Nikolay
Todos se han retirado dejándonos solos. Voy a decirle algo y levanta un dedo diciéndome que espere. Su audacia me tiene loco, ¿cómo se atreve a hacerme callar levantando un dedo?
Saca de un horno un par de lasañas, y del otro, dos tortas que parecen de zanahoria. Apaga los fuegos y deposita todo en la mesada, encima de una tabla. Limpia la isla y ya me está entrando de todo por la insolencia de esta mujer al dejarme con la palabra en la boca y ponerse a limpiar sin más. Se lava las manos y se quita el delantal.
—Ya estoy lista, Nikolay, ahora podemos hablar tranquilos —habla calmada.
—¡¿Quién te has creído para desautorizarme delante de mi gente?! —le digo con voz fuerte.
—Me creo lo que tú has dicho, que soy tu mujer. Como tal, estoy organizando al servicio y ayudando en los quehaceres. Me gusta cocinar, me relaja y por ello lo vengo haciendo todos estos días. —Estoy atónito al saber que lleva cocinando durante cuatro días.
—No son tareas que te correspondan, para eso pago y bastante —le digo calmando mi enfado.
—Y yo te digo que me vuelvo loca si no me dejas salir a atender mis negocios y me tienes aquí encerrada. ¿Qué te pasa? ¿No te das cuenta de que de la noche a la mañana has cambiado mi vida? Yo no pedí esto y siendo quien eres, no tengo escapatoria —me dice moviendo la cabeza a los lados.
—Entiendo que te sientas frustrada y que no ha sido la mejor manera de hacerlo, pero así soy yo, lo que quiero lo obtengo a como dé lugar. —Sus ojos se oscurecen de rabia.
—Aarrgg..., ¡eres un troglodita! ¡No pienses que harás conmigo lo que te plazca porque estás muy equivocado! —Debo calmarla o acabaremos mal.
—Yo quiero que seas mi mujer, mi universo entero, Моя королева(mi reina) —digo con voz suave.
—No me conoces para decir eso —espeta molesta.
—Es verdad, pero no lo necesito, supe que serías mi todo cuando nos vimos la primera vez. ¿O me vas a decir que no sentiste la electricidad en tu cuerpo ese día cuando nos tocamos? —Me acerco a ella pegándola a la isla de la cocina—. ¿Vas a negar lo que pasó cuando nos besamos? Tu cuerpo temblaba y palpitaba junto al mío. Si no nos hubiéramos separado, la habitación se habría incendiado.
—Yooo...
—Tú estabas como yo, deseosa de más, tu entrega me lo dijo, tu cuerpo, tus ojos, tu respiración—le digo con mi boca encima de la de ella pero sin tocarla.
—Esto no puede ser, tú eres un despiadado asesino y yoo...yoo...—Jadea y veo sus ojos nublarse.
—¿Tú qué, tигрица (tigresa)? —Se resiste a lo que siente y no sé por qué.
—Ja sam tvoj neprijatelj. (Soy tu enemiga).—Levanto una ceja porque no entiendo.
—Mmm...¿qué idioma es ese? ¿No piensas traducirme? ¿Tú qué, Ailín? —Me alejo unos centímetros para mirarla a los ojos.
—No soy nadie, Nikolay, podría traerte más problemas. Tú también haces trampa y hablas otro idioma —me dice perdiendo el contacto con mis ojos, pero no sé por qué creo que no ha traducido lo que realmente dijo.
—Si aceptas ser mi mujer, prometo que nada te faltará. Te cuidaré como mi joya más preciada. Nunca te fallaré. ¿Sabes lo que significa ser un esposo de la mafia? La lealtad es lo primordial y también la fidelidad. Si no cumples, mueres —le digo, y asiente.
—Si acepto, ¿me dejarás trabajar o tendré que estar encerrada en esta jaula de oro? —La noto tensa.
—Podrás trabajar pero con algunas condiciones, y nos mudaremos a Rusia. —Abre la boca para replicar, pero enseguida la cierra.
—¿Puedo negarme a viajar? —pregunta sabiendo la respuesta.
—Sabes que no y cuanto antes te acostumbres a tu nueva realidad, mejor será para ti. —Sonó como que no me importa lo que piense, que debe acatar y punto. No quise decirlo de ese modo, pero ya está hecho.
—Si no me vas a dejar decidir, ¡¿para qué me preguntas?! —Su mirada está perdida.
—Para que no digas que soy un déspota hijo de puta que no te tiene en consideración. —Algo me dice que no se rendirá tan fácil.
—Como si eso cambiara algo —me dice rodando los ojos.
—Espero que llevemos la fiesta en paz. Sé que solo hay atracción por ahora, pero estoy seguro que haré que me ames como jamás lo has hecho. Que lograré que seas solamente mía, que te duela respirar cuando pienses en mí y no me tengas cerca. —Abre los ojos muy grande y sonríe.
—Arrogante, estás muy confiado de tus dones. —Alza las cejas.
—Solo expongo los hechos y la verdad. —Bufa rodando los ojos.
—Me parece que eso es decir mucho y borda lo extremo. Si nunca llego a amarte, ¿qué harás? —Me reta y eso me prende a mil.
—Me deseas y yo a ti. Esto que siento irá a más porque nadie me ha puesto así en mis treinta y un años. Así que si sueno arrogante es porque tengo la certeza de que serás el amor de mi vida y también mi perdición. Deseo ser el tuyo, que ardamos en el infierno y en el cielo.—Ella no dice nada, tiene otra vez la mirada perdida y sé que algo oculta, se debate entre lo que siente y la razón.
—Tú también me haces sentir de una manera especial —me dice bajito y con la cabeza baja.
—Para que veas que soy un caballero quiero pedirte algo... —Levanta el rostro y me mira con los ojos llenos de lágrimas. No sé qué pasa por su mente, pero juro que lo averiguaré—. ¿Puedo besarte? —le digo.
—Sí, sí que puedes. —Y eso fue todo para subirla a la encimera, colocarme entre sus piernas y besarla como si se acabara el mundo.
Sus brazos se entrelazan en mi cuello y acarician mi pelo, mis manos tocan su cara hasta que cortamos el beso por falta de aire. No pude más y la abracé con fuerzas poniendo mi cara en su cuello e inspirando su olor a flor de loto. Ella hace lo mismo y la siento sollozar, me separo y la miro, le pregunto qué le pasa pero no dice nada. Solo se aprieta fuertemente contra mi pecho hasta que se calma.
Necesito saber qué la aqueja...¿Por qué sufre cuando es obvio que no le soy indiferente? ¿Será algo de su trabajo? ¿Qué oculta? Porque no soy estúpido, por su comportamiento sé que oculta algo. No he llegado a donde estoy por pasarme cosas por alto, pero no la voy a presionar. Ya tendré tiempo de saber hasta su más oscuro pensamiento.
Mientras seguimos abrazados, dándonos calor, respirando nuestros aromas, me suena el teléfono.
—¿Сказать?. (¿Diga?).
—Находится в подвале. (Está en el sótano).
—Через 5 минут я там. (En cinco minutos estoy ahí).
Abrazo fuertemente a Ailín y le doy un último beso recorriendo toda su boca y haciendo que la erección que llevo desde el beso anterior se intensifique. Como no le ponga remedio pronto a esto me convertiré en eunuco. Ella me mira y acaricia con una mano mi rostro, pasa su dedo por mi labio inferior, cosa que me hace estremecer, y me dice que vaya si me necesitan. Asiento y salgo de la cocina rumbo al sótano.
«Ahora sí te atraparé, Dragón», digo mentalmente mientras sonrío.
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Los secretos de mi esposa
RomanceAilín es una mujer dulce, cariñosa y romántica, pero con una fuerza de voluntad y carácter que algunos quisieran. Esconde grandes secretos, uno de ellos podría matarla. Huye de un pasado lleno de dolor y sangre. Ha jurado no depender de nadie ni per...