014 Traición

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—Dejame entrar primero. —Alice dijo en voz dulce. Remus asintió con su cabeza y la mujer abrió la puerta de la habitación del castaño en Hogwarts.

Alice entró a la habitación y escaneo cada rincón lo más rápido que pudo. Se dijo detrás de las cortinas y detrás de cada puerta y escondite y, solo una vez que se aseguró de que no había nadie dentro, dejó que Remus entre.

—Despejado. —Dijo ella y Remus sintió que podía respirar de nuevo. —Ya es de noche, ¿Quieres que te consiga algo para comer?

—No te vayas. —Pidió rápidamente el castaño, tomando la muñeca de su amiga. —Por favor.

Observó con pánico sus manos, aún manchadas con el líquido rojo extraño.

—Esta bien. —Alice dijo sonriendo y sentándose en el sofá. —¿Qué quieres hacer entonces?

Remus se quedó en silencio un momento.

—Dormir. —Dijo. —Durante días y días si es posible.

—Ve a la cama. —Alice respondió. —No me iré de aquí, lo prometo. —Agregó al ver que Remus no soltaba su muñeca.

El castaño aflojó su agarre y finalmente soltó a su amiga. Luego se abrazó él mismo y caminó dentro de su habitación, dispuesto a dormir lo más que podía.

* * *

En el centro de ski

Sirius saltó del susto al escuchar su puerta ser golpeada repentinamente y de manera brusca.

Bloqueó su teléfono y se levantó sin ganas de la cama para abrir la puerta, solo para encontrarse a su amiga Lily completamente asustada.

—¡¿Oíste lo que pasó?! —Lily preguntó nerviosa. Sirius la observó confundido. —¡¡Remus fue atacado!!

Sirius sintió como un escalofrío recorría toda su columna al escuchar las palabras de la pelirroja.

¿Remus? ¿Atacado?

—¿Qué estas diciendo? —Sirius preguntó sintiendo cómo su corazón latía fuertemente en su pecho.

—¡No me quieren decir nada más! —Lily lloriqueo. —No puedo encontrar a Alice y Remus no contesta mis llamadas, solo me dijeron que fue atacado y que no puedo verlo.

Sirius corrió hasta su cama y buscó su teléfono. Rápidamente tecleo el chat con Remus y le envió un mensaje.

—¡Llámalo! —Pidió Lily.

—No le gustan las llamadas, le causan ansiedad. —Respondió Sirius sin mirarla a los ojos. —Contesta Rushuania, por favor. —Pidió sin dejar de ver la pantalla de su teléfono.

Le envió otro mensaje, pero siguió sin recibir respuesta.

—Necesito el número de Alice. —Dijo Lily. —¿Cómo lo puedo conseguir?

—Lily. —Sirius dijo fuertemente, llamando la atención de la pelirroja. —Siéntate un segundo, estas muy alterada.

Lily asintió y se dirigió hacia la cama de Sirius, intentando calmar su respiración.

—Estoy preocupada. —Dijo ella observando su teléfono. —¡Nadie me dice nada! Solo me dicen que fue atacado aquí.

—¿No te dijeron si está bien? —Preguntó el pelinegro sin dejar de ver su teléfono.

Amoríos extranjerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora