La Biblioteca

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—Entonces, ¿me das tu número? —la chica se apoya en la mesa de recepción junto al libro que estaba pidiendo, mirando a Erik con una sonrisa pícara

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—Entonces, ¿me das tu número? —la chica se apoya en la mesa de recepción junto al libro que estaba pidiendo, mirando a Erik con una sonrisa pícara.

—Lo siento, estoy ocupado aquí. Eres atractiva, pero no es posible —Erik me lanza una mirada de súplica, buscando mi ayuda.

Intervengo para su rescate:

—Hola, perdón por interrumpir. Lo que mi amigo quiere decir es que no podemos tener interacciones personales fuera de la biblioteca. ¿No es así, Erik? —me acerco al lado opuesto de la chica, sonriendo mientras Erik asiente agradecido.

—Exactamente, lo siento. No podemos entablar relaciones personales —se disculpa Erik, visiblemente incómodo. La chica asiente con una sonrisa comprensiva.

—Oh, entendido —responde con una expresión divertida—. Podías haber empezado por ahí, no hay problema. Bueno, espero verte por aquí y gracias por el libro. Lo devolveré a tiempo —se despide con un guiño antes de dirigirse hacia la salida.

—Gracias —dice Erik, algo aliviado y apenado a la vez. Yo no puedo evitar sonreír ante la situación; mantener la compostura es clave en la biblioteca.

—No te preocupes, Erik —sonrío—. Seguro nos veremos por aquí.

Erik es de estatura media, con una delgadez que no oculta su timidez. Su cabello corto y rizado oscuro y sus ojos ámbar le dan un aire intrigante.

Después de anotar los detalles en el libro de registro, recojo los libros indicados por Erik y los organizo cuidadosamente según las fechas de préstamo. Consulto la lista que me ha dado y me aseguro de que todo esté en orden antes de proceder.

Avanzo por la sala principal de la biblioteca, saludando con un gesto a las personas que se encuentran estudiando o leyendo en las mesas dispersas por el lugar. El ambiente es sereno, iluminado por un gran candelabro en el centro y luz natural que entra por las ventanas laterales.

Caminando entre las estanterías, distribuidas en secciones por categorías, llego a una puerta marcada como "Solo Personal". Deposito los libros en el suelo antes de abrirla, accediendo a la sala de almacenamiento que contiene suministros de limpieza y un carrito para transportar libros.

—Parece que también debo ordenar aquí —susurro, recogiendo los libros que Eder no ha acomodado—. No es gran cosa, parece que olvidó estos.

Cargo el carrito con los libros y verifico nuevamente la lista de Erik para asegurarme de tener todo correctamente. En el pasado, Erik me ha dado la lista equivocada, lo que ha causado confusiones. Recojo uno de los libros y sonrío ante su elección.

—Buen gusto —comento en voz baja mientras observo  los libros avanzo con el carrito.

Navego entre las estanterías, observando a los visitantes de la biblioteca  algunos solos, otros en grupos, algunos en parejas. Es raro encontrar a alguien dispuesto a compartir lecturas, pero es parte del encanto del lugar.

Entre el bosque y la RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora