018 Final

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La noche del tratado de paz había por fin llegado.

Remus se encontraba en su cama recostado, observando el techo y perdido en sus pensamientos.

¿Por qué Arthur estaba tan empeñado en cancelar el tratado de paz de su madre?

¿Es que acaso no entendía que era el evento histórico más importante de la región desde la Independencia de Rushuania?

No entendía a que le tenía tanto miedo, ¡El maldito Lucius Malfoy había sido capturado!

Además, el esfuerzo de Remus por intentar agradarle a sus compañeros, ahora amigos, debe de haber servido de algo para la diplomacia, ¿No es así?

—¿Tú que opinas Pelusa? —El castaño preguntó observando al gatito, quien roncaba profundamente en su pecho. —Si la reencarnación es cierta, ojalá pueda reencarnar en ti amigo.

—Deja de hablar con un gato. —Remus escuchó la voz de Lily afuera de su habitación. —Si quieres una secretaria de estado eligeme a mi.

—Puedes pasar Lily. —Remus rio. La pelirroja abrió la puerta, luciendo un hermoso vestido rosado y una muy brillante tiara, además de la banda real de princesa. —No me niegues que Pelusa es un buen consejero.

Lily se sienta en el borde de la cama y Remus la imita, despertando a Pelusa para poder acomodarlo en una almohada.

—Te noto nervioso. —Lily comentó observando a Remus. —¿Es por el discurso que tu madre te pidió?

—¿Nervioso? —Remus río irónicamente. —He pasado los últimos meses observando cómo cada movimiento que hacía era tergiversado. —Suspiró y cerró los ojos, levantando la cabeza hacia el techo. —Ahora es mi turno de hablar. Y créeme que tengo mucho para decir.

—No sé si te lo he dicho antes. —La pelirroja habló, captando su atención. —Pero me siento muy orgullosa de la persona en la que te has convertido.

—Yo también. —Remus dijo sinceramente. —Siento que cambié, de buena manera.

—Totalmente. —Lily asintió. —Y me alegra que seas capaz de verlo.

—Bueno, todos cambiamos. —Remus dijo sonriendo de lado. —Digamos que te vi besando a cierto hijo de un primer ministro en la última fiesta.

Las mejillas de la chica se tiñeron rápidamente de un rojo carmesí, lo que hizo que Remus suelte una carcajada.

—Te diré un secreto, pero por favor no se lo digas a nadie. —Lily dijo por lo bajo. Remus se acercó. —La corona de Barcherion no quiere firmar el tratado de paz, pero el papá de James sí.

—¿Eso que quiere decir?

—Qué la corona se caerá hoy mismo. —Lily dijo segura. —El pueblo está expectante y en cuanto los reyes no estén ahí, pero si el primer ministro, será todo.

—Mierda Lily. —Remus dijo sorprendido. —Eso es... ¿Bueno?

—En parte, si. —Lily dijo nerviosa. —La boda quedará cancelada oficialmente. —Agregó sin poder esconder una sonrisa. —Solo... Me preocupa que las cosas se pongan feas en el país de James.

—Si el Rey Snape es inteligente, entregará el poder. —Remus habló seguro. —No se puede permitir una guerra civil, no con el acuerdo de paz recién firmado. No tendría ningún beneficio ni él, ni la corona, ni Barcherion.

—Hablas tan seguro... —Lily sonrió. —Pareces un político.

—¿Tú crees? —El castaño fingió una sonrisa.

Lily sacudió su cabeza y se paró de la cama, limpiando su vestido.

—¿Tienes elegido tu traje? —Preguntó ella observando a Remus quien aún usaba pijama.

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