Proteger

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El pelinegro ya tenía los 8 meses de gestación, se volvió más lento, se cansaba con sólo levantarse de la cama, Yibo le comentó sobre irse a la mansión Wang y él aceptó, al momento de saber la repuesta del doctor, Yibo habló con su Madre quien encantada preparó todo.

-Aquí lo tendré a buen recaudo, es momento de que expié mis errores hijo – acarició la mejilla de Yibo- Yo lo empuje a este desastre, no permitiré que esa mujer dañe a mis nietos, ni a Zhan, estoy muy arrepentida – lloró – Ojalá Zhan me perdone –

-A usted ya la perdoné hace tiempo señora Wang- Zhan entró al despacho caminando lento mientras se acariciaba la barriga – Gracias por aceptarme – por aceptarnos- aquí- sonrió

-Bueno mamá, ya lo escuchaste – levantó la mirada hacía Zhan – Mi futuro esposo es un ángel –

La convivencia en la Mansión fue muy buena, alegre, algo que la señora Wang no había disfrutado desde ya hace un tiempo, la presencia del pelinegro en esos días trajo brillo a su vida, cantaban, cocinaban juntos, era una energía hermosa, el alfa solo miraba y sonreía al ver a sus dos personas favoritas, siendo felices juntos.

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En medio de una habitación oscura, con un aura fría, una mujer estaba esperando el momento indicado para empezar a iniciar su plan.

-Señora, ya está todo listo- hizo una reverencia- ya hablamos con el médico -

-Bien, veamos qué hace nuestro querido Zhan Zhan por las personas que ama- miraba directo a la ventana – ahora sí tendré lo que tanto he querido en mis manos. –

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Era un día soleado, fresco, tanto Zhan como Yibo quedaron en salir a comprar las últimas cosas que faltaban para el cuarto de los gemelos, se dirigieron al centro comercial.

-Cariño, que te parece estos para el cuarto de los niños- preguntó Yibo

-Wow! ¡¡Que hermoso!! – llevo sus manos a la cara – Todo tiene que ser blanco – lo señaló a Yibo – mira est... - fue interrumpido por el celular – oh! Es mi mamá, le dije que estaríamos aquí – se alejó para contestar.

-Diablos!!- vió su billetera- No saqué efectivo-

-Yibo, dice mamá que ya nos alcanza, está cerca –

-Entonces voy a aprovechar para ir al banco, espérame aquí junto con mamá Yu –

-Si, ve, aquí te esperamos todos– le regaló una sonrisa – Te amo Yibo –

El castaño salió de la tienda con dirección al banco, empezó a sentir una fuerte opresión en el pecho, se detuvo pensando en volver, pero, ¿qué podría salir mal si estaban siendo vigilados por los agentes? solo iba a dos puertas del establecimiento. Dejó de lado su preocupación innecesaria y continuó su camino hacia el banco.

-Hola Mamá ¿dónde estás?, no te veo – contestó el celular

-Hola querido – Qiu se encontraba al otro lado de la línea

-¿Qué haces con el celular de mi madre? –

-Ay querido, querido, bueno seré rápida porque no tenemos mucho tiempo- se escuchó un resoplido – bueno quieres saber de tu mamá, sal de esa tienda y encontrarás un carro azul en la acera de enfrente, sube y la verás –

-Maldita loca-

- ¡No grites que peor es – río – sube, ¡AHORA! – gritó – No quiero que nuestro amado Yibo te vea -

Zhan no tuvo más remedio que seguir las indicaciones de Qiu, cada paso que daba temblaba, empezó a sudar frío, miraba hacía atrás para ver si Yibo se acercaba, sus pasos eran erráticos, se llevaba la mano al vientre dando pequeñas caricias, llegó al auto y subió

Eres Mío - γιzнαиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora