Capítulo 5 // Una Vida Tranquila.

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Abril no tardó mucho en acostumbrarse a su nueva libertad. Durante aquellos días se levantaba a la hora que le apetecía y comía lo que quería. Podía ir donde ella quisiera, siempre y cuando no fuera al mundo Muggle, no le apetecía extraviarse.

Abril desayunaba por las mañanas en el Caldero Chorreante junto a Harry, donde ambos disfrutaban viendo a los demás huéspedes, brujas y magos de diferentes aspectos, desde magos jóvenes hasta magos de aspecto mas venerable.

Después del desayuno llegó la hora de hacer los deberes, Harry sugirió ir a la terraza de la Heladería Florean Fortescue, era un lugar bonito y podían terminar los deberes sin muchas distracciones, ambos fueron y terminaron los deberes antes de lo esperado, gracias a la ayuda ocasional del mismo Florean Fortescue, quien, además de saber mucho sobre la quema de brujas en los tiempos medievales, daba gratis a Abril y a Harry, cada media hora, un helado de crema y caramelo.

-El señor Florean es muy amable ¿Verdad, Harry? -dijo Abril mientras comía su cuarto helado.

-Asi es -respondió de igual manera Harry -aunque pensándolo mejor, todos en el Callejón Diagon han sido muy amables conmigo.

-Eso es un poco raro pero hay que disfrutarlo mientras dure, -dijo mientras cerra va su libro de la historia de la magia -Ahora que lo pienso aún tengo que comprar ingredientes para pociones, ¿Tu terminaste tus compras, Harry?

-Ni siquiera las he comenzado - respondió algo apenado Harry.

-Bueno supongo que será mejor comenzarlas ahora -Abril se puso de pie -Vamos Harry, tenemos que ir a Gringotts.

Después del tradicional mareo por culpa de los carritos de mina de Gringotts Abril y Harry llenaron sus monederos de galeones de oro y sickles de plata.

Abril nesesito mucho autocontrol para no gastarse el dinero en un caldero de oro, tenía que recordar que Mike podría castigarla muy severamente. Pero luego recordó en como Mike se fue y la dejó sola con su tía Rebeca, tenía que encontrar una forma de vengarse.

-Debería comprarme un juego de gobstones de oro macizo -murmuró ella una vez salieron de Gringotts.

-¿Gobstones? -preguntó Harry.

Abril volteó a verlo sorprendida, en ocasiones se le olvidaba el poco conocimiento del mundo mágico que Harry tenía.

-Son como canicas -respondió Abril - la diferencia es que las bolas lanzan un líquido de olor repugnante a la cara del jugador que pierde un punto.

-Suena... ¿Interesante? -Harry respondió no muy seguro.

-Es algo tonto, no vale la pena un juego de oro, tal vez otra cosa.... ¡Ah! Eso es prefecto.

Abril salio corriendo a la tienda de Astronomía de Madame Starlet, Harry se preguntó que fue lo que Abril vió, un telescopio tal vez, pero decidió esperar afuera.

Minutos después Abril salió de la tienda con una gran bola de cristal en las manos, dentro de esta tenía una galaxia en miniatura, lo que venía significando que no tendría que volver a recibir otra clase de astronomía, ella se guardo la bola de cristal dentro de su mochila y se alejó de la tienda sonriente.

Pero poco después se arrepintió de haber gastado tanto dinero pues se topó con una de sus tiendas favoritas, Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch.

Abril y Harry pudieron ver en el expositor; la escoba más impresionante que habían visto en sus vidas. Abajo un letrero rezaba:

SAETA DE FUEGO

Abril En Hogwarts: El Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora