011 Marlene McKinnon

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Remus quedó en blanco.

Seguía intentando procesar las palabras que Arthur le dijo hace unos minutos.

Estaba durmiendo plácidamente, descansando del día tan atareado que tuvo tratando de arreglar el escándalo mediático.

Y definitivamente, no necesitaba despertar de la manera en la que lo hizo.

—Remus. —El pelirrojo habló, sonriendo. —¿Cuánto dirías que conoces a tus compañeros de clase?

—Algunos más que otros. —Respondió el castaño confundido. —¿Por qué?

—¡Eso es genial! Porque estas a punto de salir con una de ellas.

Intentó procesar nuevamente las palabras de Arthur para luego observarlo.

—¿De qué hablas? —Río fuertemente. —¿Salir con alguien? ¿Después de todo lo que pasó?

—Mira, sé que es repentino pero dejame explicarte. —Arthur entró al lugar sin permiso y Remus debió cerrar la puerta, no sin antes dejar pasar a una señora que él reconocía como la analista de su madre. —Lo estuve pensando toda la noche y miré las redes sociales, ¿Sabes por qué todo el mundo está hablando de esto?

—No sabía que todo el mundo estaba hablando de esto, creí que era algo más regional. —Comentó Remus con un suspiro.

—Porque necesitan saber quién es tu amante misteriosa. —Arthur lo ignoró.

—Nuestros análisis muestran un incremento del doscientos porciento de las búsquedas relacionadas a esa pregunta. —La analista habló también. —Eclipsando por completo la campaña de su madre.

—El público muere por saber un poco de tu vida amorosa y eso es lo que vamos a darle. —Arthur explicó con una sonrisa orgullosa.

—¿Y entonces quieres fingir una relación? —Remus preguntó sintiéndose mareado.

—¡Será la mejor forma de calmar a la prensa y a la gente! —Arthur dijo emocionado.

Pelusa comenzó a maullar mientras caminaba lentamente hasta Remus, acariciando sus piernas.

Remus sonrió con ternura y se sentó en el sofá para que el gatito pudiera acostarse en su regazo.

—Hasta Pelusa esta de acuerdo. —Arthur comentó cuando el gatito comenzó a ronronear. —Ahora, dejame explicarte unas cosas antes.

—No lo sé Arthur, no me gusta esta idea. —El castaño comentó aunque fue ignorado.

—No puedes simplemente comenzar a salir con alguien y ya. —El pelirrojo comenzó a hablar. —Debe ser alguien político, que Rushuania respete.

Remus suspiró pesadamente.

No quería.

El simple hecho de tener que salir públicamente de manera romántica con alguien más le parecía de lo más deshonesto.

Se sentía asqueado de sólo pensarlo.

Pero sólo viendo la emoción de Arthur sabía perfectamente que no le estaba dando una idea.

Esto se trataba de una orden. Y sabía muy bien que su madre tenía algo que ver en esto.

—No quiero estar en una relación falsa. —Remus dijo, sintiendo un nudo en la garganta. —¿Al menos será temporal? Fugaz si es posible.

No pudo evitar no pensar en Sirius. Sentía que lo estaba traicionando.

—La mujer que te elegí está más que consciente que esto es por publicidad y solo publicidad. —Respondió Arthur. —Una vez que el escándalo se calme, ambos serán libres de hacer lo que quieran con la relación.

Amoríos extranjerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora