Alejandro
Temprano por la mañana, al final contraje un resfriado. Me mantengo acostado, solo escuchando el tic-tac del reloj mientras marca las cinco y media. No recuerdo cuánto tiempo llevo despierto, pero ya no pude volver a dormir. Mi nariz está tapada y tengo sueño, no es una buena combinación.
Al otro lado de la habitación, Erik sigue durmiendo. Me siento y enciendo la lámpara de mi lado para iluminar un poco la habitación. Observo cómo la tenue luz se extiende, pero no se escucha nada más, todo está en completo silencio.
Me levanto para caminar hacia el baño, sintiendo el frío de la mañana en mi piel. Me detengo frente al espejo, observando mi rostro delgado de tono cálido que da una ilusión casi dorada. Mi cabello castaño está desordenado, enredado en todas direcciones.
Mis ojos marrones reflejan cansancio, las ojeras parecen no querer desaparecer, se han adueñado de mi cuerpo desde hace tiempo, aunque ahora son más leves, lo cual se nota por el tono cálido de mi piel. Mis pestañas son pequeñas y mis cejas se divisan en dos colores, algunos dorados y otros marrones.
Me quito la camisa, revelando las marcas en mi cuerpo a medida que voy levantando. Mi pecho no está tonificado, es delgado, en definitiva, pero a simple vista se notan esas cicatrices en mi cuerpo. No importa cuánto intente evitarlo, esas marcas nunca desaparecerán.
Termino de quitarme la poca ropa que llevaba y entro a la ducha. En ese momento, siento gratificación al sentir el agua caliente en mi cuerpo. Si pudiera, me quedaría en una tina con agua caliente durante mucho tiempo.
El único sonido que se escucha en la habitación es el agua cayendo. Poco después, Erik va despertando y se da cuenta de que es Alejandro quien está tomando una ducha a tan temprana hora. Mira el reloj en su lado de la pared y ve que son las seis apenas.
—Nunca pensé que te levantarías tan temprano... —dice con pesadez desde la cama, escuchando la puerta del baño abrirse, suponiendo que ya he terminado.
Salgo del baño solo envuelto en una bata que tapa la mayoría de mi cuerpo y otra alrededor de mi cuello. Me dirijo al armario, tomo mi ropa y vuelvo a entrar al baño.
Erik tiene un presentimiento de por qué siempre se cambió allí desde que están aquí, aunque no sea un mirón, siente curiosidad. Después de todo, están en confianza.
Salgo del baño como siempre, pero esta vez llevo un suéter, un pantalón, un abrigo y una bufanda.
—Hace frío —comento al salir.
—No siento que esté tan frío —responde Erik, sentándose en la cama y mirándome con sueño en su rostro.
—Saldré antes, quiero pasear por ahí mientras todavía no ha despertado nadie —comenta Alejandro mientras sale de la habitación, dejando solo a Erik adentro.
Alejandro camina por el pasillo desolado. Aún está oscuro, el sol no ha hecho su aparición todavía. En ese momento, se le ocurre una idea: los más jóvenes aún no han despertado. Se dirige hacia las escaleras, siendo visto por una figura que sale de su habitación como siempre.
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Entre el bosque y la Realidad
Teen FictionDesesperado por escapar de su tormentoso pasado, un joven emprende un viaje incierto hacia Lankhaster una Residencia Estudiantil , con su leal amigo a su lado. Pero a medida que avanzan, las voces inquietantes que susurran en la oscuridad amenazan...