Capítulo 22 - Familia política

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Ailín

Me despierto feliz pero como si me hubieran atropellado. Mi cuerpo duele pero vibra al recordar la hermosa noche que he pasado. Jamás pensé que podríamos llegar a ser tan insaciables, queríamos fundirnos uno con otro y en cierta manera lo hicimos.

He tenido tantos orgasmos que perdí la cuenta en el quinto. Había leído que todas las mujeres son multiorgásmicas, pero no me lo creía. Ahora sé que ese estudio de una reconocida doctora tenía razón... o tal vez tiene que ver con el hombre que una está. Que sea una persona que se preocupa en hacerte sentir única y especial, pensando en ti y en las reacciones que tienes hacia sus toques. Quien sabe leer lo que le agrada, lo que no y lo que enloquece a tu sistema...

Sea como sea, Nikolay es más de lo que pude imaginar. Por eso debo organizar mis ideas para contarle la verdad antes de que sea demasiado tarde y se malinterpreten las cosas.

Ayer en un momento de debilidad le dije que lo amaba; no pensaba hacerlo, simplemente surgió. No me arrepiento y mucho menos al sentir las mismas palabras salir de sus labios.

Amor, ¿por qué no me despertaste?, ¿qué hora es? —le dije al verlo salir del lavabo recién duchado.

—Es que te veías tan hermosa durmiendo que no quise molestart —me dijo.

—Gracias, cariño, pero me muero de vergüenza con el personal. Son las tres de la tarde y seguimos aquí encerrados —comenté ruborizándome.

—No te preocupes, estamos recién casados. Es lógico que no salgamos de la habitación. —Mi cara ardía cada vez más recordando lo de anoche.

—Necesito reponer fuerzas para poder seguirte el tren —le digo riendo.

—Eres insaciable como yo y me encanta. También necesito reponerme porque anoche me dejaste seco —me dice y no aguanto la risa, porque es verdad.

Luego de comer comenzamos a ultimar detalles de trabajo ya que en dos semanas viajamos a Rusia. Debo hablar con Sam para explicarle cómo será todo a partir de ahora, así como invitarla a la boda porque deseo que sea mi dama de honor.

Después de hacer un par de llamadas para escuchar los informes de mis negocios y cerciorarme de que todo marche según lo planeado, me dirijo rumbo al despacho.

—Cariño, perdona, ha surgido algo y tendré que salir por unas horas —me dice con una expresión que no sé descifrar.

—No hay problema, aprovecharé a descansar para estar a tope esta noche —le digo levantando una ceja y mordiéndome el labio.

—Serás mi perdición,tигрица(tigresa).

—Al igual que tú la mía. —Sonrío, me acerco y lo beso tiernamente.

******

Estamos en el jet rumbo a Rusia.

Estas semanas han sido increíbles, Nikolay me demuestra todo su amor, y aunque está estresado con su trabajo, cuando llega a casa se dedica solo a mí. Me contó que su enemigo, el Dragón, le ha dado un descanso. Parece que el nuevo objetivo de ese hombre es la familia Di Giovanni. Igual no bajará la guardia porque con un enemigo tan poderoso y al que nadie conoce, no hay que fiarse.

También me comentó que se reunió en un lugar neutral con Bruno Graffagnino para enseñarle las pruebas de lo que estaba haciendo su amigo. Me asusté mucho porque mi padre es capaz de cualquier cosa y los rusos nunca han sido santo de su devoción. Pero al parecer formaron una especie de alianza y han dejado la hostilidad, mientras esta se afianza.

—Nikolay, no me has dicho qué pasó con el jefe de los hombres que casi te matan. —Me mira serio.

—Ya no es un problema, Моя королева (mi reina) —comenta sin más.

Los secretos de mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora