Prólogo

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Mi nombre es Ailín De Santis, tengo veintiséis años y soy muy carismática. Mi familia siempre me ha ocultado, por lo que no llevo el apellido de mi padre y hermano. Pertenezco a una de las mafias más importantes de Italia y, aunque sé defenderme y utilizar con destreza todo tipo de armas, ellos jamás han querido que me involucre en este mundo. Es por eso que desde pequeña he viajado por el mundo y estudiado en las mejores escuelas y universidades. Lo que casi nadie sabe es que tengo una pasión por el baile, sea el que sea, y ahí fue donde comenzó mi tortura.

Cuando cumplí diecinueve años compaginaba mis clases en la Universidad de Economía con las de danza, siendo en esta última donde lo conocí. Tan bello, con ese cuerpo de infarto, una flexibilidad de los dioses y un carisma para bailar que hipnotizaba. Con el tiempo nos hicimos amigos y, como éramos la pareja que destacaba, bailabamos juntos. Nos enamoramos, fue mi primer amor. Lo amaba tanto que decidimos casarnos, pero eso no fue del gusto de mi padre y hermano, por lo que me dieron un ultimátum: o lo dejaba o lo mataban. Sabréis lo que decidí...: apartarlo de mí con el dolor de mi alma. Al principio no lo entendió, pero con el tiempo y luego de una paliza que lo llevó al hospital dejándolo en coma dos meses, decidió dejarme ir. Romper con Gian fue lo peor que me había pasado. Dejé de hablar con mi padre y hermano, me sumí en mis estudios para llegar a ser quien soy: la mejor contadora y economista de Italia, nada se me escapa y nadie puede robar activos por más pequeños y escondidos que estén porque me entero. Eso también me sirve para mi negocio secreto, ese del que nadie sabe ni se imaginan que manejo. Con respecto al amor...qué les voy a decir..., desde mi ruptura forzada con Gian no he vuelto a abrir mi corazón. Para qué hacerlo si cuando crees que lo tienes todo llega alguien y te lo arrebata. Así que mi vida se basa en trabajar y ayudar a los demás, no necesito distracciones y tampoco ningún hombre para divertirme, no siento esa necesidad desde que estuve con él, por lo que no acepto ninguna cita del sexo opuesto, ya no.

Mi nombre es Nikolay Dmitriev, tengo treinta y un años y soy el capo de la Bratva. Mi familia siempre ha pertenecido a ella, pero yo la he llevado a otro nivel y por eso domino todo. Nadie se atreve a llevarme la contraria, tampoco a traicionarme porque las consecuencias para sus familias serían nefastas. Nunca dejo un cabo suelto, soy un gran estratega y, aunque tengo enemigos, no son mis compatriotas, ellos jamás lo serían.

Cuando tenía veinticinco años sufrí una emboscada en una entrega de armas en Italia, perdí mucha sangre, aunque ese no fue el problema principal, sino la puñalada que recibí en la ingle. Por este motivo cuando me recuperé decidí acudir a una clínica muy respetada de ese país y dejar a buen recaudo una muestra de semen. Tal vez piensen por qué lo hice, pero en mi mundo nada es seguro más que la muerte, y siendo el hijo mayor y único hombre de la familia tenía que tener un seguro de que si moría podría tener descendencia para continuar con el legado que tanto hemos cuidado. Todo no acabaría conmigo, eso seguro. Con respecto al amor...creo que no está hecho para mí, he tenido muchas mujeres, pero ninguna ha llegado a moverme el tapete, ni erizar mi piel con un simple toque. Mis padres siempre nos dijeron que la persona indicada era la que con solo tocar y mirar a los ojos nos haría sentir una descarga eléctrica tan fuerte que haríamos lo que fuera por tenerla. La verdad, no creo que eso exista, pero si me llegase a pasar..., esa mujer sería mía, lo quisiera o no, debería acoplarse a mi vida como «моя королева»,«Moya Koroleva»(mi reina). Pero como aún no sucede, me divierto con las amantes de turno. No me juzguen, soy un hombre joven con necesidades y las mujeres siempre están dispuestas a complacerme.

Los secretos de mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora