Abril En Hogwarts: El Prisionero de Azkaban

Capítulo 29 // Año nuevo.

Abril despertó sobresaltada por un portazo y con un regalo a los pies de su cama. Tuvo que pelear un poco para sacarse las sábanas de encima.

Se levantó y sostuvo el paquete entre sus manos.

—Pudiste levantarme de una mejor forma, Hermione —dijo al ver qué el regalo era de ella.

Su primer regalo fue un libro de "Animales miticos por el mundo" autografiado por John Scamander. Era un libro nuevo que había conocido por las reseñas en el profeta, y si Hermione se lo había obsequiado, debió haber pasado su filtro de calidad.

—Oh, vaya. Un libro, el mejor regalo de todos —Abril casi gritó al escuchar la inesperada voz de Lavender. Ella miró a la pequeña con los ojos hinchados y el pelo hecho un nido —Feliz navidad y todo eso...

—Feliz navidad, Lavender —le contestó devuelta y le sonrió.

Lavender parpadeó y se estiró en su cama.

—Parece que muchas personas pensaron en ti este año —comentó Lavender señalando los regalos del otro lado de la cama de Abril.

Era una buena pila de cajas envueltas, ella no pudo evitar sentirse mal por no haber comprado nada bueno para nadie este año.

Abrió la caja que estaba más mal envuelta, dentro habían dos grandes y amenazantes bombas fétidas firmadas con las iniciales de Fred y George. Abril tuvo que cerrar la caja inmediatamente al no estar segura de que estuvieran desactivadas. Abrió la ventana y el helado frío entro sacándole un escalofrío a ambas chicas, Abril soltó la caja con las bombas dentro y al llegar al suelo, explotaron liberando una nube con olor a huevo podrido.

La niña puso los ojos en blanco y sin poder evitarlo rió un poco.

—Tus amigos están un poco locos —dijo Lavender al sentir como el olor, apesar de estar a muchos metros lejos de ella, llegaba a su nariz.

—Hubiera sido una buena broma si hubiera sido un poco más ingenua... ¡Siguiente!

El siguiente paquete era de la señora Weasley, se trataba de un suéter blanco con una gran A en el pecho, debía de agradecerle que fuera un par de tallas más grande, el último ya le venía pequeño apesar de solo pasar un año.

—Veo que ya tienes a tu suegra en la bolsa, eh... —Lavender sonrió con complicidad haciendo que sintiera las orejas calientes.

—No es mi suegra Lavender. Solo soy... amiga de sus hijos —respondió poniéndose el suéter y tomando el siguiente regalo.

—Um-hum, claro...

El siguiente venía de su prima Miranda, era un estuche plano y delgado, de color negro. Dentro había una pulsera que brillaba con una tenue luz azul. Era realmente hermoso, y también irónico que él único año que no le regalaba algo, ella si lo hiciera. Luego la típica bufanda de parte de Jakeline, de color morado este año.

Un tarro de dulces de parte de Mike, una pluma de apariencia exótica de parte de Tonks y un par de calcetines de su abuelo Dumbledore.

El último regalo era bastante llamativo, en la envoltura habían dibujos de conejos con cuernos de unicornio que se movían por todos lados. En su interior había confeti, brillantina púrpura y una bufanda de Ravenclaw con los conejos-unicornio.

—Vaya eso es bastante... —Lavender tenía una expresión confusa —¿Único? ¿De quien es?

Abril rebuscó en el interior de la caja llenándose la mano de brillitos, dentro había una tarjeta con el nombre.