CAPÍTULO 11 LA ESPERANZA EN EL HOGAR DE PONY 1922

867 62 8
                                    

Hermoso fan art de Romijuri

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hermoso fan art de Romijuri

(Pensamientos de Candy en tiempo actual)

Ha pasado tanto tiempo, tal vez ya se olvidó de mí, meditaba tristemente una hermosa rubia de ojos verdes. Siempre está rodeado de hermosas mujeres, que mueren por una mirada de aquellos zafiros, seguramente....... ¡No! no puedo pensar así, tengo que esperar, debe tener mucho en qué pensar, mucho qué hacer, pero........¿por qué ni siquiera ha escrito? ¡Terry! No puedes haberme olvidado ¿será que sí?, ¿Qué será de ti? ¿Qué estarás haciendo? y pensar que estuviste aquí .........en mi colina , que tal vez tocaste el padre árbol o miraste el manzano o tocaste la armónica, Dios ¡cómo te extraño! ¿Por qué no vienes a buscarme?

Había esperado tanto, se había jurado no poder amar a nadie más, no podía hacerlo, su corazón era una tumba que albergaba una gran pena, aunque siempre demostraba alegría y entusiasmo ¿Cómo podía ser feliz? Sabía que él no lo era, lo había visto derrotado en Rockstown. 

-Casi quise morir al verlo así, destruido, en ese horrible teatro de mala muerte. Cómo deseo que en cualquier lugar en el que te encuentres mis pensamientos te lleguen como una brisa, ¿recordarás lo que yo signifiqué en tu vida? Tu significaste tanto Terry, fuiste el único que besó mis labios y yo te entregué mi corazón. ¿Estarás sufriendo como yo? ¡Oh Dios! tal vez me culpes por haberte dejado sólo con ese problema. Annie dice que hui sin luchar, que lo abandoné a su suerte, que no lo apoyé, ni le demostré lo mucho que lo amaba, que fui una cobarde, pero cómo podía quedarme en esa situación. Ella lo amaba, lo amaba tanto o más que yo, se sacrificó por él y quedo lisiada, sin una pierna. ¡Como dejarla sola a su suerte! Pero lo dejé a él, a él lo dejé a su suerte. Solté al hombre que amaba por una desconocida........

Candy lloraba, lloraba llena de dudas, de arrepentimientos y de miedos.

Ha pasado tanto tiempo, tanta agua ha corrido bajo el puente. Esa carta, esa gélida carta llena de egoísmo. Me escribió una carta infame como burlándose de mi dolor y demostrando que no le importaban sus sentimientos. Pero no, no, Dios no, no puedo haberme equivocado tanto y haber sacrificado mi amor a una persona tan egoísta. No puedo pensar mal de una difunta, además significaría que lo condené a vivir en una farsa, donde la dulce Susana sería el demonio del egoísmo, no, no, no Dios y ¿si yo fui su verdugo? Pero no decidí sola, él también.............la eligió a ella ¿Fueron celos? ¿Hui por celos e inseguridad? Sí hui, realmente hui. Pero entonces si fue  voluntaria su renuncia.......... ¿Por qué sufrió tanto? Fue obligado por las circunstancias, por el deber. Me dejó ir llorando, él que siempre se mostraba fuerte . Lo vi derrotado, aunque se repuso, mostrándome de qué madera estaba hecho, volvió a brillar con luz propia y ahora es un actor reconocido.

Muchos días llevaba ya rompiéndose la cabeza, tratando de comprender el porqué del silencio de su amor que ya estaba libre, por qué no la buscaba. Trataba de encontrar razones y estaba cayendo en la desesperanza. Muchas noches lloraba y en las noches tibias de verano salía corriendo hasta la cima de la colina a mirar la constelación de Orión que le había enseñado en aquel verano vibrante. Se trepaba en la cima del padre árbol y miraba hacia el camino ¿Cuándo vendrás Terry? ¿Cuándo? te estoy esperando, por favor ven, creo que moriré de a amor, me iré marchitando si no vienes, pensaba.

Recuerdos y esperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora