Scarlett Mikaelson. La hermana del medio de la familia original y gemela de Klaus Mikaelson.
Ambos hermanos se embarcaron en un viaje para romper la maldición que les impedía contacto con su lado animal. Harán todo lo necesario para convertirse en...
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(CHAPTER-THIRTEEN)
Después de salir de la bodega, la rubia exigió que necesitaba ropa, lo cual era cierto, no era normal que una mujer ande con vestimenta de los años veinte. Por lo que en este momento se encontraban en una tienda, aguantando las quejas de la rubia menor, al ver las prendas que su hermana le dio.
-¿No le falta una pieza al vestido?- insistió la original en el probador.
-No- repitió Scarlett, aceptando la copa de champán que le ofrecieron.
-Pues las mujeres de este siglo se visten como prostitutas- se quejo.
-Oye- chillo la rubia, ya que ella llevaba un short que no dejaba nada a la imaginación, una remera de tirantes y unos botines negros.
-Me miraron mal por llevar pantalones.
-Tu los usaste para que en la actualidad no usaran nada- suelta cansado Klaus.
-¿Y esa horrible musica que se escucha? Es como un accidente de tranvía.
-Es dance, me parece- responde su hermana.
-¿Y se baila con ella?
Asintieron.
-¿Ya terminaste?- cuestiona Klaus.
-¿Por qué estas tan gruñon?
-Necesitabamos algo tuyo para que nuestra bruja supiera el porque nuestros híbridos mueren. Una cosa. Tu collar y lo perdiste.
-No lo perdi, solo no aparece desde hace noventa años- lo corrigió-. ¿Qué te parece?- pregunta hacia Stefan.
-Me gusta- dice el vampiro y recibe una mala mirada-. ¿Qué? Dije que me gusta.
-Se cuando mientes, Stefan- expone con molestia-. Scar, ¿tu que opinas.
-Opino que te ves divina, hermanita- le giña un ojo.
La rubia menor sonrió contenta antes de volver a adentrarse nuevamente al probador, los rubios suspiraron con cansancio.
-Perfecto, muy bien- escupe la Trihibrida.
-Tu fuiste quien le quito la daga.
-Te he escuchado- grita Rebekah dentro del probador.
-Bueno, me voy a tomar un poco de aire. ¿Katia, quieres venir?- se levanto.
La vampiresa miro a la rubia en busca de confirmación para que pidiera ir, había visto a su hermana hace poco y sabia que el Salvatore también la vio.
-Puedes ir- le dijo antes de tomar una revista dispuesta a leer.
