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No era una persona negativa, pero lo único que voy a pensar era un plan quería venganza, se levantó agarró de la mano a lit y fueron afuera de la cabaña. el pelirrojo lo siguió detrás de él fue el Rubio le tocó el hombro para que parara, ella lo volvió a ver y pozo su vista en sus ojos.

Isabell: que queres flaco?, no fue suficiente te di mi confianza y te cagaste en eso- era como si la venda hubiese sido arrancada de sus ojos ya no lo veía como antes.

Jerome: No puedes ir sola, déjame que te ayude, por favor- lo pensó y aunque no tenía ganas de verlo era su mejor opción, conocía muy bien este negocio el negocio de la muerte y de la venganza, sabía muy bien cómo planificar un golpe como el que ella quería dar.

Isabell: está bien pero no quiero ningún truco, si me vas a ayudar voy a saber cada detalle lo que quieras hacer- el pelirrojo asintió, para él eso era mejor que el dejarla ir y no saber qué era lo que iba a pasar con ella.

Jerome: está bien, vamos a una casa que tengo en el bosque, ahí tengo un par de herramientas y cosas que suelo usar para hacer este tipo de trabajos- ninguno de ellos parecía ser muy lúcido y lo siguieron no le preguntaron nada, el único que sabía medianamente adonde iban era Joaquín. él ya había estado ahí.

Eso se habían sentado a planificar qué podía hacer Isabell para cobrar su venganza, pero mientras ellos hacían eso no sabían que su amigo Tiago, estaba por sufrir un ataque inesperado.

Mientras tanto...

Tiago se encontraba caminando solo, no sabía dónde estaba yendo solo estaba caminando porque estaba enojado, quería saber qué era lo que habían hecho sus amigos como para haber terminado así, no entendía porque ellos habían pagado por una simple pelea en donde no tenía nada que ver. mientras caminaba decidió sentarse a admirar el panorama miraba el cielo, sus manos jugaban con la tierra del suelo, escuchó pasos acercándose, pero los ignoro, ella y algunos de sus amigos podría haberlo seguido. equivocado que está.

se encontrado mirando la tierra donde sus manos estaban bailando vio unos zapatos enormes y levantó su mirada, de él se encontraba la misma señora que les había dado su cabaña, ahora ya no era lo mismo él sabía que ella ir a la mamá de Isabell, empezó a asustarse sabía que no era una simple señora, estaba en peligro.

Tiago: ¿Hola? - dijo tímidamente, no sabía cómo encarar la situación- qué onda señora, ¿qué se cuenta? - trato de ser amigable pero lo cierto es que moría de nervios.

Rouse: Bien mira, vamos a hacer una cosa si queres vivir vas a tener que venir conmigo- la poca tranquilidad que tenía lo abandonó, en sus planes ya no estaba tratar de ser amigable quería huir con sus ojos busco una salida mirando a todos los costados así que rápidamente se levantó e intentó correr esa solo se río- que tierno qué piensas que tienes opción, yo digo y vos sos veces que parte no entendiste? - la escuchaba, pero no le importó siguió corriendo y corriendo mientras él más intentaba correr esa más reía, dio un silbido y un perro empezó a correr, él empezó a desesperarse no contaba con eso, sintió la fuerte mordida en su pierna y cayó al piso, esa lentamente empezó a acercarse a él- que lo dice conmigo no hay juegos que puedas ganar-

de su bolsillo agarro una jeringa con una punta que parecía bastante afilada, el la vio con pánico. Rouse no espero y le inyectó el sedante los clavo en su cuello. De esa manera él quedó dormido y ella consiguió su objetivo, en el mejor de los escenarios podría tener a su pequeña hija de su lado y en el peor de los escenarios tenía un nuevo ingrediente para su restaurante.

se lo llevó a su almacén y decidió hacer la tan esperada llamada, agarró el teléfono de Tiago y se dio cuenta que tenía contraseña así que le cortó un dedo para usar su huella, no tenía necesidad de hacerlo, pero le gusta que la gente sufriera. con el teléfono desbloqueado fue a los contactos y buscó la su hija, esperaba con ansias esa llamada. el día que la vio llegar a su casa no esperaba verla así, antes de enterarse qué Hernán tenía a su pequeña que él la había secuestrado, iría a recuperarla la necesitaba era su pequeña, cuando supo que él la tenía y que la había querido y criado algo dentro de ella obscureció, ya no la veía como su princesa ahora la veía como su enemiga, por culpa de ella, él había matado a su hijo y eso jamás se lo perdonaría. el teléfono sonaba y no le contestaban empezó a impacientarse somos 3 veces más y en la cuarta llamada ella contestó.

Isabell: gotti, estoy ocupada qué queres- solo pudo escuchar un gran silencio- mira rey, no tengo tiempo estoy haciendo algo importante si no me vas a hablar no me llames- en ese momento estaba enojada pero cuando escucho la otra voz se asustó.

Rouse: ¿la forma con la que tratas a tus amigos, así tratarías a tu madre? - la voz de ella sonaba gélida, era a la primera vez que sentía que su entorno daba vueltas y que ella no pertenecía al lugar en donde estaba- pero bueno te quedaste sin palabras.

Isabell: por qué tenes el teléfono de Tiago- si ella lo tenía ahí, no tenían tiempo para hacer un plan tendrían que improvisar.

Rouse: algo muy simple, pasada por el bosque lo oí a tu amiguito sentado aburrido y pensé, por que no invitarte a una reunión, trae a tus amigos yo estoy acá con uno y charlamos, recuperamos el tiempo que perdimos- aunque lo disfrazo con esas palabras, supo que lo que ella quería era como un intercambio, liberaría a su amigo solo si ella tomaba su lugar.

Isabell: está bien, nos vemos en tu almacén, pero no flashees confianza nada de trampas, queres hablar conmigo, eso vas a hacer. - colgó la llamada y dirigió su mirada al pelirrojo, a Joaquín y a lit- no hay tiempo para hacer planes, Jerome, necesito que agarres todo lo que te sirve para matar, ella se metió con mis amigos y yo voy a terminar lo que empezó.

agarraron todas las cosas que necesitaban, a dispuesta a todo, el camino hasta el almacén de rouse fue largo, mira pensaba en tanto qué se le pasó muy rápido el tiempo. sin ningún tipo de discreción entró haciendo que la puerta golpeará con la pared, sabía que no estaban en la parte del almacén que estaban en la carnicería humana. no tuvo en cuenta que podría haber trampas. y algo les podría pasar y entró, así como si nada.

lo primero que vio fue a Tiago desmayado atado en una silla y amordazado, lo vio con pena le dolía que por su culpa él estuviera así, se acercó a él y vio que estaba tan dormido que no tenía ni idea de lo que estaba pasando. él estaba ahí, pero la vieja no estaba, detrás suyo escuchó a Mauro gritar y supo que su descuido los puso en peligro. 

asesinato en la montañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora