Gracias y lo siento

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-Papá vendrá por nosotros, lo sé. - sonrió - ¿Saben cuánto lo amo? ... su padre y yo hemos pasado, por tanto, y le agradezco que me haya dado un regalo tan hermoso como ustedes, serán los bebés más hermosos y amados de este mundo, sé que sus abuelas y tíos los están esperando con ansias – sobaba su barriguita

-Pero qué cursi nuestro doctorcito, bueno llego el momento que me des a MI hijo –empezó a jalonear al pelinegro de la atadura de sus manos.

-Suéltame maldita loca- Zhan forcejeaba – Verás de lo que soy capaz- sacó fuerzas de donde no las tenía y empezó a jalar de los pelos, arañarle la cara, Qiu lo agarraba de las muñecas, siguieron forcejeando. En un arrebato de la tipa, lo lanzó contra la pared, el cuerpo del pelinegro chocó fuertemente, una de sus manos dio contra un ventanal causándole una herida profunda, empezó a darle vuelta la cabeza, en su mente solo repetía una y otra vez "Yibo, no demores por favor", con dificultad, volvió a levantarse para encestarle un golpe en la cara, pero no conto que su asistente saldría de la nada y lo terminaría sometiendo.

-Maldito Zhan Xiao, ya verás, te voy a ma...- se escuchó un estruendo en la puerta principal de la casa

-Señora nos encontraron – abrió los ojos

-Ve rápido yo me quedaré con este perrito – le propino una cachetada a Zhan

-Ja! El vino por mí – Zhan sonrió – Papá vino por nosotros.

-No te saldrás con la tuya- se dio la vuelta para recoger un galón – ves esto?, es gasolina...- empezó a rosearlo alrededor del cuarto- Yibo es solo mío, qué pena...- fingió secarse las lágrimas inexistentes– Tendré que matar a mi hijo también...- rió – mira...- agarró un encendedor – Fuego... - su expresión era sombría – arderemos jajajajajaja... -

-No lo hagas por favor – el pelinegro suplicaba, pero fue en vano, Qiu dejó caer el encendedor y en cuestión de segundos la habitación empezó a arder.

-ZHAN!- grito Yibo al ver el fuego – No no no.... Maldita –

-Yibo, jajajajajajajajaja... amor mío viniste- Qiu empezó a correr hacia él – Ven muere conmigo –

-Nunca...- la lanzó con todas sus fuerzas haciendo que caiga a los pies de un estante que estaba prendido en llamas, este con el impacto, cayó sobre ella, inmediatamente las llamas comenzaron a encender su ropa, era imposible sacarla de ahí – nadie quería hacerlo, se lo merecía-

-Zhan, vamos levántate, ESTOY AQUÍ! – empezaron a correr hacia la salida, los gritos desgarradores de Qiu retumbaban el lugar

-Yibo... ah! - gritó – Yi...Yibo los bebés- volvió a gritar – Ya vienen...- Yibo al escuchar levantó al pelinegro en sus brazos y salieron de aquella casa, llegaron a divisar al médico que estaba esposado y el cuerpo tirado del asistente a un lado de la entrada. Se miraron y asintieron, ambos estaban tosiendo producto de la inhalación del fuego, el pelinegro necesitaba ser trasladado urgentemente al hospital, el trabajo de parto había comenzado.

-Señor tiene que estar tranquilo, el estado de su pareja es grave, tenemos que estabilizarlo – dijo uno de los paramédicos

-Yibo, amor estaremos bien sí – el omega llevó su mano hacía la mejilla del castaño – Somos fuertes. – sonrió – No te vayas de mi lado... ¿de acuerdo? -

-Lo sé, estoy aquí, estoy aquí...- besaba la mano de su omega.

Ninguno quitaban su mirada del uno del otro, el castaño veía como Zhan hacía muecas producto del dolor, la ambulancia iba a toda prisa, la presión del pelinegro empezó a subir, su cabeza dolía, los médicos trataban de estabilizarlo, dieron el aviso al hospital para que tuvieran todo preparado, así que al momento de llegar, lo recibieron e inmediatamente lo prepararon para ingresarlo, tanto abuelas y tía estaban ya en el hospital, le dieron unas palabras de apoyo al pelinegro cuando lo vieron ingresar.

Eres Mío - γιzнαиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora