015 Hablar

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—¡Remus! —Lily gritó sin dejar de correr. —¡Por favor espera y piensa esto mejor!

—¡NO! —Gritó el castaño, furioso. —¡ESE HIJO DE LA GRAN PUTA ME VA A ESCUCHAR QUIERA O NO!

Lily intentó apresurar su paso. Remus iba a paso decidido por los pasillos de Hogwarts soltando bufidos cada vez que alguien se interponia en su camino.

En cuanto ella le preguntó si alguien más sabia sobre el lago congelado, Remus reaccionó poniéndose de pie y abriendo la puerta.

Cuando la pelirroja le preguntó qué le pasaba, el castaño sólo dijo una única palabra. Un único nombre.

Peter.

—¡Por favor Remus! ¡Siéntate y hablemos! —Pidió ella.

—¡OH CRÉEME QUE QUIERO HABLAR! —Río sarcástico. —¡PETTIGREW! —Gritó fuertemente, llamando la atención de varias personas.

—¡Necesitas calmarte primero! —Lily dijo. Observó a Alice pidiendo ayuda, pero ella estaba ocupada en observar detenidamente a Remus mientras iba a su mismo paso. —¿Por qué Peter lo haría? ¿Por qué te traicionaria así? —Preguntó intentando bajar la voz para que los demás estudiantes no se enteren.

—Dinero, ¿Qué otra cosa? —Dijo Remus enojado. —Ese maldito hijo de puta, LE CONFÍE TANTAS COSAS.

Lily estaba agitada. El Instituto era enorme y Remus prácticamente la estaba haciendo recorrerlo completo.

—¡Al menos avisale a tu seguridad primero! —Cada vez se acercaban más a la sala de profesores y Lily se estaba quedando sin ideas.

—Si esa rata asquerosa fue capaz de manipularme, quiero que me lo confiese en mi puta cara. —Respondió Remus de mal humor. —Alice está conmigo. —Agregó sin verla.

Finalmente llegaron a la puerta y Lily respiró profundamente, cansada.

—Entro solo. —Dijo Remus sin ver a las chicas.

—De ninguna manera. —Alice dijo rápidamente. —No pienso dejarte solo con él ni un segundo.

—Si están ustedes puede inventar algo. —Dijo Remus seguro. —Necesito hacerlo yo solo, por favor.

—Prometeme que no harás algo que te perjudique. —Lily le rogó, observándolo a los ojos.

—Bien. —Dijo el castaño sin verla a los ojos. —¿Alice?

Alice se tomó su tiempo, pensando seriamente la situación. Como siempre, ninguna emoción se reflejaba en su rostro.

—Bien. —Finalmente dijo. —Pero si tengo el mínimo presentimiento de que estas en problemas, entraré por la fuerza.

—Hecho. —Remus asintió. Respiró profundamente y abrió la puerta de golpe, cerrandola rápidamente.

Peter estaba detrás de su computadora, saltó de la sorpresa al sentir la puerta ser abierta tan bruscamente.

—¡Remus! —El rubio dijo, aún asustado. —¿Estás bien? Me enteré sobre el ataque...

—Con permiso. —Dijo Remus tomando entre sus manos la laptop del rubio y reventandola contra el suelo, furioso.

La pantalla estaba hecha trizas y algunos pedazos de plástico salieron volando por el suelo, Peter lo observó sorprendido y asustado.

—¡¿Qué te...?!

—¡CORTA CON TU MIERDA PETTIGREW! —Remus lo cortó de un fuerte grito. —LOS ASALTANTES YA HABLARON Y ME DIERON TU NOMBRE. —Mintió.

La cara de Peter se transformó inmediatamente. Primero a una de clara confusión, luego a una de realización y, finalmente, el pánico invadió su rostro.

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