Scarlett Mikaelson. La hermana del medio de la familia original y gemela de Klaus Mikaelson.
Ambos hermanos se embarcaron en un viaje para romper la maldición que les impedía contacto con su lado animal. Harán todo lo necesario para convertirse en...
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(CHAPTER-FIFTEEN)
-¿Qué hay de Tyler?- quiere saber Scarlett mientras salía del hospital con lo necesario-. ¿Ya despertó?- le pregunto a su hermano.
-Ya despertó.
-La sangre de Elena es la clave Nik- le dice en un suspiro.
-Lo se- espeto serio-. Tyler es un híbrido ahora. Mi primer híbrido.
-El primero de muchos- le aseguro su hermana.
-¿Así que la doppelganger no es el problema?- cuestiono Rebekah-. Sino que su sangre es la solución.
-Es de mala educación escuchar conversaciones de mayores, Rebekah.
-Solo quiero saber como es posible que lo descubriera .
-Haber, hermanita. Sabes cuanto nos odiaba la bruja original- le dice Scarlett-. Era más que obvio que debíamos hacer lo contrario a lo que ella dice.
-Mil años en su tumba y sigue jugando con ustedes- comenta Rebekah.
-Tiene mucho sentido si lo miras de esa perspectiva- inquiere el híbrido- era su garantía por si rompíamos la maldición. Las Doppelganger debian morir para que pudiéramos convertirnos en híbridos, pero entonces, si ellas hubieran muerto…
-No podrían usar su sangre para crear su propia especie- completa la menor.
-Dejándonos solos para toda la eternidad- suspiro Scarlett.
-¿De eso se trata todo?- Rebekah cuestiono molesta-. La obsesión por sus híbridos, ¿Es por miedo a estar solos?
-Lo que quiero- empieza a decir Klaus-. Es tomar a mi Doppelganger, mi híbrido e ir por Scarlett, así podremos largarnos de este pueblucho. ¿Por qué no vas por el camión?, mientras yo voy por Elena.
-Bien- suelta la rubia.
-¿Qué haras tu?- le pregunto a su hermana-. Tu doppelganger es un vampiro.
-Si, bueno, no hay nada que con un poco de magia no se pueda arreglar- musitó deteniendo el auto en la casa-. Encontré la manera de que su sangre sea humana, aunque sea por un determinado tiempo.
-Es bueno saberlo- indica su hermano-. Te voy a dejar, debo ir por la doppelganger antes de que alguno de sus amiguitos quiera rescatarla.
-Adiós, Nik.
La rubia cuelga la llamada y sale del auto, camino hacia la puerta e ingreso, encontrándose con la castaña registrando todo el lugar.
-Es de mala educación fisgonear en las cosas de los demás.
-Es de mala educación secuestrar a una chica, solo para obtener su sangre- la contradice.
-Muy bien- rodo los ojos- te quiero aquí, siéntate- le ordeno.