Scarlett Mikaelson. La hermana del medio de la familia original y gemela de Klaus Mikaelson.
Ambos hermanos se embarcaron en un viaje para romper la maldición que les impedía contacto con su lado animal. Harán todo lo necesario para convertirse en...
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(CHAPTER-NINETEEN)
📍 INGLATERRA, 1492.
Scarlett estaba preparándose para su día especial. Estaba emocionada, hoy era su cumpleaños. La mayoría de Inglaterra estaba invitada a la fiesta de los gemelos, pero ellos estaban esperando a unas personas en especial.
Dos mujeres con una belleza exquisita y seductora, las señoritas Petrova. Después de tanto tiempo podrían romper la maldición que su madre les había impuesto.
-Mi Lady- entra una muchacha sosteniendo una hermosa caja de oro-. El lord Niklaus le envía esto, y espera que le guste.
-¿Qué será ahora, hermano?- pregunta para si misma y abre la tapa.
Su boca se abrió con sorpresa y miro el collar completamente embelesada. Dentro de la caja se encontraba el collar de la Reina María, de Escocia.
Era tan delicado y perfecto, su hermano si que conocía sus gustos. Le pidió a la chica que se lo pusiera y está de inmediato lo hace, Scarlett observo la joya en su cuello, le quedaba hermoso y en su tono de piel los diamantes resaltaban más.
-Se ve hermosa, mi Lady- halago la chica.
-Gracias- ella se admira sonriente-. Ya es momento de ir a la fiesta. No puedo llegar tarde a mi propia fiesta ¿o si?
Se levanto y aliso la tela de su vestido, si quería tener la atención de la chica debía verse bien. Salio de su habitación y camina por los inmensos pasillos. Al llegar a las escaleras se encuentra con su hermano, Niklaus, quién abre sus ojos sorprendido, tomo la mano de su hermana y deja un beso en el dorso.
-Te ves como toda una reina- le sonrió -. ¿Qué te pareció mi obsequio?
-Es precioso, Nik- sonrió también-. Me encanto, gracias.
-De una reina para otra reina- le dice, mostró su brazo para que enganchara el suyo en el y así lo hizo-. ¿Estas lista?
-Más que lista. Hemos esperado mucho para que este día llegara- respondió.
Como si de la realeza se tratara comenzaron a bajar las inmensas escaleras. La suave música y las voces de las personas en el gran salón los van recibiendo, todos los estaban esperando a ellos, los rubios sonrien a medida que todos empiezan a poner los ojos sobre ellos.
[…]
-¿Y donde están los misteriosos anfitriones de los que tanto he oído?- una melódica voz llego a los oídos de la rubia y se le antojó hermosa.
-Se harán desear- musitó la voz de Elijah-. Les gusta hacer entradas. Oh, ahí vienen- señala a los rubios que justamente iba hacia donde estaban.
Cuando vieron a los Doppelganger disimularon la sorpresa, al ver lo identifica que eran a las anteriores, la rubia había quedado embelesada por la castaña de vestido morado.