Capítulo 3 SUEÑOS PROHIBIDOS

1.6K 70 27
                                    

Créditos al autor del dibujo

En el colegio con las normas nuevamente, era difícil verse.

Para Terry luego de esos momentos de dulce acercamiento era difícil dormir sin pensar en Candy y todo lo que quería hacerle. Sus noches se volvieron ardientes, tenía que ducharse para poder dormir porque los recuerdos volvían a su mente, las sensaciones, sus besos.

Si fuera más grande me casaría con ella para poder poseerla y la noche de bodas no la dejaría dormir, le haría el amor toda la noche hasta el cansancio. Aunque como es virgen tendría que dejarla descansar un poco, porque seguramente le dolerá. Ah pero puedo utilizar otras partes de mi cuerpo, hummm la besaría toda, quiero saber cómo es su sabor, su sabor de hembra y que pruebe el mío. Me pregunto si la pecosa tendrá vergüenza de besarme todo a mí también. Bueno, la convenceré de que nada entre una pareja que se ama es malo, porque quiero que me bese, sentir sus labios en todo mi cuerpo.

Ah Candy, como me gustaría que estuvieras aquí en mi cama, te besaría tanto....que quedarías extasiada, sé que te gustan mis besos, por tu forma de temblar en mis brazos, cuando lo hago.

Como serán tus senos, blancos como tu piel, dulces en mi boca. Acariciaré ese botón en flor tierno y abriré poco a poco tus piernas y te sentiré lista para mí, te iré besando y bajando a tu sur y te lameré, te chuparé, me beberé tu miel y luego te penetraré despacio, ¡ah! como será tu piel cuando te toque, pero poco a poco, muy despacio me abriré camino y cuando ya no te duela, empezaré la danza más antigua del mundo y trataré de durar hasta que te llegues al éxtasis del amor varias veces y sentir temblar tu cuerpo entre mis brazos con cada orgasmo, te abrazaré para no soltarte nunca y cuando ya no puedas más de tanto amar, te llenaré con mi semilla, que todo se quede dentro, que te guste. Ah que rico. Ah, ah, así Candy, Candy, mi amor. Tengo que hacer esto sólo, pero en algún momento será en tu cuerpo. Seré dueño de tu cuerpo, el autor de cada goce, te haré gemir, gritar y que me pidas más. Después de enseñarte, practicaré contigo todas las poses del Kamasutra que vi en la biblioteca de mi padre, que no creo que él practique con la duquesa cara de cerdo, porque no duerme con ella, hace tiempo, años. Creo que nunca durmió con ella, tienen habitaciones separadas. No sé cómo diablos tengo hermanos. Ah Candy ¿Qué estarás haciendo en éste momento? ¿Me desearás tanto como yo?

Terry se daba placer pensando en su amada, no lo podía evitar. Mientras tanto Candy soñaba lo que no se atrevía a pensar despierta, solo hasta los besos con lengua llegaba.

La ventana se abría y entraba Terry.

-Pecosa he venido a acompañarte un rato, hasta que duermas.

-Terry, es peligroso, te pueden ver.

-¿Quieres que me vaya?

-No, claro que no, quédate un rato.

_ Las monjas ya terminaron su ronda y tengo frío. Déjame acostarme a tu lado.

-Está bien Terry, tápate con la frazada.

- Ah, no Candy, tienes que abrazarme. De verdad tengo frío.

-¡Pero qué engreído que estás! ¿Por qué no vas a tu cama a dormir?

-Porque prefiero estar en tus brazos un rato.

-Y ¿si te duermes?

-Me despiertas con un beso. Ven, abrázame Candy.

-Estas frio, helado en realidad.

-Ves, acerca tu cuerpo que está caliente. Humm así....... más cerca. Pon tu pierna entre mis piernas, para calentarme. Ah, así está mejor.

-Terry, ¿Dónde has puesto tu mano?

Recuerdos y esperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora