CAPITULO 6

700 443 34
                                    

Estando un poco achispada por el alcohol le pregunte a Lariza si quería quedarse conmigo en mi departamento, me beso y acepto gustosa quedarse esta noche.

Entramos a mi departamento, encendí las luces y le ofrecí algo de tomar.

–¿Tienes cerveza?–

Preguntó ella.

–Claro que si–

Tome dos del refrigerador y le pase una, me dirigí al reproductor de música y lo encendí, Lariza se encontraba sentada en un sillón amplio, camine hasta ella y aprovechando el valor que el licor me había dado comencé a bailarle suavemente quitándome poco a poco la ropa.

Primero retire mi vestido y lego mi sostén quedando solamente en panti y zapatillas, se levantó del sillón y me beso desesperadamente, torpemente saque su vestido y su ropa interior, me derretí al ver su precioso cuerpo desnudo; no espere para meter sus pechos a mi boca y succionar de ellos como un bebé buscando su leche, un gemido tras otro salían de sus dulces labios.

La empuje suavemente al sofá y abrí sus piernas para encontrarme su sexo totalmente húmedo y preparado, pase mi lengua por toda la extensión de su intimidad desde su punto débil hasta su
apertura, lamia y succionaba de vez en cuando arrancado gemidos que se oían como la gloria, seguí succionando sus pliegues hasta que la sentí temblar y sabía que estaba a punto de correrse así que introduje dos dedos en su cavidad y los moví rápidamente al compás con los movimientos de mi lengua, en poco tiempo tenia a Lariza liberando todos sus deliciosos jugos en mi boca .

saque mi cara de entre sus piernas, pero no paso mucho par que fuera ella quien me hiciera ver las estrellas.

.
.
.

Desperté entre sus brazos gustosa y feliz, ella dormía tan plácidamente que parecía un ángel, me levanté con cuidado de no despertarla y fui a baño a hacer mis necesidades para luego dirigirme a la cocina a preparar un desayuno delicioso para Lariza.

Entre a la habitación con una bandeja llena de pan tostado con homelet y jugo de naranja, ella seguía dormida así que bese sus labios suavemente y poco a poco fue despertando

–Buenos días, dormilona–

–Buenos días mi amor–

–Te traje el desayuno, espero te guste–

–Gracias mi amor, viniendo de ti, cualquier cosa me gusta–

Luego de desayunar nos duchamos juntas, decidimos salir de compras ya que era domingo y pasaríamos todo el día juntas.

Toda la mañana estuvimos de tienda en tienda comprando cuanta cosa queríamos, almorzamos en la plaza de comida del centro comercial y volvimos a mi casa en la tarde, Lariza volvió a su casa y yo después de acomodar todo lo que había comprado me acosté a dormir.

.

Me dirigía al consultorio cuando Pabllo se cruzó en mi camino

–¿Qué quieres pabllo?–

–Tranquila, solo quería pedirte disculpas por lo que paso el sábado en la discoteca–

Me quede pensando un momento en mi respuesta.

–Pues no, no te disculpo y vete al demonio!–

Me tomo fuertemente del brazo y me empujo hasta pegarme contra la pared.

–Suéltame me estas lastimando–

Soltó mi brazo y paso sus brazos por cada lado de mi cabeza para aprisionarme

–Escúchame bien, la mujer que me gusta la tengo y el que seas distante y arisca conmigo solo hace que me gustes más–

Me tomo con fuerza del mentón y estrello su boca con la mía besándome
posesivamente, intente liberarme, pero era más fuerte que yo.
Al separarse de mi me miró fijamente.

–Si le dices algo a alguien lo vas a lamentar–

Se alejó completamente de mí y desapareció del pasillo en un instante, mi corazón latía rápidamente así que corrí al consultorio y me adentré en él, tenía los pelos de punta, jamás me había pasado algo así y tenía mucho miedo.

Agradecí al cielo que Lariza aún no había llegado y aproveche para calmarme y recuperar mi respiración normal, a los pocos minutos llego Lariza con una enorme sonrisa en su rostro y me
beso.

–Buenos días mi amor–

–Buenos dias–

Mi respuesta fue algo cortante y me di cuenta al instante.

–¿Te ocurre algo tami? Estas algo pálida–

Dude un poco, me asustaba la amenaza de Pabllo, pero no iba a dejar que me
intimidara y se saliera con la suya.

–No, no estoy bien–

–¿Qué te sucede mi amor? –

–Hace un rato al llegar al hospital me Cruze con Pabllo, intento hablarme y yo trate de esquivarlo, el… me beso a la fuerza y me dijo que me arrepentiría si le decía alguien a parte me dijo que el
hecho de que yo sea esquiva e indiferente con el solo hace que le guste más–

Mi respuesta la dejo paralizada por un segundo.

–MALDITO HIJO DE PUTA–

Grito furiosa.
Sus intenciones eran claras, iba a salir del consultorio a buscarlo pero la detuve

–Por favor mi amor, aquí no, espera a la hora del almuerzo o cuando acabe nuestro turno, te recuerdo que esto es una clínica–

–Está bien, tienes razón, pero ese infeliz no se va a salir con la suya, ya vera–

Se podría decir que la mañana corrió normalmente como todos los días, trabajamos sin hablar de ese tema, al llegar la hora del almuerzo acuno mi rostro entre sus manos y me beso tiernamente antes de salir, almorzamos en el restaurante de siempre en silencio pero al volver a la clínica nos encontramos con Pabllo en el estacionamiento.
Lariza acelero el paso hacia él, creí que le reclamaría o le gritaría pero en vez de eso le dio un fuerte puñetazo que le rompió el labio y luego pateo sus genitales tirándolo al suelo.

–Más te vale que te alejes de ella, porque si la vuelves a tocar te juro que te matare con mis propias manos–

Me tomo de la mano y me guio al interior de la clínica, jamás creí que pudiera hacer algo así o defenderme con tanta euforia, una vez estuvimos en el consultorio no pude evitar decirle

–Creí que le ibas a reclamar verbalmente–

–Lo siento, pero no se merecía menos ese infeliz–

Y tenía razón, no se merecía menos .

–Vaya golpe que le diste–

–Aprendí boxeo y defensa personal hace unos años, mi hermano me enseño, el pertenece a las fuerzas armadas, es coronel, no solo me enseñó a pelear sino también a manipular armas–

Esa respuesta me dejo atónita.

–Eso es impresionante, pero ahora no se si sentirme protegida o tener miedo–

–Es muy útil cuando tiene cerca tipos como Pabllo, ¿y por qué tendrías miedo?–

–Se que serías capaz de matarlo si me hace algo mas–

Lariza solo se ríe.
Olvidamos el tema de Pabllo y seguimos trabajando hasta terminar nuestro turno, ella me llevo a mi depa y luego se fue a su casa, el resto de la semana no vimos a pabllo.

.
.
.
.

Era sábado y estaba con las chicas en la cafetería de la universidad, estaba en una lucha interna por contarle a becky o no el asunto de Pabllo, sé que le
rompería el corazón, desde que la conocí jamás la había visto tan feliz y enamorada, mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de un teléfono.

–Disculpen, es Pabllo–

Dijo becky alejándose para contestar la llamada.

.
.
.
.
.
.
.
.



Gracias por leerme, si has llegado hasta aquí es porque te ha gustado el libro.
No olvides dejar tu voto y comentario y si gustas también puedes seguirme 🥰
Ig: @lypa_04
Twitter: @lypa_04
Los quiero mucho
Besitooooos 💋💋💋

MI INICIO Y MI FINAL (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora