Capítulo 29 - Destrozado

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Nikolay

«Amor:

Lamento lo que haré, pero ahora no es solo en mí en quien debo pensar. Ante todo decirte que te amo con locura y que hubiera querido que las cosas fueran diferentes. Primero que nada quiero que sepas que siempre cumplo mi palabra y voy a contarte dos de mis más grandes secretos.Bueno, uno lo sabrías en cuanto me desnudaras.

Quiero que estés tranquilo y seguro de que jamás te la he jugado ni me he burlado de ti, simplemente no sabía cómo decirte quién soy en realidad.

Mi padre biológico es Bruno Graffagnino y mi hermano mayor es Patrick. Sé que te estarás haciendo mil preguntas, pero esas no tienen respuestas, ya que ni siquiera yo las sé. Todo lo que te conté es verdad, me crió Milka, ella fue mi única mamá. A mis padres los veía una vez al año, al principio pensé que eran amigos de mi madre, pero al cumplir los diez años me contaron la verdad. Verdad a medias porque jamás me hicieron saber por qué me abandonaron y no me quisieron junto a ellos. Con mi hermano tuve una gran relación, lo amo, pero me traicionó el día que le dijo a mi padre de mi inminente boda con Gian. No les hablo ni los veo desde entonces, este es el motivo por el que debes estar tranquilo de que no he sido una espía ni mucho menos.Los amo tanto como los odio y jamás los ayudaría.

Mi otro gran secreto es que estoy embarazada, pero no es de ti, mi amor. No sabes cómo se me desgarra el alma al escribir esto. Por favor, no pienses que te he engañado, jamás te he mentido, simplemente la vida se ha ensañado conmigo para que no sea feliz.

Dos semanas antes de mi secuestro fui a mi clínica privada para hacerme una revisión rutinaria, hubo una urgencia en el momento en que mi médico me estaba realizando el estudio.Me dejó allí y dijo que un colega vendría a terminar. Efectivamente vino su colega con una enfermera, me hicieron unas preguntas y me dijo si podía hacerme un estudio para prevenir el cáncer de cuello de útero. Sé que suena rocambolesca esta historia y poco creíble, pero te lo juro por lo más sagrado, que es mi bebé, que no miento.

El doctor Augusto Friori se llama ese hijo de puta que me metió en esta situación; la enfermera, no lo sé. La cosa es que en vez de hacerme la prueba que me dijo me inseminó de un hombre que no conozco. En esos días yo estaba ovulando, siempre sé cuando lo hago pero no lo tomé en cuenta debido a que supuestamente me hacían una prueba y yo no tenía relaciones sexuales con nadie.

Luego pasó lo de mi secuestro y por el estrés creí que mi regla se retrasaba; cuando vino solo con manchitas marrones creí que era normal. Ahora sé que en ese momento mi cuerpo estaba llevando a cabo la implantación del embrión.

Cuando te dije de ir a mi médico por el tratamiento anticonceptivo descubrí la verdad.Al preguntar al doctor sobre la otra prueba y decirme que no sabía de qué le hablaba, me hizo un análisis de sangre confirmando mi embarazo de seis semanas. Creí morir y salí de allí desecha.

Solo pude saber que el padre de mi bebé es alguien influyente, poderoso y temible, que dejó una muestra hace casi siete años en esa clínica.

Tal vez pienses por qué no aborté y la respuesta es simple:jamás mataría a un hijo mío aunque no sea deseado y mucho menos le quitaría a un hombre su única oportunidad de ser padre. ¿Cómo podría mirarlo a la cara y decirle que le quité lo más preciado para él y que ahora ya jamás tendrá descendencia?

Te escuché hablando en el despacho. Tu odio era tan grande y tu dolor por la traición tan hondo, que tuve miedo de lo que me hicieras o a mi bebé.

Decías que lo pagaría con mi vida, que me habías advertido de la traición y las mentiras, no supe cómo decirte para que me entendieras y no me hicieras daño. Así que hui, sé cómo desaparecer y no podrás encontrarme, pero prometo volver a darte la cara cuando mi bebé esté fuera de tu odio y el peligro que eso conlleva.

Los secretos de mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora