraigado e inmensamente solo, desprovisto de amor y de amistades verdaderas.

Stear había hecho un nuevo cuaderno de apuntes y por las noches apuntaba todo lo que le habían  dicho sobre su vida y empezó a hacer una línea de tiempo, pidió fotos para acompañar esos supuestos recuerdos que eran prestados pues aún no recordaba nada.

Los días pasaron y se dio el juicio, el rey y el duque solicitaron ayuda a sus colaboradores políticos cercanos  integrantes de la cámara de los lores y a los jueces que para que guardaran la reserva del caso, no podía salir a la luz tamaña injusticia contra un extranjero, miembro de un clan importante con raíces escocesas, además las pruebas eran contundentes, el hombre misterioso de la Torre era miembro de una acaudalada familia, había estudiado en un prestigioso colegio de Londres y había pruebas de que formó parte de un escuadrón de voluntarios de la aviación, con toda esa ayuda para marzo Alistair Cornwell Ardley quedaba libre de todo cargo y se libraba del patíbulo.

Para ese momento Albert había decidido darle la buena noticia a los Cornwell en Estados Unidos, la tía abuela era demasiado anciana para someterla a un viaje tan largo y no quería ocasionar más angustias a los padres de Stear y Archie, pidiéndoles que viajaran, ellos irían a Chicago y les daría la noticia con un batallón de médicos incluidos.

El rey Jorge V a pesar de sus obligaciones y preocupaciones por la beligerancia de Italia contra Abisinia, y la situación política cada día más caliente, había decidido escaparse con su esposa la reina a quien llamaba cariñosamente May, irían a visitar al sufrido joven antes de que partiera de viaje y de paso conocer al bebé Granchester, ya le había avisado a Richard por teléfono, en estos días voy a saludar a tu hijo y su esposa para felicitarlos por el nuevo bebé:

_Sería un honor su Alteza

_Richard ya te he dicho mil veces que no me llames así, que me molesta

Llegaron para la hora del té, si bien es cierto el rey no dijo el día exacto, no cayó de sorpresa puesto que le avisaron al Duque con cierta anticipación

Lamentablemente Candy no pudo recibir a los reyes en la puerta porque era la hora de la lactancia del bebé, pero los demás miembros si estuvieron presentes:

_Bienvenido su Alteza

-Ayy ¿que te he dicho Richard? No he venido como rey, sino como amigo, ¿no es cierto May?

Reina María_ Yo tampoco he venido como reina, sino para visitar a unos viejos amigos y felicitarlos por su nuevo nieto ¡Mi querida Eleonor! como siempre estás hermosa

_Ud. también su majestad

_Nada de su majestad , sabe que siempre nos ha gustado la vida sencilla y a veces vivir en un palacio como reina es una tortura, dejen que hoy nos sintamos un poco más normales , por favor

-Buenas tardes querida tía

_¡Oh! Terence querido, el actor más guapo y más famoso  del reino, me ha venido a saludar, seré la envidia de muchas jovencitas

_Jajaja tía querida ya no soy tan joven, soy un padre de familia serio y feliz.

-Eso lo no dudo y se te ve feliz ¿Dónde está la afortunada que te cambió la vida?

Recuerdos y esperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora