Epílogo

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Lisa estaba en su habitación cambiándose de ropa para ir a la empresa de su papá, cómo era sábado y no tenía universidad decidió ir a visitarlo. Se puso unos pantalones Vaqueros color negro con unas botas del mismo color, una camisa blanca con una chaqueta de cuero.

Desde su casa a la empresa duraban el viaje de unas 30 minutos, Su celular empezó a sonar, lo agarro y miro que Era su papá.

  - Hola papi. - Sonrío

  - Hola Lisa, quería que vengas a la empresa porque tengo algo importante que decirte.

  - Si papá ahí voy.

  - Ten cuidado y no conduzcas hablando por teléfono. -  su padre corto la llamada.

Lisa pago el celular y continuo camino a la empresa, se entretuvo en el primer semáforo de la esquina,  estuvo mirando a unas chicas bailando en el paso   Peatonal. Se puso a pensar que habría sido si no hubiera estudiado administración de empresas y en vez de eso danza. Ahora podría tener su propia empresa dedicada al baile. Pero las cosas no son así, el color del semáforo cambió y siguió su camino.

Se detuvo en una cafetería de nombre "LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD" sonrió al leer el título y no espero más he ingreso, el ambiente era agradable, la mesera era nada más que una compañera de su facultad.

  - Lisa hola!!, que deseas tomar. - le sonrió 

  - Hola Nayeon, dame 1 café con leche y poco azúcar por favor, ah me lo puedes poner para llevar. - Se sentó en una silla.

  - señorita, usted tiene un destino que no podrá cambiar, así tenga mil vidas tendrá que seguir el mismo curso. - una señora mayor de edad pasaba por su lado.

  - Porque me dice eso, a que se refiere. - la miro extrañada.

  - No puedes cambiar algo que ya está escrito, al menos que lo sueñes. - le sonrió y salió por la puerta.

  - La señora es rara, siempre viene y dice algo a los clientes, no le hagas caso, mira aquí está tu pedido es 1 dólar. - le decía mientras dejaba su pedido en la mesa.

  - Gracias, pero y si tiene razón, ósea, digo que nuestro destino de por sí ya está escrito, no crees. - le hablaba mientras sacaba plata para pagar.

  - Pues yo pienso que el destino uno lo va forjando y al menos que dependa de ti no lo podrías cambiar. - tomo el dinero y se despidió.

Lisa salió de aquella tienda, se subió a su carro y siguió su camino, no dejaba de opinar en lo que le había dicho la señora, que me querría decir con lo de "AL MENOS QUE LO SUEÑES". Yo no he soñado, al menos últimamente y si lo hago son aleatorios no tienes sentido, un sueño no se puede repetir por más que lo intentes recordar.

Ya estaba llegando a la empresa cuando decidió ver su celular, lo prendió y al instante ingreso una llamada de su papá.

  - Lisa ya mismo llegas.

  - Si papá estoy en el estacionamiento, ya mismo subo.

   - Muy bien cariño, te espero sí.

   - Si papá, cómo para qué me ocupa. -  Lisa ya estaba parqueando el carro cuando escucho algo en la parte de atrás. 

   - ¿Estás bien cariño?. - Su padre le decía algo, pero Lisa no podía escucharlo, se bajó y vio a una chica en el suelo.

SALIDA DE UN SUEÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora